Ada Colau
Colau quiere instalar una plaza delante de cada escuela
El Ayuntamiento quiere tener pacificadas las entradas de 200 colegios con niños y niñas de 0 a 12 años en 2023
Primero fueron los caminos escolares, las superillas y los 13 ecochaflanes, entre otras medidas puntuales, y ahora el gobierno municipal ha apostado decididamente por promover la seguridad y la calidad ambiental en los enternos escolares con la puesta en marcha del programa ‘Protegim les Escoles’. Con este plan, el Ayuntamiento busca reducir la accidentalidad en los entornos escolares, hacerlos más saludables y más habitables.
«Se trata de un ambicioso plan de ciudad, que será uno de los que marque este madato», señalaba ayer durante su presentación la alcaldesa Ada Colau, quien además apuntaba que «éste no es solamente un plan urbanístico, sino que es principalmente un cambio de mirada de la ciudad». «Hasta ahora el coche estaba en el centro de todo, pero son las personas, y especialmente las más vulnerables como los niños, las que deben estar en el centro», comentaba al respecto.
En este contexto, ‘Protegim les Escoles’ prevé una intervención en 120 centros educativos hasta 2023, para lo que se estima una inversión de 10 millones de euros, mediante medidas de pacificación del tráfico y creación de más espacio público con prioridad para el peatón. En esta línea, el plan pasa por analizar urbanísticamente cada caso concreto para llevar a cabo las medidas oportunas siempre con la finalidad de crear zonas de estancia a las puertas de los centros, concretamente unos espacios con una superficie no inferior a una circunferencia de 10 metros de diámetro en el que se instalará mobiliario urbano.
Además, en el contexto de este programa, se apostará también por el despliegue de una clara señalización que dé visibilidad a las escuelas, como un logotipo específico de color anaranjado que identifique las vías dónde se encuentran estos equipamientos. Y en lo que se refiere a la tránsito, se disminuirá el espacio destinaado a los vehículos, suprimiendo carriles de circulación y plazas de aparcamiento, a la vez que se establecerá en 20 km/h la velocidad máxima y se instalarán radares informativos en la vía en las que esté el centro escolar. Por último, la iniciativa contempla la implementación del programa de personas voluntarias para el control del tránsito a la entrada y salida de clase.
Este plan, que prevé la constitución de una mesa de entornos escolares en cada distrito para coordinar las acciones, se desplegará por fases con el fin de llegar a actuar en 120 escuelas durante el actual mandato: veinte en 2020, 35 en el 2021, otras tantas en el 2022, y 30 más en el 2023. Los criterios a la hora de seleccionar los centros educativos en los que se intervendrá y la prioridad vienen marcados por la edad del alumnado, con prioridad para aquellos con alumnos de los 0 a los 12 años; el nivel de contaminación ambiental, tanto del aire como acústica; las complicaciones existentes en el ámbito de la seguridad viaria y el número de estudiantes del centro. En cualquier caso, aunque en este mandato se actuará en una de cada tres escuelas y se llevará a cabo otras estrategias de transformación del espacio público en otras 80 más, «el objetivo es implementar este programa en todas las escuelas», indicaba ayer Colau.
Por ahora, la Escuela Grèvol de Sant Martí, donde en octubre falleció un niño por accidente, ha sido la primera que ha experimentado ya esta transformación con la creación de un espacio de 280 m2 delante de la escuela, con bancos y jardineras; la reducción del espacio para vehículo en la calle en la que se encuentra a la mitad; la limitación de la velocidad a los 20 km/h; la mejora de la señálización con y la instalación de un radar informativo.
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