"Lo normal" en España es emanciparse cuando ya no se es joven

Los jóvenes cada vez tienen más difícil, por no decir imposible, poder emanciparse en España.

Así podría resumirse el informe del Observatorio de Emancipación elaborado por el Consejo de la Juventud correspondiente al segundo semestre del pasado año, o lo que es lo mimo, desde junio hasta el 31 de diciembre, que se ha presentado este martes en la sede del Consejo Económico y Social (CES) de Castilla y León.

Un documento en el que se revela que tan solo tres de cada veinte jóvenes de esta comunidad están disposición de poder marcharse de casa de sus padres a una propia, ya sea en alquiler o comprándola, ya que en ambas cuestiones el nivel de sobrendeudamiento que un joven tendría que hacer frente sería del 30 por ciento.

De hecho, según este informe, en el caso de la compra, un joven en España tendría que destinar su sueldo íntegro durante casi tres años para poder pagar solo la entrada de la casa mientras que para la hipoteca tendría que reservar la mitad de su nómina.

Así, entre las causas de este baja y tardía emancipación de los jóvenes se encuentra, por un lado, los elevados precios de la vivienda, tanto para el alquiler como para la adquisición de un inmueble, que están en "máximos históricos", según el informe, pero también los sueldos que cobran los que están trabajando, por debajo de los mil euros, lo que deja apenas 351 euros para gastos de los jóvenes que alquilan una vivienda, y que pese a que la contratación indefinida ha aumentado, aún sigue siendo muy elevada la temporalidad del empleo joven.

Como aspecto positivo, el informe revela también que 33,1 por ciento de las personas jóvenes está trabajando y estudiando simultáneamente, lo que contraviene la idea de los jóvenes ‘nini’ (ni estudian ni trabajan) cuyo porcentaje en la Comunidad es “tan pequeño que no es estadísticamente significativo”.

Soluciones

Como solución a los problemas de vivienda actuales, desde el Consejo de la Juventud de Castilla y León, su presidenta, Sandra Ámez, propone la creación de viviendas asequibles, aumentando el parque público, y la regulación del precio.

La presidenta nacional del Consejo de la Juventud, Andrea González Henry, se mostraba partidaria de “regular el precio en las zonas tensionadas”, aunque reconocía que es una “cuestión conflictiva” en el reparto de competencias.

Por ello, pedía a “todas las partes” que negocien “un pacto que dure y que solucione el problema tanto en los municipios como en las comunidades”, dado que esta “debe ser la legislatura de la vivienda”, decía en declaraciones recogidas por Ical.

“Las administraciones públicas tienen la responsabilidad de dar una solución urgente a este problema con políticas que mejoren la realidad para construir un futuro no solo más decente sino más digno para toda la juventud”, apuntaba.

Además, a nivel autonómico, Ámez demandaba, por su parte, un “pacto social intergeneracional” que contemple “medidas concretas y a largo plazo” para que las administraciones y el sector público asuman el papel que deben "para dar oportunidades dignas a las personas jóvenes, tanto en el acceso a la vivienda como en el empleo de calidad”.

Diferencias entre provincias

Por otro lado, el Consejo de la Juventud de Castilla y León ha dividido por provincias el precio del alquiler y de la compra de vivienda, en el que se aprecian “diferentes velocidades”, según Ámez, fruto de la casuística de cada territorio.

Así, mientras en Segovia el alquiler mediano asciende a 727,88 euros, debido a su su cercanía con Madrid sobre todo, lo que supone que los jóvenes destinen el 75,2 por ciento de su salario a la renta, en Zamora era de apenas 463,64 euros, el 47,9 por ciento.

El piso compartido surge así como “opción única y más viable”, pese a que la dedicación salarial sigue siendo importante, en este sentido, en Burgos, donde el alquiler habitacional se lleva el 31 por ciento de los recursos de los jóvenes, mientras que en Palencia y Zamora es solo el 20,7 por ciento.

Valladolid es la provincia donde más recursos deben destinar los jóvenes, un 60,9 por ciento de su salario, mientras que en Zamora la cantidad baja al 37,4 por ciento.

"Lo normal en España es emanciparse cuando dejamos de ser jóvenes”, finaliza Andrea González, en alusión a que en España los jóvenes se van de casa cuatro años más tarde que la media en Europa.