Jesús Fonseca
Se buscan rebeldes
Un muchacho se enfrenta a lo único ante lo que nos arrugamos todavía un poco, en un mundo que lo banaliza todo: la muerte. En Tanzania, Enock vela a su padre moribundo, que le dice cosas que ponen patas arriba su vida... Después de un duro día de trabajo, el colombiano Jorge Castro entra en su habitación y se deja caer sobre la cama. Está agotado. Le gusta el ballenato, la salsa, la cumbia y la cama rica. Lo que no se imagina este joven ingeniero de Santa Marta, es que su vida va a cambiar y en apenas unos años, será sacerdote. En China, en Nicaragua, a otros jóvenes les suceden cosas sorprendentes. Alguna, alguno de ellos, como Masahiro Yuki, que vive en una ciudad situada en el noroeste del mar interior del Japón, al norte de la isla de Kiusu, los pecados de la Iglesia le llevarán sorprendentemente a Dios. Se buscan rebeldes es el título de uno de esos libros que ahora le ha dado por publicar a la editorial Rialp: amenos, con testimonios desgarradores, sinceros, muy directos: de gente corriente y moliente, «que a su trabajo acude, con su dinero paga» y nada le debe a nadie. Bendita sea la hora en la que se han dado cuenta de que por ahí, por ahí van las cosas, más que por los lingotes de acero literarios y los ladrillos babilónicos. Si algo demuestran estas páginas, es que las verdades eternas continúan marcando la vida de bastantes más personas de las que podríamos imaginar. Cada vez a más jóvenes les seduce lo sublime. No tanto por sentirse importantes, figurar o ser admirados por los demás, como porque algo sobrenatural viene a transformar sus vidas. Recuerda José Ignacio Munilla, en el prólogo, que los tres momentos claves en la vida se podrían concretar en el día en que nacemos; aquel en que descubrimos para qué hemos nacido; y ese otro —y el día esté lejano— en el que marchamos de este mundo. Lo que ocurre es que el momento en que descubrimos para qué estamos aquí, condiciona la vida entera. Así que la pregunta que hace al caso es la que se refiere al sentido de nuestra existencia. No hay nada más frustrante que pasar por la vida sin descubrir para qué hemos venido a ella. Sobre todo, habida cuenta de los conflictos y padecimientos físicos y emocionales que nos golpean día tras día. ¿A quién no le entusiasman las historias de aquellos que llevan una vida diferente, apasionada? Un revolucionario, un converso, una prostituta que deja de hacer la calle, una joven médico que lo deja todo y se va a misiones. ¿Qué les obligó a cambiar el paso? Se buscan rebeldes responde a esta pregunta. Un libro audaz, esperanzado. Cosas que pasan, aunque parezca mentira, y que vale la pena conocer y contar en una gacetilla. Se buscan rebeldes y luego... que sea lo que Dios quiera.
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