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La cosmética eco se convierte en más que una tendencia

Las fórmulas con ingredientes naturales irrumpen con fuerza en el mercado ante la demanda de usuarios que se preocupan por los efectos de la química en la piel

La cosmética eco se convierte en más que una tendencia
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Cada vez resulta más habitual mirar las etiquetas de los productos. En el campo de las cremas esta tendencia se extiende más allá de las modas y parece ser que ha venido para quedarse. Los primeros pasos que dieran los productos con fórmulas a base de ingredientes naturales para evitar alergias en las pieles más sensibles, se han convertido en algo más que un reclamo publicitario de una industria, la cosmética, que día a día es más consciente de esta necesidad es una demanda de la sociedad en general: productos eficaces, sostenibles y naturales.

Desde Stanpa, Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética, han llevado a cabo un macroanálisis de la situación y han puesto de manifiesto que el consumidor identifica el concepto de «belleza natural» con valores como el bienestar, la salud y el respeto por el medioambiente. El trabajo ha analizado documentos de Mintel, Sigmados y Epsilon para extraer, entre otros datos, que el 59% de los españoles piensa que los productos naturales no necesariamente funcionan mejor que el resto y dos de cada tres (66%) cree que no tienen por qué ser más éticos que los que se encuentran fuera de esta categoría.

Sin embargo, desde la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) no consideran que haya suficiente evidencia científica como para determinar si el uso de los ingredientes naturales es superior o no a los modificados químicamente, por lo que desde un punto de vista médico, se debe estudiar cada necesidad para poder recomendar una u otra.

Datos y cifras

El perfil del usario tipo de esta cosmética natural es una mujer urbana, con hijos o embarazada, de edad comprendida entre los 30-45 años y poder adquisitivo medio-alto que persigue un estilo de vida saludable y declara estar interesada por un tipo de alimentación muy concreto (vegetariana-vegana). Éstas utilizan las redes sociales, foros y blogs femeninos para mantenerse informadas sobre belleza, cosmética, nutrición, hijos, etcétera.

Por su parte, la investigación realizada por Mintel ha podido determinar que este mercado en España creció significativamente hace unos años, y se ha mantenido estable desde 2015. Su valor alcanza los 780 millones de euros según estimaciones de Stanpa, lo que significa entorno a un 11% del mercado, a pesar de que el 30% de los lanzamientos al mercado se vincula de una u otra forma con esta categoría. Los productos más demandados son los de aseo e higiene (cremas de manos, pies y cuerpo, jabones, geles, depilatorios y afeitado) y cuidado del cabello.

En cuanto a la respuesta definitiva de por qué eligen este tipo de productos, hay dos afirmaciones clave. El medio ambiente es la razón principal por la que el 62% de los consumidores de belleza natural españoles se decanta por ellos y un 46% esgrime la simplicidad, entendida como fórmulas con menos ingredientes, como una razón a tener en cuenta, como atributos que pudieran ser más propios de la alimentación que de la cosmética. También se alega como tercer factor la transparencia, entendida como valores éticos de las compañías y las marcas. En este sentido, Sólo el 36% de los consumidores afirma poder distinguir qué cosméticos son naturales y cuáles no y en más de la mitad de los casos lo hacen a través de la información de la etiqueta. En torno al 15% lo hace porque observa un sello o certificado. La prueba del «Eye Tracking» matiza esta afirmación: el consumidor mayoritariamente solo mira la información frontal del producto sin llegar a la lista de ingredientes.

Hábitos más sanos

En los últimos años, la tendencia a ser más «saludables» en los hábitos de alimentación se ha transferido también como valor al ámbito de la cosmética. Aunque el 77% de los consumidores afirma dar importancia a los ingredientes naturales en los productos cosméticos, en el proceso de compra se observa que el interés se reduce, pues sólo el 47,7% presta atención a si los cosméticos son naturales o no.

Por su parte, hay un 19% de consumidores que trasladan directamente sus hábitos de alimentación a la cosmética llegando incluso a afirmar que «no se pondrían nada en el cuerpo que no se pudieran comer», pese a que ingerir un alimento y aplicártelo sobre la piel son cosas totalmente distintas.

En la conversación en redes sociales, para seis de cada diez consumidores se trata de productos que contienen «algún ingrediente natural», por lo general botánicos y con número muy limitado, como aloe vera, coco, aceites naturales, karité, flores, argán, rosa mosqueta, almendra, miel, etc. Para un 20% de los cusuarios, se trata de productos «sin» ingredientes o aditivos «innecesarios», pero no es capaz de determinar cuáles deben ser aquellos que han de ser excluidos. Además, para uno de cada 20, lo natural implica que sean productos «cruelty free», desconociendo que todos los cosméticos comercializados en el marco de la Unión Europea ya lo son; puesto que el reglamento de productos cosméticos prohíbe cualquier tipo de experimentación en animales por lo que este «mensaje de reclamo» incumple la legislación vigente.