Prevención
«Runners»: El 60% sufre problemas de salud mientras corre
Nueve de cada diez no se preparan correctamente y no sólo no siguen un plan de entrenamiento adecuado, sino que la mitad ni siquiera acude. al médico tras sufrir un percance, según desvela un estudio sobre los hábitos del corredor español
Nueve de cada diez no se preparan correctamente y no sólo no siguen un plan de entrenamiento adecuado, sino que la mitad ni siquiera acude
al médico tras sufrir un percance
Footing, jogging, running... con el paso de las décadas ha ido cambiando de nombre pero lo cierto es que la carrera continua, como se denomina formalmente, está viviendo actualmente una auténtica fiebre en nuestro país. Según la Encuesta de hábitos deportivos del Ministerio de Sanidad, un 30,4% de los españoles practicaba este deporte en 2015 frente al 12,9% de 2010. –es decir, el número de corredores se ha triplicado en los últimos cinco años– y es el segundo más practicado, tan sólo por detrás del ciclismo. También la cantidad de pruebas populares va en aumento: si en 2016 se celebraron 26 maratones en nuestro país (y muchas otras competiciones menores) en 2017 están previstas más de 30.
Sin embargo, y a pesar de su alta penetración –se estima que 3,14 millones de personas lo practican al menos dos veces por semana– nueve de cada diez (93,3%) no se preparan adecuadamente para hacerlo. Así se extrae del estudio «Percepción y hábitos de los corredores y corredoras españoles», realizado por Cinfa y avalado por la Sociedad Española de Medicina del Deporte (Semed), tras una exhaustiva encuesta a 2.400 personas de toda España de entre 20 y 60 años y que corren al menos dos veces a la semana.
Las cifras que arroja este trabajo no sólo ponen de relieve la falta de preparación de los corredores españoles –tres de cada cuatro no siguen un plan de entrenamiento regular (77%), la mitad (48,5%) no calienta antes de correr ni estira después, y el 86,2% no sigue un plan de alimentación adaptado a su práctica deportiva– sino que, además, pone en riesgo su salud: tres de cada cuatro (75,1%) nunca se han hecho una prueba de esfuerzo, precaución a la que ni siquiera se someten corredores con una afección cardiovascular previa: siete de cada diez (69,8%) no se hace el test.
Sin control médico
«Lo que más me preocupa del estudio es que los usuarios no tienen prácticamente control médico y comunican sintomatología de riesgo. Y no me refiero de riesgo de lesiones de tipo osteomuscular, sino que entre un 5-9% habla de dificultad para respirar, palpitaciones, síncope, mareos, dolor en el pecho... y las patologías que pueden cursar en muerte súbita tienen esta sintomatología», advierte Pedro Manonelles, presidente de la Sociedad Española de Medicina del Deporte (Semed).
Por eso, antes de calzarse las zapatillas, y para estar seguros de que se está en buenas condiciones para empezar a correr, lo primero es buscar un especialista en Medicina del Deporte y hacerse un reconocimiento básico. Éste consistiría, explica Manonelles, en un estudio de antecedentes patológicos familiares y personales; antropométrico; valoración del aparato locomotor; electrocardiograma y prueba de esfuerzo en hombres mayores de 40 años y en mujeres mayores de 45. Esto es así porque «las mujeres están más protegidas frente a la muerte súbita: por cada mujer que muere por este motivo lo hacen diez hombres», dice Manonelles.
Las consecuencias de la falta de preparación también pueden medirse en cifras: seis de cada diez (61,8%) corredores españoles han sufrido problemas de salud mientras practicaban este deporte en el último año. El 38% ha padecido una lesión muscular –sobre todo en pierna, rodilla y tobillo– el 23,1%, dolores de cabeza fuertes y uno de cada diez ha sufrido fracturas y esguinces (11,9%), mareos o desmayos (9,8%) y palpitaciones (8,9%).
«Las lesiones más habituales, a este nivel, son las sobrecargas y las contracturas musculares por no estar acostumbrados a correr. Sobre todo en los gemelos y los cuádriceps, que se ponen como piedras por haber corrido mas de lo que puede soportar la musculatura. Además, cuando esto sucede, dejamos de correr y perdemos el ritmo –advierte Christophe Ramírez, director médico de la Federación Española de Atletismo (RFEA)–. Otra lesión muy común son las fracturas por estrés. Éstas se dan en corredores que practican más tiempo. El hueso se va deshaciendo, sobre todo los metatarsianos del pie, porque no están habituados a esa tensión. Y la solución es parar». Pese a todo, muchos corredores no consideran necesario recurrir a ayuda médica, ni siquiera tras padecer incidentes al correr: uno de cada dos (48,1%) que sufrió algún percance (fractura, mareo, dolor de cabeza) declara que no acudió al médico y uno de cada cinco (21,1%), que no hizo nada al respecto.
Pero además de las lesiones músculo esqueléticas, como advierte la Semed en su dossier «Actividad física y salud», correr puede provocar descompensaciones si existen enfermedades previas como la diabetes, desencadenar problemas cardiacos como arritmia o angina de pecho, causar un infarto de miocardio e, incluso, muerte súbita. En este caso, el fallecimiento del deportista se produce solo dos o tres horas después del primer síntoma, un síncope o pérdida de conciencia que ocurre de manera espontánea. Por ese motivo, es muy importante prestar atención a posibles signos de alerta que puedan aparecer durante o después del esfuerzo, como síncopes o pérdida de conciencia, mareos, palpitaciones, dolor torácico, disnea (dificultad para respirar), cefalea (dolor de cabeza) de esfuerzo, dolores articulares o fatiga importante.
Otro dato preocupante, como denuncia la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (Camfic), es que sólo un 12% de los médicos de familia registra en la historia clínica si el paciente hace algún tipo de ejercicio y, por tanto, le da consejo al respecto. «Debemos concienciar a nuestros compañeros de la necesidad de preguntar al paciente sobre su actividad física, y registrarlo en su historia clínica, al igual que la presión arterial u otros datos vinculados con patologías como, por ejemplo, si fuma o no», asevera Montserrat Romaguera, coordinadora del Grupo de Ejercicio Físico y Salud de Camfic.
Por otra parte, como apunta la especialista en Medicina del Deporte Eva Ferrer Vidal-Barraquer en «Correr sin lesionarse, ¿es posible?», las investigaciones demuestran que entre el 60-70% de las lesiones del corredor está, de una u otra manera, relacionada con el plan de entrenamiento. Es decir, sólo fijar y llevar a cabo una práctica sensata, constante y adaptada a la forma física y circunstancias personales de cada corredor permitirá a este disfrutar de su afición sin riesgos.
La forma ideal de hacerlo, explica Ramírez, «es empezar muy progresivamente y sin metas a corto plazo, corriendo unos diez minutos dos/tres días por semana si no se hace deporte previamente. Después, ir subiendo poco a poco tiempo y frecuencia, por ejemplo a 15 minutos cuatro días a la semana, dependiendo de la afición que se coja. Conviene empezar suave antes de hacerlo en serio, diez minutos de calentamiento y, si lo que se quiere es perder peso o coger un poco de forma con eso bastaría».
Otros consejos que da el experto es hacer siempre estiramientos y correr por terreno blando o por un camino «que es menos duro, que por el asfalto aunque si se corren diez minutos da igual». Y mejor en pista abierta y por un parque que por la ciudad, «ya que de esta forma mantenemos el ritmo de la carrera (no tenemos que para por los semáforos o porque se nos cruce gente) y, además, es menos duro para las articulaciones y sufren menos que parando y arrancando constantemente».
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