Economía circular
La segunda vida de los aerogeneradores que han cumplido su vida útil
En 2026, Castilla y León contará con al menos un centenar de parques eólicos obsoletos que habrá que desmantelar
Dominan el viento hasta convertirlo en energía eólica. Son los aerogeneradores y, desde que en España se instalara el primer parque eólico, allá por 1984 en Garriguella (Gerona) y en los años 90 llegase el gran despliegue de este tipo de energía, se han ido incorporando al paisaje de todo el país más de 21.500 molinos de viento. Transcurridas tres décadas largas desde entonces, las instalaciones más antiguas están a punto de cumplir su vida útil de entre 20 y 25 años, y es momento de pensar en su desmantelamiento.
Se calcula que entre 2023 y 2028 se deberían desmantelar 10 gigawatios (GW) de proyectos eólicos en España. En Castilla y León, la potencia eólica a que quedará obsoleta entre 2023 y 2030 alcanza los 5.600 MW. Y ya en un horizonte más cercano, hasta 2026, en la Comunidad se deberían retirar algo más de 2.000 MW, o lo que es lo mismo, cerca de un centenar de parques. Y llega el dilema. ¿Se puede reciclar de forma completa un parque eólico?
Naturgy, Ruralia (holding de participadas en Caja Rural de Soria), Postelectrica y HUSO 29) han dado con la clave para dar una segunda vida a esos aerogeneradores obsoletos y han creado en Soria GIRA Wind (Gestión Integral de Reciclaje de Aerogeneradores), la primera iniciativa empresarial de España que se dedicará a las tareas de desmantelamiento y reciclaje integral de parques eólicos, convirtiendo el reto del reciclaje eólico en una solución.
La elección de las localidades sorianas de Almazán y Garray para la instalación de una empresa de vanguardia en el reciclaje de parques eólicos no es fruto de la casualidad. Castilla y León es la Comunidad de España con más presencia de parques eólicos, la que cuenta con más potencia instalada y la primera que tendrá que abordar la repotenciación y renovación de estas instalaciones. La de Almazán será una planta piloto, mientras que la de Garray se proyecta como la primera planta comercial de España, ya que la idea es poder replicar este modelo de negocio en otras geografías con la colaboración de empresas locales y nacionales, así como de las distintas administraciones.
En su objetivo de potenciar la transición energética a través de la economía circular, esta empresa no solo se encargará del desmantelamiento del parque, sino de reciclar, tanto las turbinas como las palas y el equipamiento eléctrico, así como de reacondicionar, recuperar y valorizar el mayor volumen posible de equipos y de componentes para su reutilización parcial o integral, dando entrada a la integración de otras compañías y agentes del ecosistema, y cerrando así la cadena completa de la economía circular vinculada a la energía limpia.
En las futuras instalaciones de Almazán y Garray se decidirá qué elementos se recuperan y qué equipos podrían ser reutilizados. En el caso del reciclaje, las opciones son múltiples y todas se están materializando en este banco de pruebas. En esta planta soriana se llevará a cabo, entre otros procesos, la recuperación de la fibra de vidrio en palas, cubrebujes y capotas para reincorporar este material al mercado, ya sea en el sector naval o automovilístico, e incluso en la fabricación de materiales de construcción como el hormigón o el asfalto, y se dará una segunda vida, por ejemplo, a las maderas para aplicarlas en encofrados para construcción o para la fabricación de muebles.
Cobra especial relevancia la puesta en marcha de esta empresa pionera en España dado que, en cumplimiento con las nuevas normativas comunitarias, a partir de 2025 muchos de los componentes que conforman estos molinos de viento no podrán ser depositados, como hasta ahora, en vertederos.
Con el reciclaje integral de los parques eólicos que hayan cumplido su vida útil se abre una oportunidad de negocio. Se estima que alrededor de unos 3.000 aerogeneradores tendrán en España entre 2023 y 2025 una antigüedad de 25 años y, por tanto, serán potencialmente reciclables.
En este proceso, Naturgy y Ruralia no viajan en solitario, y tratan de crear alianzas para articular el proceso más efectivo. Así, GIRA Wind cuenta también con la participación de dos empresas industriales, Posteléctrica Fabricación, del sector del reciclaje de materiales, y la empresa Huso 29 Renovables, dedicada a la instalación y mantenimiento de parques eólicos.
El lanzamiento de esta iniciativa llegó tras años previos de colaboración con el Centro de Desarrollo de Energías Renovables (CEDER), dependiente del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT); con las universidades de Alicante, Valladolid y Zaragoza; con la Fundación CIRCE y el Centro Tecnológico CARTIF, además de con distintas consultoras e ingenierías.
Esta nueva iniciativa de Naturgy forma parte de un todo. De hecho, se enmarca en el compromiso de la compañía con la sostenibilidad y la economía circular, y con su objetivo de jugar un papel activo en la transición energética y en la descarbonización.
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