Sanidad

Un exoesqueleto ayudará a cientos de niños con discapacidad motora en Castilla y León

Mañueco anuncia que esta tecnología, que arranca en Valladolid, se extenderá progresivamente al resto de hospitales de la Comunidad

Fernández Mañueco junto con responsables médicos del Clínico de Valladolid y el exoesqueleto
Fernández Mañueco junto con responsables médicos del Clínico de Valladolid y el exoesqueletoEduardo Margareto/Ical

La sanidad de Castilla y León acaba de incorporar el exoesqueleto pediátrico Atlas 2030, que mejorará la atención a niños y niñas con daño cerebral y patología neuromuscular en la Comunidad. Una tecnología que viene a revolucionar la rehabilitación infantil, como ha significado el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, durante su presentación en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid, y que se enmarca dentro de un proyecto autonómico de investigación para aprovechar esta tecnología.

De momento el número de pacientes beneficiarios ascendería a unos 345 en edad pediátrica, fundamentalmente, niños con parálisis cerebral, atrofia muscular espinal o daño cerebral adquirido, y en el caso de que los ensayos sean satisfactorios, se irá extendiendo de manera progresiva a todos los centros hospitalarios de la Comunidad en la presente legislatura.

Mañueco junto al consejero Vázquez y Elena García Armada
Mañueco junto al consejero Vázquez y Elena García ArmadaEduardo Margareto/Ical

Durante este acto, el presidente ha podido compartir la experiencia y la "emoción" de una menor que ha podido probar el exoesqueleto acompañad por el equipo médico del centro. Y es que esta nueva herramienta aportará grandes beneficios fisiológicos, funcionales, psicológicos y emocionales, mejorando la capacidad de estos niños para vivir una vida plena, facilitando y potenciando el trabajo de los terapeutas a la vez que aumenta el bienestar de familiares y cuidadores.

Un exoesqueleto que es un producto único, elaborado por la empresa Marsi-Bionics, a partir de un "spin-off" del Centro de Automática y Robótica, vinculado al CSIC, tras una investigación liderada por la ingeniera vallisoletana Elena García Armada, reconocida como una de los diez mejores científicos de España. En este punto, Mañueco ha indicado que su adquisición completa un círculo al surgir de un producto del talento científico de la Comunidad, se traslada al sistema de salud y llega a los castellanos y leoneses.

La investigadora que lo ha diseñado Elena García Armada expresó su “emoción” porque el Hospital donde nació haya sido el primero de la Comunidad en contar con el exoesqueleto y remarcó que ejemplifica el proceso de transferencia de tecnología desde el CSIC a la sociedad, a través de la sanidad pública de Castilla y León. También destacó el impacto que tendrá sobre la vida de los niños y sus familias, así como sus beneficios clínicos y emocionales.

Estudio piloto

La patología neurológica compleja en población pediátrica incluye trastornos como la parálisis cerebral, que es la causa más común de discapacidad motora crónica en la infancia y que supone que entre 2 y 2,5 de cada 1.000 nacidos en España tiene esta enfermedad. El estudio piloto, coordinado por el Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, ha necesitado adquirir para su correcto desarrollo un equipo con un coste de 194.000 euros. Este exoesqueleto, que permite realizar la marcha en pacientes que no tienen esta capacidad, dispone de ocho motores sensorizados que aportan movilidad a los niños de entre un metro y 1,30 de estatura, que han perdido la capacidad de caminar debido a la debilidad o espasticidad muscular provocadas por lesiones cerebrales o medulares, u otras enfermedades neurológicas.

El modelo adquirido por Sacyl es un exoesqueleto de marcha que sustenta al niño desde el tronco hasta los pies. Entre sus ventajas se encuentra que no requiere control torácico y se le puede añadir un sistema de sujeción de cabeza, y que está compuesto por ocho articulaciones activas que aportan movilidad total en todas las direcciones. Además, las dimensiones del dispositivo son fácilmente ajustables al crecimiento del niño, y se coloca fácilmente en unos minutos.

Va acompañado de un marco auxiliar que se puede acoplar al exoesqueleto para garantizar la seguridad del paciente y aportar al niño la sensación de caminar por sí mismo, así como facilitar al terapeuta la posibilidad de interactuar con el paciente cara a cara, sin necesidad de mantenerse detrás sujetándolo. El exoesqueleto interpreta la intención de movimiento del paciente de forma no invasiva y responde a esta intención en cada paso.