Un paraíso para mitómanos y coleccionistas a orillas del Pisuerga

Los amantes del coleccionismo están de enhorabuena este fin de semana, porque tienen en Valladolid un lugar donde acudir para intentar hacerse con ese objeto de deseo que llevan tiempo buscando sin éxito.

Desde una pieza de Lego, Star Wars o Playmobil, pasando por un sello antiguo, un juguete de época, un disco de vinilo de su grupo favorito, una enseña militar o un tebeo de Jabato que perdió de niño y le gustaría volver a tener en sus manos, y así hasta más de 150.000 objetos de todo tipo singulares y en muchos casos únicos, que están disponibles para el público durante este fin de semana en la XV Feria de Coleccionismo que se celebra en la Feria de Valladolid.

Más de cuarenta expositores procedentes de varias regiones de la España autonómica estarán presentes en este escaparate del coleccionismo que organiza la Asociación para la Organización de Ferias y Certámenes Discográficos (Asofed), al frente de la cual se encuentra Carlos Ramírez, quien destaca la "gran acogida" que siempre ha tenido esta actividad en la ciudad -que ahora celebra dos ediciones al año, una en primavera al aire libre en la Plaza de Portugalete, y otra en otoño, cerrada, en la Feria de Valladolid- , y espera que siga teniendo continuidad este fin de semana, donde espera a presencia de entre siete mil y nueve mil personas.

Un certamen completo y de ambiente familiar, dirigido para todos los públicos y edades, muy esperado por los vallisoletanos y mitómanos, que incluye exposiciones únicas, como una sobre el emblemático Festival de Música de Eurovisión, con singles de vinilo de los cantantes ganadores en este concurso entre los años 1960 y 1990 que se complementa con otra con los discos de los que representaron a España en estos años.

Entre las novedades de esta Feria, cabe señalar que quien se acerque podrá ver de cerca una auténtica joya: un camión de bomberos del año 1939 que participó en el gran incendio que asoló la ciudad de Santander durante la madrugada del 15 al 16 de febrero de 1941, una de las mayores catástrofes que ha tenido que vivir la ciudad a lo largo de su historia puesto que calcinó su centro histórico.

Otra de las piezas que sorprenderán y gustarán al público, serán los dos maniquíes que representan a otros tantos guardias urbanos que dirigían el tráfico y velaban por la seguridad de los vallisoletanos hace más de 40 años, y que han sido cedidos para esta Feria por la Policía Municipal.

Cuentacuentos, talleres de Playmobil, photocall, o la participación de la Generación 23, un grupo de escritores con vinculación vallisoletana que han creado una asociación para fomentar la lectura y difundir los libros de narradores que autopublican su obra, así como del Museo de los Cuentos y la ciencia de la localidad palentina de Paredes de Nava, serán otras de las actividades que se han organizado en esta Feria.

Un espacio donde los más pequeños de la casa a buen seguro que podrán descubrir objetos con los que disfrutaron sus padres cuando tenían su edad que formaban parte de la vida cotidiana de España durante décadas.

"Con este certamen queremos fomentar la cultura popular, el conocimiento y la memoria", asegura a LA RAZÓN Carlos Ramírez, mientras reafirma también su apuesta por llevar este tipo de ferias al medio rural también, para dinamizar la vida en los pueblos y aportar su granito de arena frente a la despoblación, como ya hace desde hace unos años también desde Libros K, la librería sobre coleccionismo que gestiona en la localidad vallisoletana de Urueña, la Villa del Libro.

La entrada cuesta 5 euros para los adultos y un euro para los que tengan hasta 12 años, aunque los que aún vayan en la silla de paseo la entrada es gratuita.

La apertura de puertas será a las once y media de la mañana de este sábado y el domingo mientras que se cerrarán a las 20,30 horas de ambos días también.