Rincones

La cueva casi desconocida de Ibiza perfecta para bucear: es uno de los sitios preferidos de los residentes

Aunque está cerca de Cala Comta, uno de los sitios más visitados por los turistas, en el municipio de Sant Josep, es más conocido por los isleños

La cueva casi desconocida de Ibiza perfecta para bucear: es uno de los sitios preferidos de los residentes
La cueva casi desconocida de Ibiza perfecta para bucear: es uno de los sitios preferidos de los residentesiStock

En la costa suroeste de Ibiza, a medio camino entre las populares calas de Comte y Cala Bassa, se esconde un enclave natural que, aunque cada vez más conocido, aún conserva la magia de lo inesperado: Sa Figuera Borda.

Se trata de una impresionante cavidad natural que la erosión del mar y el viento han moldeado en los acantilados, creando una especie de cueva abierta que se asoma directamente al Mediterráneo.

Este espacio singular recibe su nombre de la higuera salvaje que antaño crecía en la zona. La formación rocosa, con sus enormes arcos naturales y vistas de postal hacia los islotes de s’Espartar y Es Vedrà en la lejanía, ha convertido a Sa Figuera Borda en uno de esos lugares que sorprenden tanto a los visitantes primerizos como a los propios ibicencos.

Una 'catedral' abierta al mar

La característica más llamativa de Sa Figuera Borda es la gran bóveda natural que se abre en el acantilado y que, en ciertas horas del día, parece iluminarse con la luz dorada del sol. Desde dentro, la sensación es la de encontrarse en una auténtica catedral esculpida por la naturaleza, con paredes de piedra que caen casi a plomo hacia el mar.

Sa Figuera Borda
Sa Figuera BordaiStock

La cueva se ha utilizado tradicionalmente como varadero natural, y todavía hoy pueden verse casetas y rampas de pescadores que facilitan la entrada y salida de pequeñas embarcaciones. Esta convivencia entre lo natural y lo humano añade un valor cultural al entorno, pues refleja la estrecha relación de los ibicencos con el mar a lo largo de generaciones.

Acceso y recomendaciones

Llegar a Sa Figuera Borda es relativamente sencillo, aunque requiere cierta precaución. El acceso más común se encuentra en un sendero cercano a la carretera que une Cala Comte y Cala Bassa. Tras unos minutos a pie, el camino desemboca en la parte superior de la cueva, desde donde se puede descender hasta la zona de varaderos.

El terreno es rocoso y, en algunos tramos, resbaladizo, por lo que se recomienda llevar calzado adecuado. No se trata de una playa en el sentido clásico, pues no hay arena ni servicios, sino un rincón natural ideal para quienes buscan tranquilidad, fotografía o simplemente disfrutar de un entorno diferente.

Un sitio para desconectar

Aunque Sa Figuera Borda no tiene chiringuitos ni tumbonas, su atractivo radica precisamente en eso. Es un espacio donde la naturaleza impone sus propios tiempos, perfecto para contemplar la puesta de sol, escuchar el sonido del mar rompiendo contra las rocas o sumergirse en las aguas cristalinas que rodean la cueva.

En verano, algunos grupos utilizan el lugar como punto de encuentro para practicar snorkel o para realizar pequeñas travesías en kayak, aprovechando la singularidad del entorno. No obstante, su encanto se mantiene también en los meses de menor afluencia, cuando el silencio y la inmensidad del paisaje recuerdan al visitante la Ibiza más auténtica.

Patrimonio natural de Ibiza

Sa Figuera Borda es, en definitiva, un ejemplo de cómo la isla conserva rincones únicos más allá de sus calas más turísticas. Su valor paisajístico y cultural lo convierten en un lugar imprescindible para quienes desean descubrir una Ibiza distinta: la de los acantilados, las cuevas marinas y la historia de un pueblo profundamente ligado al mar.