Historia
Qué impresionante pueblo cuenta con la denominada "Petra" española
Además el pequeño pueblo cuenta con una de las bodegas más espectaculares y sostenibles de España
España nada tiene que envidiar a ningún país. Cada uno de sus pueblos o ciudades, sean del tamaño que sean, esconden algunos de los tesoros patrimoniales más impresionantes del mundo. Es el caso de un pequeño municipio que cuenta con un templo que está considerado como "La Petra" española.
Todo el mundo sabe que la ciudad de Petra es uno de los monumentos más impresionantes del mundo. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, su conjunto monumental, histórico y paisajístico tiene un valor incalculable y son muchos los que se acercan hasta Jordania para contemplarlo.
El asentamiento de Petra se localiza en un valle angosto, al este del valle de Arabá que se extiende desde el mar Muerto hasta el Golfo de Aqaba. Los restos más célebres de Petra son sin duda sus construcciones labradas en la misma roca del valle (hemispeos), en particular, los edificios conocidos como el Khazneh (‘el Tesoro’) y el Deir (‘el Monasterio’).
Fundada a finales del siglo VIII a. C. por los edomitas, fue ocupada en el siglo VI a. C. por los nabateos que la hicieron prosperar gracias a su situación en la ruta de las caravanas que llevaban el incienso, las especias y otros productos de lujo entre Egipto, Siria, Arabia y el sur del Mediterráneo.
Hacia el siglo VI d. C., el cambio de las rutas comerciales y los terremotos sufridos condujeron al abandono de la ciudad por sus habitantes. Cayó en el olvido hasta que en 1812 el lugar fue redescubierto para el mundo occidental por el explorador suizo Jean Louis Burckhardt (1784-1817).
Numerosos edificios, cuyas fachadas están directamente esculpidas en la roca, forman un conjunto monumental único que, a partir del 6 de diciembre de 1985, está inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. La zona que rodea el lugar es también, desde 1993, parque nacional arqueológico. Desde el 7 de julio de 2007, Petra forma parte de las nuevas siete maravillas del mundo moderno.
Pues dejando comparaciones a un lado, en esa búsqueda de comparaciones que hace la gente, muchos son los que aseguran que un pequeño burgalés cuenta con su propia “Petra”. Este municipio es Gumiel de Izán, y el templo en cuestión, su Iglesia de Santa María, que fue construida entre los siglos XIV y XVII y constituye el monumento más importante de la localidad. El templo se levantó sobre otro más antiguo del siglo XIII del que todavía se conserva la torre, y está dedicado a la Asunción de la Virgen de Santa María, que ocupa el lado norte de la plaza mayor.
De tres naves, gótica, cuenta con varias capillas, de las que sobresalen la del Rosario y la del Cristo, ambas al lado oeste, completan el conjunto. La bóveda es de crucería y en algunos de sus nudos se pueden contemplar los escudos de algunos de sus mecenas. Además, en la capilla de San Miguel pueden verse los escudos de la familia del Marqués de Santillana que aunque fue señor de Gumiel durante tan solo 6 años, dejó su huella en la construcción de la iglesia. La fachada y escalinatas son barrocas.
En el interior destaca sin duda alguna el retablo del altar mayor, tardogótico, de principios del XVI, que narra en grupos escultóricos distintas escenas de la vida de Jesús así como de la Virgen María. Las tallas dedicadas a la Virgen ocupan la calle central del retablo: nacimiento, ascensión y coronación. Se remata el retablo con un calvario. Otros personajes, como el rey David con el arpa desenfundada, completan el conjunto, cuyas piezas han viajado a la exposición Las Edades del Hombre en distintas ocasiones. En la exposición que tuvo lugar en Bruselas (1996), Gumiel participó con una pieza excepcional: una virgen románica sedente del siglo XII.
Cuenta además con otros altares interesantes como el de San Pedro (renacentista), el de la Virgen del Rosario (barroco) y el Cristo de la Paciencia (siglo XIII). En la capilla de la Virgen de Rosario se expone además una pila bautismal, proveniente de la ermita de Santa Marina de Revilla, ya desaparecida, y de una colección de capiteles románicos provenientes del desaparecido también convento cisterciense de San Pedro. Un Cristo yacente articulado, de la escuela castellana, es otra pieza que conviene destacar. En la sacristía hay un pequeño museo con importantes piezas como la imagen románica conocida como la Virgen de Tremello, y la talla gótica del Cristo de Reveche.
Junto a este templo, la localidad alberga multitud de atractivos que la convierten en un destino perfecto para pasar el día. De hecho, su casco histórico fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 2003.
Por este motivo, merece la pena pasear por sus calles y disfrutar de la arquitectura popular, que puede recordar a la de otros pueblos castellanos de la Ribera del Duero como Peñafiel o San Esteban de Gormaz, y de sus construcciones entre la que destacan los lagares.
Sus calles conducen a lugares tan especiales como su Plaza Mayor, donde se pueden contemplar algunas construcciones típicas de la zona, algunas de ellas porticadas. Además, contempla otros atractivos monumentales como el arco de los Mesones, el Castillo, la ermita de Santo Cristo de Reveche, la ermita de la Virgen del Río, la ermita de San Roque y la de San Antonio.
También hay evidencias en Gumiel de Izán de los restos de una muralla (en el siglo XIV sus vecinos prestaron refugio al rey Pedro I el Cruel dentro de sus muros), muralla de la que solo quedaban cimientos, escombros y dos puertas (las del Mediodía y Norte) en el siglo XVIII. Posteriormente el trazado de la muralla se amplió por el crecimiento del núcleo del pueblo. Esta muralla es "Bien de Interés Cultural" desde 1949.
Y junto a estos tesoros patrimoniales, Gumiel de Izán cuenta con una espectacular bodega, Portia, diseñada por el afamado y prestigioso estudio de arquitectura Foster & Partners. Un proyecto arquitectónico espectacular, un símbolo de vanguardia y futuro. Una estrella de tres puntas en el corazón de Ribera del Duero.
Luz, materia y alma, un icono de la arquitectura del mundo del vino. Acero, madera, hormigón y vidrio, su diseño aúna el equilibrio de los materiales con las formas, de la arquitectura con el paisaje y de la tierra con el cielo. Bodegas Portia, un símbolo y una certeza.
Inaugurada en octubre del 2010 su creación es el proceso pausado de materializar una idea, ponerle cimientos para que se sostenga en el aire. Aquí surge de la tierra lo que es el cobijo, el habitat y la antesala de los vinos que en ella se elaboran. Su impresionante estética y su arquitectura se conjugan a la perfección con la personalidad de sus vinos, de estilo moderno, de gran potencia, riqueza y elegancia.
Portia es una de las mecas de la arquitectura de vanguardia en el corazón de la Ribera del Duero. Una icónica bodega que invita a sus visitantes a vivir una experiencia inolvidable que aúna arquitectura, arte, gastronomía y nuestros reconocidos vinos: Roble, 10 Meses, Crianza, Prima, Triennia, Summa y nuestro verdejo Rueda.
Situada en el kilómetro 171 de la A1 a Madrid, en el municipio burgalés de Gumiel de Izán, es una bodega diseñada por el prestigioso estudio de arquitectura Foster & Partners. Un proyecto único que ha supuesto la culminación de un logro donde la armonía entre su impresionante estética y la funcionalidad es total.
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