Sanidad

Pasado y futuro de la enfermería en Burgos

Con motivo del Día Internacional de la Enfermería, una enfermera veterana del HUBU y una recién incorporada reflexionan sobre sus inicios en esta profesión y cómo ha evolucionado con el tiempo

Dos enfermeras del Hospital Universitario de Burgos
Dos enfermeras del Hospital Universitario de BurgosRicardo OrdóñezIcal

Desde hace treinta años, la atención y el cuidado del paciente es una máxima para Marta Serrano, enfermera del Hospital Universitario de Burgos (HUBU) y educadora de diabetes. Esta profesión a la que se dedica desde hace tres décadas fue su sueño desde bien pequeña, ya que, como ella misma confiesa, siempre le ha gustado “cuidar”. Un sueño que comparte con la también enfermera Irene Angulo, que tras acabar la carrera de enfermería, entró a trabajar al hospital burgalés en julio de 2023.

Cada 12 de mayo, promovido por el Consejo Internacional de Enfermeras (International Council of Nurses, ICN) se celebra el Día Internacional de la Enfermería, para rendir homenaje a estos profesionales de la sanidad que velan diariamente por la salud de sus pacientes. La fecha no está elegida al azar, sino que recuerda el nacimiento de la enfermera británica Florence Nightingale, considerada la fundadora de la enfermería moderna.

“Desde pequeña me gustaba la enfermería”, afirma Marta Serrano que recuerda con cariño sus inicios en la profesión de su vida. Pese a que son treinta los años que lleva dedicándose a la enfermería, su formación se inició mucho antes. “No hice bachiller, sino formación profesional, porque directamente quería trabajar en un hospital”, recuerda, y gracias a estos estudios, inició su formación en un hospital a una edad muy temprana, dado que en aquel entonces las prácticas empezaban desde el primer año.

Además, según explica la enfermera, tras hacer las formación profesional, invertía lo veranos en seguir formándose, y trabajaba como auxiliar de clínica, hasta que llegó el momento de iniciar sus estudios en enfermería. “Estaba feliz desde el primer día y con muchas ganas de trabajar”, recuerda Serrano. Sus inicios fueron en el por entonces Hospital General Yagüe, y posteriormente se trasladó al Hospital Divino Valles, donde estuvo hasta 2012, momento en el que el Hospital Universitario de Burgos (HUBU) abrió sus puertas.

A lo largo de tres décadas, Serrano ha ejercido de enfermera en ámbitos como medicina interna, neumología, endocrinología, aunque reconoce que le gustaban mucho las Urgencias, pero no fue hasta adquirir años de experiencia y puntos suficientes que pudo pedir el traslado a esta unidad. Los años le llevaron también a formarse en diabetes, un tema que reconoce que siempre le interesó mucho, y cuando se jubiló la educadora de diabetes, Serrano ocupó su puesto.

Esta enfermera burgalesa de 54 años afirma que desde que inició su trayectoria profesional hasta hoy ha habido una evolución de la enfermería, y que se aprecia especialmente en los “cuidados” a los pacientes. “Ahora todo está mucho más basado en la evidencia y en los estudios. La gente se forma más”, explica.

Otro de los grandes cambios que aprecia esta profesional de la enfermería es la implantación de las nuevas tecnologías, con programas informáticos que “ayudan muchísimo” en los cuidados pero que reconoce que también “requieren de formación”, y considera que la formación es muy importante, y que las enfermeras deben “seguir formándose”, para beneficiar con ello el cuidado del paciente.

Serrano apunta también al “cambio generacional” que se está produciendo en el Complejo Asistencial de Burgos, con la marcha por jubilación de muchos profesionales de la enfermería, y la llegada de gente joven para cubrir esas plazas. “Viene gente con distintas inquietudes y notamos mucho ese cambio”, afirma.

