Los secretos del último y grandioso jardín barroco de Europa y que está en Segovia

Se trata de la contribución más importante del reinado de Felipe V a la historia de los jardines españoles. De hecho, nos encontramos ante el último y grandioso jardín barroco construido en Europa. El mejor ejemplo en España de jardín a la formal a la francesa, popularizados por las creaciones del jardinero francés André Le Notre. Nos estamos refiriendo a los Jardines del Palacio Real de la Granja de San Ildefonso (Segovia), una de las residencias de la familia real española y gestionado en la actualidad por Patrimonio Nacional.

El trazado de estos jardines se debe al arquitecto Rene Carlier, que los dejó diseñados y gran parte de ellos realizados antes de su muerte en 1722. El testigo fue recogido por los escultores Rene Fremin y Jean Thierry y el jardinero Esteban Boutelou, todos ellos franceses. La disposición de sus calles y avenidas se proyecta más allá del recinto, llegando incluso al pasaje serrano de los Montes de Valsaín.

Cuentan con una extensión de 146 hectáreas, y en su diseño se usaron las pendientes naturales de las colinas para darles una mejor perspectiva visual. La propia pendiente natural fue utilizada para conseguir la presión de agua en las fuentes, algo no visto hasta entonce sen la época y que hace que algunas fuentes, sus chorros superen los 40 metros de altura.

Sus fuentes continúan funcionando a día de hoy con el sistema original de aperturas manuales y canalizaciones por las que el agua discurre debido a un ingenioso juegos de presiones y desniveles. El abastecimiento de agua procede de los arroyos anexos que llenan el estanque conocido como "El Mar", que puede llegar a albergar hasta 216.000 metros cúbicos de agua, pero también hay otros ocho estanques más pequeños, situados a diferentes cotas, con los que se consiguen las diferentes presiones adecuadas para las fuentes.

Ya en los jardines nos encontramos con un total de 21 fuentes, cada una de ellas con su cámara de válvulas o arquetas y con unas tuberías por donde discurre el agua, de hierro fundido, y con más de 300 años de antigüedad. Se calcula que la longitud total de ellas alcanza los 13 kilómetros y que su diámetro en algunos lugares alcanza los 50 centímetros.

Mitología clásica, deidades, alegorías conforman el aspecto de las fuentes, construidas todas ellas en plomo, pero pintada en bronce con el fin de ennoblecerlas y darles un aspecto muy parecido al de Versalles.

Todas las fuentes consumen cerca de 9.000 metros cúbicos por hora en el caso de funcionar a la vez, que es la misma cantidad de agua que se consume en Segovia capital. Por eso estaban pensadas para ser encendidas solo cuando se acercara el Rey. Si uno quiere ver este espectáculo tiene que fijar tres fechas en el calendario; 30 de mayo, día de San Fernando; 25 de julio, día de Santiago; y 25 de agosto, día de San Luis.

Si tenemos que destacar alguna de las fuentes, nos quedamos con la de la Fama, que montado en un caballo alado tocando su flauta sale un chorro de más de 42 metros de altura. Esta fuente tiene 21 surtidores que consumen 360 litros por segundo. La Fuente "Carrera de Caballos" está formada por tres. La de Neptuno alcanza los 30 metros de altura mientras que la de Paolo llega a los 23 metros. Y la Cascada Nueva está situada enfrente del palacio y sobre 1850 tuvo que ser reconstruida por el grave deterioro sufrido.

Otras fuentes son las de los Vientos, la Selva, las Caracolas, Andrómeda, Baños de Diana, Las Ranas (con 60 surtidores), Canastillo u Ocho Calles.