La dieta mediterránea en seis bocados

La dieta mediterránea, reconocida en 2013 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, es conocida como una de las más saludables del mundo. A grandes rasgos, todos conocemos sus líneas maestras. A saber, se caracteriza por una abundancia de alimentos de origen vegetal, estacionales y frescos, ofrecen la fruta como postre, limitan el consumo de dulces a momentos puntuales y el aceite de oliva es su elemento distintivo.

Para certificar a ciencia cierta cuáles son las líneas maestras de esta dieta que constituye todo un estilo de vida, la nutricionista y responsable de comunicación de la Fundación Dieta Mediterránea, Isabel Bartomeu, desgrana los seis platos más importantes:

1. Consumir alimentos de origen vegetal (fruta, verdura, legumbre, champiñones o frutos secos) en abundancia. La fruta fresca debería ser uno de los postres habituales. Los dulces y los pasteles deberían consumirse ocasionalmente.

2. El pan y los alimentos procedentes de cereales (pasta, arroz y especialmente sus productos integrales) deberían formar parte de la alimentación diaria.

3. Consumir diariamente productos lácteos, el pescado en abundancia y huevos con moderación. La carne roja debería consumirse con moderación y, si puede ser, como parte de guisos u otras recetas.

4. El agua es la bebida por excelencia en la dieta mediterránea. Para adultos, el consumo de vino con moderación y durante las comidas.

5. Realizar actividad física todos los días porque es tan importante como comer adecuadamente.