Madrid

Cómo salvar 10 millones de muertes con 56.000 millones de dólares

Es necesaria una inversión de 56.000 millones de dólares (unos 52.400 millones de euros) en el periodo 2016-2020 para administrar el tratamiento a 29 millones de personas con tuberculosis, salvar más de 10 millones de vidas y prevenir que más de 45 millones de personas enfermen de turberculosis, según recoge el Plan Global para Acabar con la Tuberculosis para los próximos cinco años hecho público por la Alianza Stop a la Tuberculosis.

Según sus autores, esta inversión ofrecerá un gran beneficio para las personas afectadas, sus familias y sus comunidades y supondrá uno de los más altos rendimientos de la inversión de cualquier intervención de salud, con un estimado de 85 dólares por cada dólar invertido.

La tuberculosis es ahora la principal causa de muerte infecciosa a nivel mundial, causando 1,5 millones de muertes cada año. Estos expertos señalan que sin un plan de inversión clara y una revisión completa de cómo se debe abordar esta enfermedad, es poco probable que se elimine la tuberculosis hasta el final del siglo XX y el mundo no alcanzará los Objetivos de Desarrollo Sostenible recientemente anunciados de poner fin a la tuberculosis en 2030.

El Plan Global para Acabar con la Tuberculosis pretende alcanzar los siguientes objetivos, llamados 90- (90) -90: tener el 90 por ciento de todas las personas con tuberculosis diagnosticadas y tratadas; garantizar que el 90 por ciento de las poblaciones más vulnerables en todos los países son diagnosticadas y tratadas (comunidades mineras, niños, enfermos de VIH, consumidores de drogas inyectables, prisioneros, personas sin hogar, poblaciones indígenas y migrantes, entre otros) y velar por que el 90 por ciento de las personas diagnosticadas completan con éxito el tratamiento.

Sudáfrica, un país con una de las tasas de tuberculosis más altas del mundo, ya ha puesto en marcha su plan para llegar a los objetivos 90-(90)-90 para el año 2020. «El Plan Mundial deja claro que lo que se necesita para poner fin a la tuberculosis es un cambio de paradigma, un cambio en la manera de luchar contra la tuberculosis en todos los niveles, en cada comunidad, en cada establecimiento de salud, en todos los países», afirma el presidente de la Junta Coordinadora de la Alianza Stop Tuberculosis, Aaron Motsoaledi, y el ministro de Salud de la República de Sudáfrica.

«Es una verg~enza mundial y una tragedia humana que la tuberculosis --una enfermedad curable-- esté matando a alrededor de 1,5 millones de personas al año y nadie hable de acabar con ella», destaca la doctora Lucica Ditiu, directora ejecutiva de la Alianza Stop Tuberculosis. «Sabemos que se puede hacer, sabemos cómo se puede hacer, sabemos cuánto nos va a costar. Tenemos que tener el deseo de hacerlo y la energía para seguir adelante. La nuestra puede ser la generación recordada como la que cambió el curso de esta enorme epidemia todavía tratable», añade.

Para implementar las acciones propuestas en el Plan Global para Acabar con la TB, ante todo, hace falta un cambio de mentalidad; con una combinación de las herramientas existentes y otras nuevas en el desarrollo, la enfermedad puede ser derrotada.

La nueva estrategia se centra en un enfoque de derechos humanos y género, un liderazgo político fuerte y un enfoque basado en el paciente y la comunidad, además de destacar que se deben desarrollar programas nuevos e innovadores con intervenciones integradas en los sistemas de salud de los países y mejoras de las malas condiciones socioeconómicas en las que la tuberculosis puede prosperar (incluyendo el hacinamiento y la desnutrición).

Esta batalla con la tuberculosis no se puede ganar sin nuevas herramientas. Para ello, el Plan Mundial pide 9.000 millones de dólares adicionales para la investigación y el desarrollo de una vacuna que proteja a las personas de todas las edades contra la tuberculosis, pruebas de diagnóstico altamente sensibles y rápidas que se pueden implementar en el punto de atención, y regímenes farmacológicos (incluyendo para la tuberculosis resistente a los medicamentos) que sean altamente eficaces y no tóxicos.

Se espera que el financiamiento para el plan que venir de fuentes nacionales de los países de altos ingresos y los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).

El Fondo Mundial de Lucha contra el VIH/SIDA, la Tuberculosis y la Malaria proporciona actualmente casi el 80 por ciento de la financiación externa para los programas de tuberculosis en países de bajos ingresos y medios que requieren apoyo externo significativo. Según Ditiu «el aumento de fondos para cambiar el rumbo del enorme problema de la tuberculosis en el mundo debe estar en la parte superior de la orden del día» de la agenda de la reunión del Fondo Mundial que celebrará en diciembre en Japón.

El doctor Mark Dybul, director ejecutivo del Fondo Mundial, dio la bienvenida al plan diciendo: «Aplaudimos la puesta en marcha del ‘Plan Global 2016-2020: El cambio de paradigma’. Sabemos que abre el camino hacia un impacto acelerado en las epidemias de tuberculosis y, en última instancia, hacia el fin de la tuberculosis. Si nos tomamos en serio acabar con la tuberculosis --considerando que es curable en sólo seis meses-- realmente necesitamos un cambio en el pensamiento, la ambición y la acción en todos los niveles para ampliar, aumentar la cobertura y llegar a todos con el paquete adecuado de intervenciones contra la tuberculosis». «Garantizamos que nuestra Estrategia de Inversión Global 2017-2022 está totalmente coordinada y alineada con el Plan Mundial y vamos a trabajar juntos para ponerlo en práctica», asegura. «Es un ambicioso documento con visión de futuro que hace un llamamiento a todas las partes a realizar su parte para ayudar a alcanzar la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2030», agrega el enviado especiald e la ONU para la tuberculosis, Eric Goosby.