Morir a flechazos en Aljubarrota o cómo se salvó la corona de Portugal
Al amanecer del 14 de agosto del año del Señor de 1385, sobre los campos de Aljubarrota, entre Lisboa y Coímbra, pendía de un hilo el destino de la corona de Portugal, reclamada a punta de espada por Juan I de Trastámara, soberano de la vecina Castilla