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Valladolid, una ciudad “llena de oportunidades” para los emprendedores

Así lo creen los ganadores de los Premios Empresario del Año que otorga la Facultad de Comercio de la UVa, quienes apuntan a la ilusión, estar actualizados y tener personal bien formado como claves del éxito

La Universidad de Valladolid reúne a los Empresarios del Año con el arraigo y el saber hacer de Valladolid como seña de identidad. En la imagen, foto de familia
La Universidad de Valladolid reúne a los Empresarios del Año con el arraigo y el saber hacer de Valladolid como seña de identidad. En la imagen, foto de familiaUVaLa Razón

“Valladolid es una ciudad algo difícil pero agradecida, muy cómoda para vivir y llena de oportunidades para los emprendedores y para desarrollar proyectos que lleven a otros proyectos”.

Así lo creen y así lo han contado este lunes los ganadores de los Premios Empresario del Año que otorga la Facultad de Comercio de la Universidad de Valladolid, el galardón más longevo de España. Un encuentro que ha servido, principalmente, para transmitir el fuerte arraigo de los empresarios por su tierra, el buen hacer y la innovación que se desarrolla en la capital del Pisuerga.

Además, los emprendedores apuntaban a la ilusión por empezar y consolidar un proyecto, la actualización constante y contar con personal bien formado, como las claves del éxito empresarial así como las buenas prácticas, el esfuerzo, dedicación, innovación constante y gestión diaria de los recursos disponibles, amén de las necesidades que pide el mercado y la sociedad en un momento como el actual repleto de incertidumbres.

En la actualidad, “Valladolid ha puesto su tecnología en Marte”, y cuenta con un Parque Científico “puntero” y empresas referentes en sus sectores, como ha recordado Fernando Mozo, Premio Especial, al tiempo que ha ahondado en la importancia de estar preparado para todo, del valor de construir un sueño y que éste contribuya a mejorar la sociedad y del papel de la universidad como “base para empezar a construir”.

A continuación, Rubén de Pedro, de Ascensores Zener, que este año ha logrado el premio en el sector Industria. Para este empresario, “nunca es tarde” para lanzarse con un proyecto, “pero siempre con ilusión”, y ha enfatizado en lo relevante de contar con un buen ambiente laboral para “lograr crecer”.

Ambos han ahondado en las oportunidades que ofrece Valladolid, una ciudad algo “difícil pero agradecida”, según Mozo, y en su comodidad para vivir y desarrollar “proyectos que lleven a otros proyectos”, y que ciudades como Madrid o Barcelona, que suelen capitalizar el mercado, no pueden acercar a los empresarios, según ha apuntado De Pedro.

Y es que “el arraigo por el terruño empuja”, ha resumido Fernando Mozo, un concepto al que se ha sumado Hector Baza, de Ecogeo y ganador del Empresario Joven, al recordar que aquí conviven el carácter recio y un fuerte compromiso con el emprendimiento y lo social, hecho que ha respaldado Artemio Domínguez, presidente de la AECC en Valladolid y premio Tercer Sector. Una entidad que cumple 60 años en la capital del Pisuerga con una “energía inagotable” y una labor que llega a toda la sociedad, como puede comprobarse en la respuesta masiva a la Marcha contra el Cáncer, que cumple diez años en esta edición.

El que fuera alcalde de Medina de Rioseco ha destacado la movilización de los vecinos de Valladolid y de sus alrededores cada vez que la Asociación los ha requerido, al tiempo que ha solicitado que no se olvide la importancia de mantener la colaboración ciudadana. “Más investigación significa menos cáncer y más vidas”, destacaba Domínguez.

Otros puntos de encuentro de los ganadores de la 37ª edición del Certamen Empresario del Año han sido la ilusión con la que se empieza todo proyecto y todos los esfuerzos que hay que dedicar para que salga adelante. Así, Neftalí Cabrero, de la empresa iscariense “Los Gatos” que ha logrado el premio Servicios, apuntaba al valor de estar permanentemente informado para saber adaptarse al entorno.

Al hilo de esta reflexión, Pablo Ferreras, de Montajes Ferreras, ganador en Hábitat, ha opinado sobre la evolución de la sociedad en los últimos 15 años, donde hay empresas multinacionales que “ni existían”, motivo por el cual considera que “todo es un cambio continuo” y que vaticinar con diez años vista es “más que complicado”.

Mientras que la flexibilidad y la capacidad de adaptación son actitudes puestas a prueba cada día, más aún en pandemia, en el debe todavía se encuentra la formación. Tanto para Mozo Grau, como para Zener, Montajes Ferreras o “Los Gatos”, la actualización y tener un personal bien formado es fundamental, sin embargo, no todos los sectores tienen acceso a ella en las mismas condiciones.

En este sentido, Carlos de Andrés-Montalvo, Víctor Redondo y Carlos Rodríguez, desde el Grupo Blablabla (Premio Hostelería) han lamentado la falta de formación en temas como la gestión de la sala, frente a otros apartados como la cocina, donde sí que hay una oferta importante formativa. Sin embargo, los tres jóvenes empresarios mantienen la ilusión de triunfar en un Valladolid, “referente nacional”, y han anunciado la apertura de dos nuevos locales en próximas fechas. Uno de los sectores donde más se ha notado la crisis ha sido el minorista.

Calzados Lafer ha sido la empresa ganadora en Comercio y su gerente, Ramón Labrador, no ha querido relativizar el presente, “pues aún queda mucho para recuperar la normalidad”, pero sí que ha apuntado que el consumidor ha modificado comportamiento y hábitos de compra.

El decano de la Facultad de Comercio de la UVA, José Antonio Salvador Insúa, daba la enhorabuena a los ganadores, y reivindicaba el trabajo de los emprendedores desde el mundo público, objetivo principal de estos galardones, en un momento como el actual en el que no están bien valorados o vistos como se debiera “ya que sólo se ve la parte de los beneficios y de la riqueza”, lamentaba,

Sin embargo, el decano considera que los empresarios son los “verdaderos” motores de empleo y Renta, “de donde salen los impuestos que necesita la Administración para promocionar los servicios”. Por ello, Salvador Insúa destacaba su esfuerzo y dedicación en la creación de riqueza para la sociedad en la que se enmarcan, como su rol en la creación de empleo, tanto en la ciudad como el entorno rural.