economía

Cortejo fúnebre en El Bierzo por “la muerte de la hostelería”

Más de medio millar de vehículos, entre coches, furgonetas y camiones recorre la comarca en defensa de su futuro y para pedir que les dejen trabajar ya o que les den ayudas directas para subsistir

Salvo las provincias de Ávila y Segovia, que debido a le mejoría de sus situación epidemiológica podrán reabrir al público sus bares y restaurantes este viernes para regresar a la situación que había antes de la “ley seca” del 6 de noviembre, es decir, terrazas e interiores pero sin consumo en barra, la hostelería del resto de la Comunidad tendrá que esperar al menos hasta el 3 de diciembre como mínimo, o a que la tasa de incidencia de covid acumulada baje de los 400 casos por cada cien mil habitantes en los últimos catorce días o se consolide a menos de doscientos a siete días vista, que es el baremo establecido por la Junta para levantar las restricciones.

Una situación insostenible para la gran mayoría de los hosteleros, pero también para otros muchos sectores que dependen también de la hostelería como empresas distribuidoras, que claman por que les dejen trabajar o, si no es posible, que al menos les den ayudas directas y no préstamos para poder sobrevivir.

En El Bierzo, los hosteleros llevan desde que se decretó el cierre hace más de tres semanas en pie de guerra y saliendo a la calle para denunciar su situación y en defensa de sus negocios. Y hoy han vuelto a hacerlo, pero esta vez en coche, camión o furgoneta por toda la comarca en forma de cortejo fúnebre para hacer visible su malestar e inquietud por el futuro que ven cada vez más negro.

cartel en uno de los coches denunciando la delicada situación de la hostelería del Bierzo
cartel en uno de los coches denunciando la delicada situación de la hostelería del BierzoCésar SánchezIcal

Y la convocatoria ha sido todo un éxito ya que han participado más de medio millar de vehículos en una caravana de protesta organizada por los representantes de la hostelería berciana, encabezada por un coche fúnebre como símbolo de la muerte del sector debido al cierre decretado para hacer frente a la pandemia de la covid. Tras él, camiones y furgonetas de reparto secundaban una marcha que arrancaba en el estadio del Toralín, en Ponferrada, y que recorría otros municipios de la comarca como Bembibre, Villafranca, Cacabelos o Camponaraya.

Además de la nutrida representación de empresarios, trabajadores y proveedores, los organizadores valoraron la participación en la caravana de ciudadanos que a título individual acudían con su coche particular. “Creemos que la hostelería en parte ha muerto, muchos locales ya han cerrado y muchos otros lo van a tener que hacer”, advertía el organizador de la protesta, Juan Antonio Vidal, en declaraciones recogidas por Ical , para quien el cierre del sector “no tiene sentido, porque cuando cierras un negocio por decreto tienes que tener prevista una serie de ayudas”.

Por ello, reclamaba que “cuando se abra de nuevo, se abra sin restricciones”, en lo relativo al aforo máximo de los locales o al servicio exclusivo en terrazas. “Que nos dejen trabajar, que somos conscientes y queremos hacer las cosas bien”, afirmaba.

Corona de flores por la muerte de la hostelería en El Bierzo
Corona de flores por la muerte de la hostelería en El BierzoCésar SánchezIcal

El representante del sector en la asociación de comerciantes Templarium, Mundi Martín, por su parte, aseguraba que la principal demanda de los hosteleros pasa por la llegada urgente de ayudas directas para paliar la situación causada en muchos negocios por el cierre obligatorio con el que se tratan de frenar los contagios. “Si hay que cerrar por sanidad, hay que cerrar, pero que prevean ayudas. Queremos ayudas directas ya, no podemos seguir así”, apuntaba, a la vez que advertía de que un gran número de familias de la comarca depende de estos negocios. “Esto no es sólo Ponferrada, es todo el Bierzo”, explicaba.

Durante la marcha los hosteleros portaban carteles y pancartas en las que podían leerse mensajes como “El problema no está en nuestros negocios”, “Sólo nos queda un latido” o “La hostelería no es la culpable” además de la esquela que repartieron los organizadores para “llorar la pérdida” del sector.