Crítica de cine

«Ayer no termina nunca»: Qué desolación

Dirección y guión: Isabel Coixet. Intérpretes: Javier Cámara, Candela Peña. España, 2013, Duración: 108 minutos.Drama.

«Ayer no termina nunca»: Qué desolación
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Un escenario desolado sirve de fondo del reencuentro de una pareja en «Ayer no termina nunca». Es la España de un futuro próximo, lo sabemos porque Messi ha ganado su enésimo balón de oro y la tensión se puede cortar . La desnudez del decorado empuja al diálogo hacia lo conceptual, porque Coixet no se conforma con copiar el modelo de «Secretos de un matrimonio» de Bergman, sino que obliga a Javier Cámara y Candela Peña a convertirse en los efectos secundarios de la crisis. Es ésta una vieja película de ideas: los personajes no existen si no es para articular un aforismo, una pose, una toma de postura que se aleja involuntariamente de ella a cada sílaba. La vida interior de los personajes insulta y es en blanco y negro, y lo demás son broncas entre la Europa del Norte (lo masculino) y la Europa del Sur (lo femenino). Si les da pereza lo que leen, imaginen lo que es sufrirlo en pantalla.