Turismo
El pueblo de "postal navideña" que no te puedes perder en un entorno mágico y único
Se encuentra situado en una de las zonas naturales más desconocidas de España
En estos días "navideños", hay lugares en España que llaman la atención y que merecen una visita. Por su singularidad y por su entorno. Y si hay nieve, la estampa no puede ser más idílica. Nos acercamos hacia la provincia de León. Allí se encuentra uno de los banco más bonitos existentes en territorio nacional, por todo lo que se puede contemplar desde él. Se trata de Riaño, un pueblo creado de la nada en 1987, ya que el anterior pereció bajo las aguas del embalse junto a otros ocho pueblos.
Pero este lugar se ha convertido, sin ninguna duda, en una de las zonas naturales más increíbles de España y, también sorprendentemente de las más desconocidas para el turismo de masas. Y es que todo se aúna en un mismo espacio, montaña, agua, espacios naturales, patrimonio cultural y un legado extenso y excepcional. Un gran número de atractivos turísticos que sorprenden al viajero que se acerca hasta aquí.
Riaño impresiona por su entorno natural pero merece la pena caminar por las calles del pueblo y descubrir un hórreo típico leonés o el “Monumento al silencio”, una escultura que recuerda la tragedia medioambiental y humana vivida en 1987. Las campanas que se pueden ver formaron parte de las iglesias de los pueblos que yacen bajo las aguas del embalse. Caminamos también hasta la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, de estilo románico, que fue trasladada piedra a piedra desde La Puerta, con unas pinturas medievales que hay en su interior.
Todo en Riaño es un museo al aire libre: El Corro de los Aluches, chozos, hórreos típicos, la iglesia de Santa Águeda o el Museo Etnográfico de la Montaña de Riaño, donde se pueden completar las reproducciones de escenas costumbristas de la zona. Y numerosos miradores, como los de Alto Valcayo y el de Las Hazas, donde además, uno puede disfrutar de los parajes existentes mientras se balancea sobre un columpio gigantesco.
Rutas por los alrededores
Y si queremos hacer senderismo, las opciones son varias: La subida al pico Gilbo, que se puede realizar a través de un sendero circular sencillo que carece de dificultades técnicas, aunque algún tramo puede ser dificultoso. Son alrededor de 7,5 kilómetros de senderismo que nos lleva por parajes asombrosos, atravesando un bosque de hayas, donde a partir de ahí el terreno comienza a ser más escabroso. Pero todo lo compensa al alcanzar la cima, a 1.679 metros de altitud, donde se puede observar la presa en todo su conjunto y la Montaña Leonesa en su plenitud.
Esta subida al pico Gilbo comparte el primer tramo con la ruta que nos lleva a la Cueva Vieja del Monte. Con un recorrido más asequible, si vas con niños pequeños, para conocer la cueva de un personaje de la mitología leonesa, que cocinaba pan para los pastores, y que estos llevaban a sus respectivos hogares para dárselo a su familia.
Para los más aventureros, el Pico Yordas, un rompepiernas de casi unos 20 kilómetros de andadura si hacemos el trayecto largo, aunque otra opción es la de coger un barco en el propio Riaño que nos acerca al otro lado del embalse, y desde ahí sólo son seis kilómetros. Las vistas de la Cordillera Cantábrica, inmejorables.
Otras dos rutas por esta zona son las del Valle de Hormas, de unos 6,2 kilómetros de longitud o la Senda de la mitología leonesa. Y muy cerca de Riaño se pueden conocer otras maravillas de la Montaña Oriental leonesa, como el Valle de Sajambre, en la vertiente más leonesa de los Picos de Europa, con innumerables rutas senderistas o el Valle de Valdeón.
Y para reponer fuerzas, que mejor la gastronomía local con el tradicional cocido de la Montaña de Riaño, basado en una legumbre tradicional, los arvejos, acompañado de costillas, morro, legua, chorizo, tocino u oreja.
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