Medio Ambiente

Lobos ante el altar para pedir equilibrio entre su protección y la ganadería

Los veterinarios aseguran que el conflicto debe afrontarse desde “el conocimiento científico”

Manada de lobos presentes en la celebración en el Colegio de Veterinarios de Valladolid
Manada de lobos presentes en la celebración en el Colegio de Veterinarios de ValladolidCOLEGIO DE VETERINARIOSCOLEGIO DE VETERINARIOS

El Colegio de Veterinarios de Valladolid ha presentado este domingo 3 de octubre una manada de lobos ante el altar de la iglesia de los Padres Franciscanos de la capital vallisoletana como símbolo de su demanda de equilibrio entre la protección de este animal y su necesaria coexistencia con la ganadería extensiva, que ven también como un pilar medioambiental.

Este gesto, realizado con lobos nacidos ya en cautividad, forma parte de los actos conmemorativos de San Francisco de Asís, patrón de los veterinarios, según ha explicado a EFE el presidente del Colegio vallisoletano, Rufino Álamo, convencido de que el conflicto surgido entre la protección del lobo y la ganadería debe afrontarse desde “el conocimiento científico” y aplicando distintas recetas para situaciones variadas en cada territorio.

Para Álamo, “tan loable” es la protección del lobo como especie, para garantizar “la mayor biodiversidad posible”, como una actividad como la ganadería extensiva, que analiza como clave en el futuro del espacio forestal por su capacidad para evitar incendios por la vía del desbroce natural que realizan con su alimentación y para preservar los paisajes.

Este especialista veterinario ha incidido en que las cadenas de alimentación naturales “se autorregulan” y ha alertado de la necesidad de que existan depredadores que controlen “plagas de jabalíes y corzos”, generadas en su opinión por el “deterioro del medio” causado por el hombre y que provocan accidentes, entre otros problemas.

Ha vinculado este tipo de situaciones con las “lecciones de la pandemia” de la covid, que indican que es necesario llevar un control de las zoonosis existentes -enfermedades infecciones que pasan de animales a humanos-: “La salud del medio, de los animales y de las personas están íntimamente relacionadas”, ha resumido. ”Los especialistas nos lo están diciendo, eso (la covid-19) ha ocurrido porque el medio está muy desequilibrado y ese desequilibrio determina la propensión a grandes plagas y grandes pandemias”, ha concluido, convencido de que la solución a esto “no puede ser más que la ciencia”.

En este sentido, Álamo ha explicado que, si se traslada esa misma tesis a la “controversia” surgida en torno a la protección del lobo y su colisión con la ganadería extensiva, esas soluciones que se plantean “no pueden ser ni blancas ni negras, sino que hay que buscar los matices oportunos”. En concreto, ha defendido que las soluciones que se busquen para garantizar la coexistencia entre el lobo y la ganadería no pueden ser iguales en Tierra de Campos que en La Moraña abulense, o las que han logrado encontrar en la Sierra de la Culebra zamorana, aunque en algunos casos quizás sí sirvan para zonas como Gredos.

”No se pueden tomar decisiones sin evidencias”, ha insistido el veterinario, partidario de encontrar “ese justo equilibrio”, de la mano de la ciencia, en un medio natural “tan deteriorado por la gran plaga que es el hombre y esa demanda incesante de insumos”.

En su opinión, la solución a este enconado enfrentamiento de intereses únicamente puede llegar de un “buen diagnóstico” de la situación en cada lugar: “Sólo mediante un estudio serio y profundo puede llegarse a ese diagnóstico de situación y a la luz de cuál sea el problema, que seguramente no en todos los sitios es el mismo, deben tomarse esas soluciones”, unas que tendrán que tomar los propios ganaderos para proteger a sus cabañas y otras para resolver problemas puntuales.

”Sea cual sea la norma la realidad se va a imponer y las medidas que tomemos habrá que ir adecuándolas a una realidad que es la que debe ir marcando qué es lo que hay que hacer”, ha zanjado Álamo, quien ha asegurado que hay zonas en las que “el lobo está presente y la convivencia con la ganadería extensiva está siendo razonable” y habrá otros lugares como la provincia de Ávila, donde se producen “más de mil ataques al año, ahí seguramente los ganaderos tendrán que ir adquiriendo prácticas preventivas”.