Salud

Lograr niveles de colesterol óptimos es cada vez más difícil

La actualización de la “Guía europea par el tratamiento de la dislipemia” recomienda reducir las cifras del LDL a cifras más bajas que las directrices actuales con lo que personas en las que se consideraba controlado volverán entrar en “zona de riesgo”

Un 54% más de la mitad de los españoles tiene el colesterol elevado, pero el 54% está sin diagnosticar
Un 54% más de la mitad de los españoles tiene el colesterol elevado, pero el 54% está sin diagnosticarlarazon

La actualización de la “Guía europea par el tratamiento de la dislipemia” recomienda reducir las cifras del LDL a cifras más bajas que las directrices actuales con lo que personas en las que se consideraba controlado volverán entrar en “zona de riesgo”

Mantener una vida saludable en las sociedades “occidentales” parece cada vez más difícil. Contaminación ambiental, malos hábitos como sedentarismo o tabaquismo y una inadecuada alimentación favorecen que patologías como la diabetes o la hipercolesterolemia afecten cada vez a más personas. Además de todo ello, desde ahora, mantenerse dentro de los parámetros considerados como “saludables” va a ser más complicado. ¿El motivo? El cambio en la “Guía europea para el tratamiento de la dislipemia” (la “Biblia” en la que se apoyan los cardiólogos del continente) que, tras su última actualización, apuesta por una reducción de los niveles recomendados de colesterol LDL (el llamado “malo”) en sangre. Así, las cifras consideradas óptimas se sitúan ahora un 50% por debajo de los valores basales y la objetivo debe ser inferior a 55mg/dL en el caso de pacientes de muy alto riesgo (esto es, con enfermedad cardiovascular previa, enfermead renal crónica grave, etc.). En aquellos de alto riesgo, los niveles deberán estar por debajo de 70mg/dL.

“Hasta ahora el colesterol inferior o igual a 70 mg/dL se estimaba que estaban dentro de la normalidad, lo que quiere decir que se han bajado las cifras objetivo mucho (ahora es de 55). De la misma forma pasa con un diabético que tenga un factor de riesgo cardiovascular (como por ejemplo hipertensión, lo que es muy común), y si antes 100 mg/dL era considerado como nivel óptimo ahora se baja a 70 mg/dL”, explica Alfonso Valle, vocal de la Sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Y es que mantener unos niveles de colesterol LDL en mínimos es uno de los principales factores que ayudan a prevenir los eventos cardiovasculares. De ahí que se haya pasado de la política del “cuanto más bajo mejor” a la de “todavía más bajo, mejor”.

Aunque sólo han pasado tres años desde que se publicaron las últimas recomendaciones sobre el manejo de las dislipidemias, “se ha acumulado una gran cantidad de evidencia nueva”, asegura el profesor Heinz Drexel, coordinador de revisión de directrices para la Sociedad Europea de Ateroesclerosis (EAS) que, junto a la Sociedad Europea de Cardiología (SEC), se encarga de las nuevas guías. Por eso, continúa, “se necesitaba actualizar las nuevas directrices para ayudar a los médicos a proporcionar los mejores enfoques para modificar de manera eficiente y segura los niveles de lípidos y reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular aterosclerótica en la medida de lo posible”.

“Existe mucha evidencia científica para avalar este cambio. Pero esta medida es controvertida en cuanto a que va a afectar a muchos millones de personas y a suponer más tratamiento, pues con ella pacientes que hasta ahora se consideraban controlados van a pasar a no estarlo, a parte de ver si un Sistema Sanitario público puede sostener esto”, sostiene Valle. Por eso, continúa “va a ser muy difícil de implementar”. “Si el porcentaje de cumplimiento de objetivos de nuestros pacientes, si ya era difícil, ahora va a ser casi imposible”, asegura el experto quien cree, no obstante, que “seguramente se seguirán bajando estos límites los los próximos años”.

Por su parte, José Luis Zamorano, vicepresidente de la SEC y jefe de Servicio de Cardiología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, entiende que “no va a suponer un coste extra”, si bien reconoce que, aunque “es cierto que se desconoce el número de pacientes que se van a ver afectados por esta actualización, no creo que vayan a ser tantos”.

Además, por primera vez, la guía incluye el abordaje con inhibidores de la PCSK9 al considerarlo clave para la prevención de eventos cardiovasculares en pacientes de muy alto riesgo. Esta nueva familia de medicamentos resulta muy eficaz pero tienen un coste más alto que los fármacos empleados hasta ahora, lo que incidiría también sobre la sostenibilidad.

“El gasto se dispararía si el 100% de los pacientes estuviera con el tratamiento adecuado, pero lo cierto es que la mayoría no llega a objetivos porque no lo hace bien –asegura Zamorano–. Además, este tercer escalón de tratamiento, que vendría a añadirse a los dos ya existentes (dieta y estilo de vida en primer lugar y estatinas en segundo) se aplicaría sólo en los casos en los que no haya respuesta, por lo que yo creo que tampoco van a ser tantos los pacientes que lleguen a este nivel”, concluye el experto.