Castilla y León

La Junta y el Ministerio trabajan en la creación de la Red General de Vías Pecuarias

Castilla y León incorporará los datos al Catastro y al Registro de la Propiedad

Vía pecuaria de Castilla y León
Vía pecuaria de Castilla y LeónJcyl

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Miteco, planteó a las comunidades autónomas el año pasado la necesidad de contar una capa cartográfica que recoja la Red General de Vías Pecuarias del Estado y cuyos trabajos se llevan a cabo en paralelo a los que la Junta presentó hace dos años, que se incorporarán a esa herramienta que, utilizando las tecnologías de Sistemas de Información Geográfica (SIG) podrá ser consultada, una vez ultimada, por los ciudadanos y las Administraciones.

La Junta pretende que el trabajo que supone para los técnicos representar gráficamente los más de 32.000 kilómetros de vías pecuarias que aporta Castilla y León al montante nacional no sólo sirva para su consulta sino que además se traslade al Catastro y al Registro de la Propiedad, para que estos bienes públicos se recojan de la manera más fidedigna posible en estos registros.

Esto, señalan fuentes del Ejecutivo autonómico, no solo supondría su mejor definición y defensa si no también la de las fincas limítrofes con vías pecuarias. Cabe señalar que por cada kilómetro de vía pecuaria se estima que hay 20 colindancias, lo que equivale a más de 600.000 parcelas en Castilla y León.

La Junta ha efectuado ya su propuesta al Ministerio para la inclusión en la Red Nacional de Vías Pecuarias, prevista por la Ley, de los trazados de las cañadas reales que atraviesan el territorio de la Comunidad. En esta red, que constituye una parte de las vías pecuarias  de la Red General, se integran aquellas cuyo itinerario discurre entre dos o más comunidades autónomas, así como las que sirven de enlace para los desplazamientos ganaderos de carácter interfronterizo.

Mayor protección y atención

La previsión es dotar a las vías que constituyen esta red de una mayor protección y atención por parte de los organismos competentes. El Ministerio, con las aportaciones de la Junta y de otras administraciones autonómicas trabaja en la norma destinada a identificar las vías pecuarias de la Red Nacional y a garantizar su protección y una gestión racional.

Las vías pecuarias existen desde tiempo inmemorial en los países mediterráneos y en las islas británicas como medios para desplazar el ganado a los lugares más favorables en función del clima y la disponibilidad de pastos a lo largo de los cambios estacionales. Pero donde tuvieron una importancia capital, que llegó a determinar el día a día de sus gentes durante cientos de años, fue en España. Los primeros documentos que hablan de la existencia del Honrado Concejo de la Mesta datan de 1.273 y atribuyen a Alfonso X su creación. Hasta mediados del siglo XIX, cuando la ganadería trashumante, que ya se encontraba muy restringida en relación a la Edad Media, entró en franca recesión, llegó al punto de haber desaparecido prácticamente.

Eso no significa que los itinerarios utilizados por la ganadería trashumante se perdieran. A finales del siglo XIX, las vías pecuarias dejaron de ser servidumbres para declararse en su conjunto bienes públicos, destinados a prestar un servicio público y contando para ello con prerrogativas que han buscado su permanencia y defensa frente al intrusismo que siempre han padecido.

Actualmente, una vía pecuaria sigue sin ser, en la inmensa mayoría de los casos, un camino marcado de manera clara e inequívoca sobre el terreno. Para ello, las tecnologías actuales permiten, mediante un trabajo técnico riguroso, conocer a través de Internet si una finca linda o no con la cañada, si la caseta con el motor de riego está intrusando el descansadero o si la casa que voy a comprar y que se construyó hace 40 años, va a dar problemas al escriturarla o al pedir licencia para realizar una obra.

Una vez ultimados los trabajos, la Junta permitirá el acceso a la capa cartográfica de la Red General de Vías Pecuarias en la Comunidad, de tal forma que, sin llegar a ser una fuente definitiva, exista una idea aproximada de cuáles son las vías pecuarias del territorio autonómico y por dónde discurren.