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Región

Page pierde la fe en la financiación autonómica y culpa al independentismo: "Quieren romper España"

El presidente autonómico ha considerado que lo razonable sería "una financiación que no requiriera negociación" y que se adaptara de manera autónoma a los posibles cambios

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha sido entrevistado en el programa de CMMedia ‘Castilla-La Mancha despierta’ Piedad López / JCCM

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha mostrado su profunda decepción con el Gobierno de España por la falta de avances en la reforma de la financiación autonómica, un asunto que considera "deprimente" y sobre el que asegura haber "perdido la fe".

En una entrevista reciente con Castilla-La Mancha Media, García-Page ha señalado que un nuevo modelo debería garantizar estabilidad y no requerir constantes negociaciones, pero lamenta que, a pesar de haber incrementado significativamente los ingresos estatales en los últimos once años, no se haya logrado un acuerdo sólido entre las comunidades autónomas.

En el plano medioambiental y territorial, García-Page ha advertido que si a finales de septiembre no se ponen en marcha las nuevas reglas de explotación del trasvase Tajo-Segura, su Gobierno estará dispuesto a emprender acciones legales para exigir su cumplimiento.

El presidente ha recordado que el Tribunal Supremo ha emitido hasta cinco sentencias respaldadas por directivas europeas que protegen los derechos de la cuenca cedente, por lo que considera que la demora supone un "incumplimiento flagrante" que requiere respuesta inmediata.

Críticas a los independentistas catalanes y a la gestión presupuestaria

García-Page ha vinculado la dificultad para alcanzar un nuevo modelo de financiación con los "palos en las ruedas" que, en su opinión, ponen los independentistas catalanes, a quienes acusa de querer "romper España de golpe o poco a poco".

En este sentido, ha lamentado que en esta legislatura aún no se hayan presentado los Presupuestos Generales del Estado, calificando la situación de "difícil de entender" y poniendo en duda la dignidad pública de quienes sostienen esta situación. Sobre este asunto, ha admitido que él, personalmente no sería capaz "de estar tres mandatos sin un presupuesto aprobado".

Finalmente, García-Page ha manifestado su rechazo a la posible cesión al Gobierno catalán de la gestión de sus propias fronteras, un planteamiento que considera que "afecta a la soberanía nacional".

Además, ha denunciado que esta propuesta, defendida por el partido independentista Junts, tiene un "tufo racista", ya que pretende aceptar inmigrantes en función de su incorporación a la cultura catalana, algo que el presidente autonómico considera una forma de segregación e intolerancia. "Separar a los ciudadanos del mundo por cuestiones identitarias, es racismo", ha concluido.