Irene Ángulo es un ejemplo de esa sangre nueva que ha entrado en el hospital burgalés. Con 22 años y tras finalizar la carrera de enfermería en Valencia, en julio de 2023 recibió la mayor de las alegrías al recibir una llamada del hospital de su ciudad natal para cubrir una baja en la planta de Urología. Diez meses de formación en primera línea que afirma que le han servido mucho para aprender, así como “motivarse” para seguir dedicándose a esta profesión. Ángulo destaca también el “compañerismo” que hay en el hospital, y agradece el apoyo recibido por sus compañeras.

Natural de Burgos, Irene Ángulo siempre soñaba con dedicarse a esta profesión, sin embargo la nota de corte en Burgos le obligó a bajar a tierras valencianas para estudiar esta carrera, y tras cuatro años regresó a su ciudad natal, donde ella misma asegura que ha tenido “mucha suerte” de poder entrar a trabajar. “Muchas de mis compañeras no han tenido la misma suerte y están todo el día moviéndose, pero diez meses seguidos en el mismo sitio se agradece”, indica.

Su situación cambiará pronto y su jornada se reducirá debido a que iniciará sus estudios para especializarse como matrona, una especialidad que asegura que siempre le ha “gustado”. Al hilo de esto, tanto Marta Serrano como Irene Angulo defienden la importancia de continuar formándose en el ámbito de la enfermería, y en concreto de especializarse.

Continua formación y especialización

“Cuando nos llevan de un sitio a otro, no es lo mismo una especialidad que otra, que una persona que trabaje en Urgencias o en la planta de hospitalización” ,indica Marta Serrano. “En mi trabajo no me puede sustituir cualquier enfermera y creo que debería haber muchas más especializaciones que enfermerías de manera general”, añade. “Hay pocas especialidades en enfermería y debería haber más”, apostilla Angulo, que señala que en el hospital hay servicios “muy específicos” que requieren de un conocimiento más concreto del que se adquiere únicamente de forma general con la formación de enfermería.

Serrano recuerda así que cuando acaban su formación y empiezan a trabajar en un hospital se “pasa miedo”, dado que dependen de ellas muchas cosas y van aprendiendo con el tiempo y la práctica. “Mejoras en el trabajo día a día”, afirma, y por ello señala la “angustia personal” que supone que las enfermeras vayan cambiando de unidades y plantas, dado que el trabajo que se realiza en un sitio u otro no es el mismo, y eso les genera una “angustia personal terrible”. “Por eso es importante la formación continuada. Tenemos que saber de todo, porque nos pueden mandar a cualquier sitio en cualquier momento y es duro pasarlo como profesional”, apunta.

Uno de los cambios que también ambas aprecian en la profesión es el cambio de mentalidad en los profesionales. “La gente se quiere mover mucho, hoy en día no les importa viajar. Trabajar en Madrid unos meses, luego irse. La vida ha cambiado y las personas jóvenes son diferentes”, afirma Serrano. Angulo confirma esta opinión, aunque en su caso, tras pasar cuatro años fuera de casa, tiene claro que por el momento está “muy bien en Burgos”, y es donde quiere desarrollar su trayectoria profesional.

Recomendación para futuros profesionales

Con más o menos experiencia, ambas enfermeras tienen muy clara su recomendación para futuros estudiantes de enfermería y profesionales que llegan a los hospitales. En el caso de Marta Serrano, “humanización en los cuidados” es algo “básico”. “Mirar a los pacientes y la formación continuada” son sus dos recomendaciones. Consciente de los cambios que se están produciendo en la sociedad, Serrano considera importante estar “abiertos a los cambios”, pero sin olvidar nunca la “humanización en los cuidados”.

Por su parte, Angulo aconseja “dar todo por lo que quieren”, porque “merece mucho la pana”. “Los pacientes se muestran muy agradecidos por los cuidados que les ofreces y cómo les tratas, o solo por hablar con ellos y darles apoyo. Aunque el proceso sea duro, todo llega”, concluye.