España
Manuel Bayona: “Nuestro país ha sido pionero en la historia de salud digital”
Desde la Sociedad Española de Directivos de Atención Primaria (Sedap), como su presidente, ¿cuáles son las necesidades tecnológicas de la atención primaria (AP)?
-La mayor tecnología en atención primaria está en la capacidad de los profesionales de ponerse en el lugar del paciente, escucharle y generar confianza. Las necesidades en cuanto a herramientas tecnológicas se corresponden básicamente con tres áreas: las nuevas tecnologías, siendo la historia clínica electrónica la herramienta por excelencia; además de la receta electrónica y otras; internet y las redes sociales, que son facilitadoras de la conectividad, la continuidad asistencial, la telemedicina y el trabajo en red; y, los nuevos tratamientos y los medios de apoyo al diagnóstico.
-¿Qué tipo de dotación básica debería haber en cualquier centro de Medicina de Familia para facilitar la labor del facultativo y elevar el impacto en el paciente?
-La dotación básica y fundamental es la historia clínica electrónica del paciente, única y compartida por AP y los hospitales ha supuesto uno de los avances más importantes en la calidad y la eficiencia en este sector. Permite disponer del registro de información y datos de salud del usuarios, hacer su seguimiento, favorecer la continuidad asistencial, la adherencia a los tratamientos, el registro de signos vitales, la receta electrónica, la telemedicina, etc.
La receta electrónica ha permitido que A Primaria y A Hospitalaria dispongan de una herramienta común que facilita la prescripción de medicamentos, la eliminación de la receta en papel, la ganancia en tiempo para el médico, que se evita hacer la receta en papel tradicional, aporta seguridad, seguimiento y adherencia al tratamiento, etc.
Por otro lado, Internet y las redes sociales están suponiendo una gran oportunidad para la conexión y comunicación entre niveles asistenciales, centros sanitarios, profesionales, pacientes y sus domicilios, siempre que se usen d e manera profesionalizada y aplicando el conocimiento científico.Hay que hablar de las herramientas tecnológicas de apoyo al diagnóstico, de acceso a pruebas diagnósticas de imagen y de laboratorio, etcétera, que permitan a la AP agilizar sus procesos, ser más resolutiva y evitar desplazamientos innecesarios de los ciudadanos. La ecografía, la radiología digital, la telemedicina –especialmente útil en Dermatología– y la retinopatía, son procedimientos que no tienen marcha atrás en el valor que aportan a los pacientes desde la medicina de familia.
-¿Cómo deberían introducirse estas herramientas?
-Hay que introducirlas de la mano de los profesionales que las utilizan en su día a día. Es fundamental la formación de los profesionales para su uso adecuado y generar un cambio cultural en la forma de hacer el trabajo en los centros de salud. No se puede incorporar nueva tecnología, si no hay un acompañamiento para hacer las cosas de manera más eficiente y dejar de hacer lo que no aporta valor.
-¿De qué forma se verían sus beneficios entorno al coste-efectividad?
-Los beneficios se podrán ver desde distintos puntos de vista: resultados en salud de mayor calidad, evitar duplicidades en la realización de pruebas, agilizar el diagnóstico y tratamiento precoz, evitar desplazamiento de pacientes al hospital, más seguridad clínica y terapéutica, mejor seguimiento y evaluación de pacientes, etc. Si a esto le unimos el registro de datos clínicos codificados estaremos ante un «big data», que bien gestionado, permitirá avanzar en la Medicina del futuro, que será personalizada, predictiva y preventiva.
-¿Qué países de la UE serían unos buenos modelos a imitar?
-En el entorno de la UE, España ha sido un referente en las últimas décadas en el desarrollo y función de la AP. Junto al Reino Unido, Alemania y Países Bajos, nuestro país ha sido pionero en la historia de salud digital, la receta electrónica y la gestión de tareas burocráticas a través de las nuevas tecnologías. Los retos de la sanidad en la UE también son similares al resto de países, el envejecimiento poblacional, la cronicidad, alto coste de la tecnología y el alto precio de medicamentos innovadores.
España tendría que copiar de aquellos países con fortalezas como los que han sido capaces de retener talento médico, como Francia; los que dan un papel protagonista a la enfermería, como el Reino Unido; los que están innovando con formas organizativas de buenas prácticas y mejores resultados, como los Países Bajos, que están desarrollando modelos de atención comunitaria liderados por enfermería de manera autónoma; o los que más invierten en AP como Alemania.
No hay fórmulas mágicas, pero hay que seguir apostando por el buen desarrollo de la AP, porque esto implica más y mejor salud para la población y garantía de sostenibilidad del sistema sanitario.
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