Pacientes

La radiofrecuencia mejora en un 95% la neuralgia del trigémino

Este procedimiento mínimamente invasivo no sólo logra aliviar el dolor que causa la patología, sino que evita el paso por el quirófano

Vista de una Unidad del Dolor del Servicio de Anestesiología del H.Quirónsalud Málaga
Vista de una Unidad del Dolor del Servicio de Anestesiología del H.Quirónsalud Málagalarazon

Este procedimiento mínimamente invasivo no sólo logra aliviar el dolor que causa la patología, sino que evita el paso por el quirófano

La radiofrecuencia constituye un procedimiento que tiene como objetivo disminuir o eliminar el dolor mediante el uso de ondas electromagnéticas a alta frecuencia que, aplicada en puntos determinados, tejidos o nervios, neutralizan la transmisión del dolor provocando su alivio de manera más duradera que con los bloqueos nerviosos.

Aunque comenzó a utilizarse en la práctica clínica al inicio de los 50, «en los últimos años, y debido a la aparición de nuevos equipos y material, ha permitido ir aumentando el abanico de indicaciones y disminuir los efectos secundarios, posicionándose como una técnica segura y eficaz en el tratamiento del dolor crónico, con una baja incidencia de complicaciones cuando es realizada por profesionales cualificados», explica Ignacio Marín, responsable de la Unidad del Dolor del Hospital Quirónsalud Málaga.

Una de ellas ha sido el abordaje de la neuralgia del trigémino, un trastorno que provoca dolor intenso y de manera crónica que afecta al nervio trigémino, que transmite las sensaciones del rostro al cerebro. «La incidencia de la neuralgia del trigémino es de cuatro o cinco casos por cada 100.000 habitantes y año. Esta entidad provoca una elevada morbilidad a los pacientes afectados –cuenta el doctor Marín–. El tratamiento inicial de este síndrome es farmacológico, respondiendo entre en un 50% y un 70% de los casos. Sólo cuando los pacientes no obtienen alivio del dolor, debido a la recurrencia del mismo o por efectos adversos de los medicamentos, serán candidatos al siguiente escalón de tratamiento, con diferentes alternativas quirúrgicas, siendo una de ellas la radiofrecuencia convencional o termocoagulación del ganglio de Gasser», continúa el experto.

Y es que con procedimientos mínimamente invasivos, como la radiofrecuencia, se evita a los pacientes pasar por quirófano o tener que recurrir a medicación con importantes efectos secundarios. Y, ¿en que consiste este abordaje? «Se accede al ganglio a través del agujero oval, vía percutánea y guiado por fluoroscopia, mediante estímulos sensoriales y motores verificamos la colocación definitiva de la aguja. Se realiza en quirófano y bajo sedación», señala Marín. Para su aplicación se requiere un generador externo, agujas con punta activa y técnicas de imagen que guían en la correcta colocación de la cánula. «El tratamiento se lleva a cabo bajo anestesia local y sedación, así que es confortable y no doloroso. Utilizamos dos tipos de radiofrecuencia, convencional y pulsada, dependiendo del tipo de tejido o nervio a tratar», prosigue.

«La tasa de mejoría inmediata está por encima del 95% en casi todas las series publicadas, con alivio total del dolor cercano al 80%. La tasa de recurrencias puede llegar al 25% en el primer año. No obstante, se podrá repetir la radiofrecuencia», asegura el experto, si bien apunta la importancia de estudiar minuciosamente al paciente con dolor facial, «el éxito del tratamiento se fundamenta en el buen diagnóstico», concluye.