León
Unos regadíos modernos para ganar competitividad
Jesús Julio Carnero destaca que es la «mejor herramienta de sostenibilidad del recurso agua» al anunciar la transformación de 30.000 hectáreas
Serán un total de 30.000 hectáreas de regadío las que se transformarán y modernizarán en Castilla y León a través del Programa de Impulso de Infraestructuras Agrarias, con los que se persigue aumentar en competitividad.
Una iniciativa, que según el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Julio Carnero, es «una apuesta decidida desde un punto de vista integral por el regadío y su ciclo como pilar estratégico en el desarrollo rural» y que supone la «mejor herramienta de sostenibilidad del recurso agua».
Entre los objetivos de este programa se encuentra la creación de «más valor añadido y competitividad dentro de la agricultura», así como mejorar el nivel de vida de los agricultores, atraer jóvenes, el acceso de la mujer, tecnificar y digitalizar explotaciones, mitigar los efectos del cambio climático, diversificar las producciones, potenciar el desarrollo de la industria agroalimentaria, así como reducir la contaminación difusa y promocionar la agricultura del regadío.
Durante su presentación en la localidad leonesa de Sahagún, Carnero señalaba que «abarca la planificación más allá de la ejecución y contempla todo un marco de actuación desde un punto de vista integral y estratégico dentro de la nueva cultura del agua que pone en entredicho muchas de las actuaciones que se llevan a cabo».
El programa se sustenta en siete pilares y que parte de la disponibilidad y regulación del agua, para lo cual se ha suscrito la realización de un estudio con Ferduero para analizar la posibilidad de los aumentos de los recursos hídricos de Castilla y León, mediante pequeñas infraestructuras que «evitaría perder agua».
También se acometerán concentraciones parcelarias allí donde se prevé llevar a cabo la modernización de regadío, para lo que en este momento se está actuando en unas 85.000 hectáreas. Respecto a la transformación del secano y regadío, según el plan se actuará en siete zonas de modernización, en alrededor de 5.644 hectáreas.
Carnero también destacaba la tecnificación y digitalización de las explotaciones, algo «importante que no se contemplaba en anteriores programas de este tipo», al tiempo que incidía en «hacer una diversificación de la producción» para la que «el uso del agua tiene que ser adecuado, claro y determinado», en lo que se trabaja ya en 59 zonas en función de la climatología y la propia tierra, con 35 posibles productos potenciales desde el punto de vista de la producción alternativa.
Por otra parte, el consejero solicitaba a la Confrederación Hidrográfica del Duero que contemple actuaciones que permitan aumentar la capacidad de regulación de la Cuenca en el análisis que está llevando a cabo en el tercer ciclo de la planificación hidrológica de demarcación ya que se podrán aumentar la capacidad al 50 por ciento.