La comunidad educativa se implica con el futuro del planeta

Un total de 44 colegios e institutos de Castilla y León -24 más que hace un año- ha visto recompensada su apuesta por la gestión ambiental y lucha contra el cambio climático y han recibido el sello ambiental de “Centro Educativo Sostenible” que promueven las Consejerías de Fomento y Medio Ambiente y de Educación.

Objetivo: que la educación ambiental forme parte del programa curricular de los centros de educación obligatoria de la Comunidad tanto públicos como privados, e impulsar la participación del alumnado, la utilización de metodologías activas, la adecuación a los distintos niveles educativos y la implicación de toda la comunidad educativa.

Coincidiendo con la celebración este sábado 5 de junio del Día Mundial del Medio Ambiente, el Boletín oficial de Castilla y León (Bocyl) ha publicado este viernes la orden de la concesión de estos reconocimientos por parte de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, que también ha editado una guía de buenas prácticas y soluciones útiles que han puesto en marcha los centros educativos de la Comunidad para su gestión sostenible y para conseguir estos retos medioambientales.

Entre ellos, el que ponía en marcha este curso el CEIP “Benito León”, ubicado en la localidad leonesa de Santa María del Páramo, que ha utilizado el AQ control para medir el consumo de litros por minuto que emite un grifo, además de instalar depósitos de agua y sistemas de riego por goteo en el huerto para evitar la pérdida hídrica o cambiar la grifería de los baños, sustituyéndolos por sistemas de baja presión para reducir el flujo de agua. Medidas con las que el centro educativo ha querido transmitir a los alumnos que el agua es un “bien escaso” y que la huella hídrica no es solamente el agua que se puede contabilizar cada vez que abrimos un grifo o se tira de la cadena, sino que es mucho mayor.

También cuenta con el sello ambiental el IES “León Felipe” del municipio zamorano de Benavente, gracias a su compromiso e implicación con la naturaleza gracias a iniciativas como la repoblación con varias especies autóctonas: encina, roble, fresno, pino… de un espacio degradado, partiendo de las semillas de las mismas, que han germinado, brotado y crecido en el laboratorio, pasando por diferentes maceteros.

Un proyecto con un proceso que, según explican fuentes de la Consejería de Medio Ambiente, implicaba varios cursos y grupos de alumnos, ya que las distintas especies siguen creciendo y en el centro siguen pendientes de poder plantarlas en un espacio a recuperar. Además, en este espacio se está creando el “Bosque del León Felipe”.

La Asamblea del Clima del IES “Vasco de la Zarza” de Valladolid es otra de las iniciativas puestas en marcha en favor de un planeta más saludable y que le ha valido a este centro para contar con el sello ambiental. En este centro educativo se han creado los denominados como “equipos verdes” que han colaborado en la recogida y análisis de residuos y otro grupo que forma la llamada “Asamblea del clima”, en la que se juntan y se reúnen de forma periódica para tratar temas ambientales y proponer acciones así como actividades a desarrollar en el centro durante el curso y en la semana del medio ambiente.

Así, por ejemplo, durante este año han propuesto intercambiar camisetas teñidas por residuos que traiga el alumnado (pilas, tapones, aparatos eléctricos o electrónicos…), y han elaborado vídeos para presentar sus proyectos por las clases en las horas de tutoría.

Este es uno de los proyectos de los que el centro se siente más orgulloso porque son los propios alumnos y voluntarios los que proponen proyectos e ideas para llevar a cabo en el centro y se implican en su diseño, puesta en marcha y evaluación.

¿Qué es el sello ambiental, cómo participar y beneficios?

El departamento que dirige Juan Carlos Suárez-Quiñones en colaboración con la Consejería de Educación al frente de la cual está Rocío Lucas, puso en marcha este reconocimiento público a los centros docentes no universitarios que desarrollan iniciativas de ambientalización integral del centro, basadas en la educación y la gestión ambiental.

Pueden optar a este sello los centros docentes no universitarios de Castilla y León que dispongan o desarrollen un programa de educación ambiental y un programa de gestión ambiental, además, de asumir determinados compromisos en relación con la difusión de dicha actuación. Dicho programa debe estar, además, aprobado por el Claustro de profesores y por el Consejo escolar o estar incluido en la programación general anual o en el proyecto educativo del centro docente y haberse ejecutado durante, al menos, los últimos dos años.

Asimismo, tiene que establecer objetivos concretos y evaluables, disponer de indicadores de evaluación, e incluir metodologías didácticas que impliquen a toda la comunidad educativa y que fomenten la participación activa del alumnado.

Debe combinar la realización de actividades de experiencia y contacto directo con el entorno, con el conocimiento y la realización de acciones para su conservación y mejora, y ha de observar en su contenido los principales impactos ambientales del centro, así como las oportunidades para incrementar su sostenibilidad y la calidad de vida de la comunidad educativa. Igualmente, es necesario que establezca indicadores de seguimiento periódico del comportamiento ambiental del centro, marcando la frecuencia de recogida de datos para uno de ellos.

El período de validez es de cuatro años, prorrogables por otros cuatro, y los centros pueden utilizar y exhibir la placa acreditativa de la condición del sello ambiental «Centro Educativo Sostenible» e incluir en sus materiales y en su actividad promocional la referencia a la obtención del sello ambiental «Centro Educativo Sostenible», además de estar incluidos en el Directorio de centros reconocidos con el sello ambiental y difundir sus memorias en las páginas web de las Consejerías implicadas: medioambiente.jcyl.es y educa.jcyl.es.

Mantener la ejecución y desarrollo de los programas así como compartir su experiencia con otros centros interesados en conseguir el sello ambiental e informar a los miembros de su comunidad educativa del reconocimiento alcanzado y de las buenas prácticas desplegadas para conseguirlo, animándoles a asumirlas en sus ámbitos de responsabilidad, son algunos de los compromisos que estos centros educativos han de asumir al lograr el sello ambiental.