Cataluña

«En la Red no hay filtros ni límites, solo los que impongamos los padres»

Entrevista a Sílvia Barrera, inspectora de policía y experta en investigación de cibercrimen

Sílvia Barrera
Sílvia BarreraJ. R. Pozos

Silvia Barrera acaba de publicar su tercer libro, ‘Nuestros hijos en la red’, una guía que enseña a los padres lo que deben saber para ayudar a sus hijos a navegar en la red con seguridad.

-¿Qué le ha motivado a escribir esta guía?

-Dos motivos. El primero, trasladar mi visión personal desde la experiencia adquirida durante 15 años trabajando contra el cibercrimen e investigando y formándome por mi cuenta en materia de ciberseguridad y redes. Esto me ha permitido adquirir un profundo conocimiento en materia ciberseguridad, cibercrimen, redes y menores. Una experiencia personal que les cuenta a los padres de todo el mundo: «Estas situaciones, algunas más duras que otras, pasan en la Red, vuestros hijos están expuestos y éstas son muchas de las herramientas que tenemos para afrontarlas». Y, por otro lado, para mí es un deber personal trabajar para divulgar conocimiento, trasladar mi experiencia y concienciar. Abordar una materia tan importante y sensible como menores y redes de la forma más didáctica, cercana y profesional posible ha sido un reto, y casi un deber moral, que tenía pendiente.

- ¿Los padres conocemos los peligros que entraña la red para nuestros hijos?

-Hay un desconocimiento muy grande en esta materia. Confundimos ‘usabilidad’ con ‘seguridad’ de forma que los padres se piensan que porque sus hijos se mueven con soltura en las redes o manejan el móvil con mucha facilidad, ya saben cómo desenvolverse. Es un error gravísimo. Nada tiene que ver el ser una superstar de Tik Tok, un youtuber o un gamer, saber buscar recursos en Internet con conocer los límites, los riesgos de la Red y los peligros que les acechan. Los padres delegan en los hijos una responsabilidad que les corresponde a ellos, que es saber en qué cibermundo se mueven sus hijos y lo que hacen

-¿Cuáles son los riesgos? ¿A qué hay que prestar atención?

-Tenemos que estar atentos a cualquier contenido. Les acecha todo tipo de peligros al igual que a un adulto. En la Red no hay filtros ni límites, solo los que impongamos los padres. Partiendo de ahí, si desde el principio no hemos puesto normas ni limitaciones, nuestros hijos tienen la misma probabilidad de ser acosados, humillados, estafados, ser víctimas de pederastas, de consumir pornografía, violencia, contenidos nocivos, a las adicciones o los peligros de la sobreexposición que cualquier adulto. ¿La diferencia? Que ellos aun tienen más ansias de experimentar, conocer y que gran parte de su mundo está ya en la Red, a diferencia de los adultos. Por lo tanto no son los mismos riesgos sino más, incluso. Otro de los riesgos somos nosotros mismos, como usuarios. Si un adulto no se protege, ni toma determinadas precauciones o comprobaciones antes de establecer relaciones, publicar o consumir contenidos, un menor menos. Hay muchos ejemplos en el libro sobre cómo somos nosotros la primera fuente de riesgo o cómo muchas de las situaciones generadas se deben a comportamientos de riesgo por parte del menor y la falta de supervisión y control de los padres.Antes de darle un móvil a un niño, hay que imponer unas normas de uso, unos límites y las condiciones para conectarse a Internet. El móvil se lo damos nosotros, no es un derecho adquirido, tampoco una necesidad.

-Usted hablaba de la educación de los menores en el uso y gestión de la red como la herramienta más eficaz para evitar peligros. ¿Cómo debe ser esa educación?

-Algunos padres se sorprenden cuando les digo que las normas para conectarse a Internet, partiendo de un mínimo, deben ser consensuadas. Es cierto. Conectarse a la Red es relativamente fácil y si no creamos un clima de confianza entre nosotros y nuestros hijos, buscará esa conexión entre sus amigos o compañeros de clase, a escondidas. Hay que establecer desde el inicio un «Pacto», unas normas de uso: aplicaciones a utilizar, horarios, dispositivos, tiempo de conexión y todo ello siempre haciéndole ver que conectarse a la Red es algo positivo que se le permite para que esté en su cibermundo, pero con unas normas y reglas que no se pueden saltar. También tienen que saber que en la Red hay riesgos y si detectan alguna de las situaciones que les hemos contado, han de decírnoslo

-¿La edad del menor y su nivel de maduración es una garantía en lo que se refiere a su seguridad en la red?

- No, la madurez no es una garantía para afrontar riesgos. Puede ayudar a soportar o sobrellevar el estrés o la ansiedad generada ante estas situaciones pero os aseguro que cuando se viven situaciones de este tipo, por muchos años que se tengan, si no hay herramientas de afrontamiento, se sufre igual. Los riesgos están ahí, son los que son, con independencia de la edad del menor, eso sí, su ingenuidad y sus ganas de experimentar su mayores que a edades adultas pero el criminal, en la Red, busca a sus víctimas y le da igual si tiene un año de más o de menos. Por tanto, no se está más seguro cuanto mayor edad tenga sino que está expuesto a otros riesgos. ¿Cuándo estarán algo más preparados para navegar? Cuando les enseñemos y sean capaces de entender las normas y los riesgos. Hablemos de condicionantes familiares, sociales, necesidades escolares, madurez, nivel de educación, condiciones de acceso a la Red, etc. Hay muchas circunstancias que hay que valorar a la hora de darle un cualquier dispositivo con conexión a un niño que van más allá de la edad. ¿Qué diferencias hay entre dejar a tu hijo solo en un centro comercial con 12, 13 o 14 años? Las mismas en Internet.