Salud

«Fiar todo a la máquina no es coherente, es un añadido»

Este neurocirujano es el único en España que aplica este tratamiento, que actualmente cuenta con dos de los 15 cascos disponibles para tratar enfermedades. Uno para tratar patologías mentales como la depresión o el estrés postraumático y otro para aquéllas referentes a la pérdida cognitiva como el Alzhéimer o el Párkinson.

Fernando San Juan/ Neurocirujano
Fernando San Juan/ Neurocirujanolarazon

Este neurocirujano es el único en España que aplica este tratamiento, que actualmente cuenta con dos de los 15 cascos disponibles para tratar enfermedades

La depresión, las adicciones y el alzheimer pueden tratarse sin cirugía gracias a la Estimulación Magnética Transcraneal Profunda (EMTP). ¿En qué consiste?

-Es una técnica complementaria, nunca hay que pensar que con sólo esto podemos curar o mejorar una enfermedad. Se aplican pequeños pulsos de energía, semejantes a los producidos por la resonancia magnética, sobre el cráneo mediante unos cascos acolchados, de manera que penetran simultáneamente en la superficie y en la profundidad del cerebro estimulando todos los nodos –responsables de los procesos neurológicos– que contienen la enfermedad. Cada casco está programado para estimular diferentes enfermedades.

-¿Por qué es una novedad?

-Donde no llegaban los anteriores tratamientos, cuando se les asocia éste, somos capaces de dar un último paso. Fiar todo a la máquina no es coherente; la máquina es un añadido. Hasta ahora sólo disponíamos de energías para el cerebro en su superficie –limitada a unos 1,5 cm en la corteza del cerebro–, pero no en la profundidad. Es un tratamiento, además que no precisa ingreso y que es indoloro y sin anestesia.

-¿Puede ser utilizado en todo tipo de personas y en todas las edades?

-Estaría destinado a mayores de 18 años, puesto que antes el cerebro aún no está maduro. Y está contraindicado a cualquier paciente con dispositivos metálicos implantados o no extraíbles en o alrededor de la cabeza, o aquellos que utilicen marcapasos o tengan antecedentes de convulsiones, entre otras restricciones.

-¿Qué características debe cumplir el paciente?

-Debe tener el diagnóstico correcto, estar en tratamiento con tres fármacos antidepresivos

–en el caso de la depresión resistente–, y haber tenido varios episodios de depresión. No importa en el momento que haya empezado a sufrir la enfermedad. Es importante tipificarla y ponerse manos a la obra para mejorarla. En el caso del alzhéimer, cuando el familiar del paciente ve que se desorienta, que no le salen las palabras... con esos síntomas es suficiente para empezar el tratamiento, como en el estrés postraumático.

-¿Cuáles son las probabilidades de éxito?

-Por ejemplo, conseguimos un 71% entre mejorías y curaciones de los casos de depresiones resistentes a fármacos gracias a este tratamiento, que dura entre cuatro y seis semanas en la mayoría de los casos. Se ha comprobado que, además de la depresión resistente, alteraciones de ánimo como el trastorno bipolar, la esquizofrenia, el deterioro cognitivo o el trastorno por estrés postraumático mejoran considerablemente, pero cuando son diagnosticadas precozmente.