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PSOE y Compromís abandonan a los valencianos
Isabel Bonig denuncia que, desde que gobierna Sánchez, “los valencianos y sus problemas desaparecieron de la agenda sometiéndolos a una marginación que ahora no tiene voces ”
Nadie dijo que fuera fácil pero nadie pensó que sería tan difícil atender las necesidades de los valencianos. Sencillo no era en plena crisis económica porque las prioridades no se centraban en la inversión sino en salvar el modelo de bienestar y a ello destinó buena parte de los esfuerzos el Gobierno de Mariano Rajoy. Esa perseverancia le dio la vuelta como un calcetín a las expectativas de España en el mercado laboral, financiero y a ojos de los inversores internacionales.
Lograr la estabilidad entre tantas turbulencias no era fácil y aún así Pedro Sánchez, a nivel nacional, y Ximo Puig y Mónica Oltra, en el valenciano, exigían mejoras y reivindicaban cuestiones que sabían imposibles en esa coyuntura. He aquí que la moción de censura –con compañeros de viaje casi innombrables– colocó a Sánchez en la Moncloa y los valencianos y sus problemas desaparecieron de la agenda sometiéndolos a una marginación que ahora no tiene voces que los denuncien más allá de los dirigentes del PP.
¿Dónde está la beligerancia que Puig exhibió contra Rajoy? No queda nada. Sánchez es como una gota de agua del presidente valenciano en cuanto a la gestión. Quienes afirmaban como el propio Puig que el ahora inquilino de la Moncloa, sin pasar por las urnas, se inspiraba en el modelo valenciano, tenían razón. Es igual de decepcionante, sectario e incapaz.
Los valencianos seguimos sin disponer de un modelo de financiación nuevo y no hay nada en el horizonte que permita pensar que va a cambiar, más bien al contrario, los socialistas dan por hecho que en esta legislatura seguiremos sufriendo para poder financiar de manera adecuada los principales servicios públicos.
En la Comunidad Valenciana durante los tres años del pacto PSOE-Compromís han retrocedido los derechos y las libertades y Sánchez ha complementado esta merma en los pocos meses que lleva al frente del país. Al margen de la política de postureo, fotos y eslóganes facilones, afrontamos una verdadera catástrofe para los valencianos porque Puig, primero, y ahora Sánchez han abandonado a los cinco millones de habitantes de nuestra Autonomía.
Ximo Puig llegó al poder engañando a los padres de familia con mejoras en los colegios que nunca llegaron y cuya situación ha agravado con los ataques a la libertad de elección; la misma medicina aplicaron en sanidad donde mintieron a los enfermos que han visto aumentadas significativamente las listas de espera; también escondió la verdad a los que esperaban ayudas a la dependencia, e incluso a los ex trabajadores de Canal 9 a quienes garantizó que readmitiría y que ha dejado en la estacada, como a todos los valencianos.
Pedro Sánchez accedió a la Moncloa con la mentira tantas veces expresada por él de que nunca se apoyaría en Podemos y en los independentistas: ya sabemos el resultado. Y a los valencianos los ha traicionado sin pestañear. En la oposición afirmó que cambiar el modelo de financiación era cuestión de voluntad política y ahora que ostenta el poder demuestra que esa intención jamás existió.
La cremallera en la boca de Puig y de su portavoz, Mónica Oltra, se ha cerrado herméticamente y no recriminan nada a Sánchez pese a que en la reunión del pasado 3 de octubre en la Moncloa le dejó claro al presidente valenciano que no habrá más dinero para inversiones; ni cambio del sistema de financiación; ni más dinero para el transporte metropolitano de Valencia; ni asunción de la deuda histórica; ni equiparación salarial de los bomberos forestales; ni garantía de los recursos hídricos necesarios...
Seis días después el presidente del Gobierno acudió a Valencia en la festividad del 9 d’Octubre y podemos concluir que se rió de los valencianos evitando comprometerse a nada. Los presupuestos consuman la traición y no hay ni una referencia para el Corredor Mediterráneo, los Cercanías o el Tren de la Costa pero Ximo Puig ya ignora lo que él denominaba, con Rajoy en el poder, “el problema valenciano”.
Ese problema sigue sin resolverse y se agrava con el ataque a los empresarios, a los autónomos y a la clase media con una subida impositiva brutal que finiquita la recuperación económica. El silencio vergonzante de Puig evidencia que solo buscan perpetuarse en el poder a costa del bienestar de los ciudadanos. El presidente valenciano no disuelve las Cortes autonómicas pese a que la inacción, la parálisis y el sectarismo han dado por amortizada la legislatura: trata de atornillarse a la silla presidencial. Y qué decir de Sánchez que se ve en la Moncloa hasta 2030.
El pacto por la radicalidad es el sello de la gestión de Sánchez y de Puig que apuestan por la ruptura con la centralidad, el bienestar y la recuperación que deja a los valencianos en una situación muy delicada. Sánchez ejecuta políticas que traicionan a la Comunidad Valenciana con la complicidad del PSPV, Compromís y Podemos ante lo que el PP se queda solo en la defensa de los intereses ciudadanos que haremos valer con firmeza. Que nadie lo dude.
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