Salud
Colau quiere menos carne roja y más lentejas en los menús escolares
Barcelona lanza un plan para reequilibrar la proteína animal y vegetal en los comederos de los colegios, donde se come más carne procesada y bollería de lo recomendado
En el 34% de las escuelas de Barcelona se consume semanalmente carnes grasas, rojas o procesadas, dos o más veces a la semana, pese a que lo recomendable es comerlas una o ninguna vez. Por el contrario, el 90% de los centros educativos no ofrece ninguna proteína vegetal como segundo plato a la semana.
Estos datos, extraídos de la revisión de los menús escolares que la Agencia de Salud Pública de Barcelona realizó el año pasado en 116 centros educativos, ponen de evidencia que la alimentación de nuestros menores no es todo lo saludable que debiera, algo que confirma el el Informe de Hábitos Alimentarios de los niños y adolescentes de Barcelona. En este documento se constata que el 78% de los niños de entre 3 y 4 años y el 42% de los jóvenes de 13 a 19 años comen carne tres o más veces a la semana, lo que sobrepasa la frecuencia recomendada; el 43% de los niños de entre 8 y 9 años come bollería más de tres veces al mes y el 80% de los adolescentes toma mensualmente refrescos azucarados más de tres veces. El informe también desvela que el 80% de los menores no consume cinco piezas diarias de fruta o verdura, tal y como se recomienda, de manera que a día de hoy la prevalencia de la obesidad es del 7% en niños de 3 a 4 años, del 13% en menores de 8 a 9 años y del 7% en adolescentes de 13 a 19 años.
Ante esta realidad, el Ayuntamiento de Barcelona y la Agencia de la Salud Pública han lanzado una propuesta sobre cómo deben ser estos menús escolares para garantizar una buena salud de nuestros niños y, paralelamente, contribuir al cuidado del medio ambiente, ya que como señalaba ayer durante la presentación de estas recomendaciones la regidora de Salud, Gemma Tarafa, «nuestro modelo alimentario actual es responsable de entre un cuarto y un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero».
Más champiñones y garbanzos
Las recomendaciones se concretan principalmente en dos medidas: por un lado, introducir en los menús escolares la proteína vegetal en el segundo plato, al menos dos días por semana y paralelamente suprimir la proteína animal de los primeros platos y, por el otro, los tres días restantes se puede ofrecer proteína animal (carne, pollo, conejo, huevo, pescado...), pero solo uno de ellos carne roja o procesada. Los champiñones, los garbanzos, las lentejas o los guisantes son algunos ejemplos de alimentos que aportan proteína vegetal.
En defintiva, «la idea es reequilibrar la proteína animal y la vegetal en los menús escolares para mejorar la salud de nuestros jóvenes y reducir los gases de efecto invernadero en un 23%», resumió la regidora Tarafa.
Por el momento, hay seis escuelas de infantil y primaria vinculadas a la Red de Escuelas + Sostenibles -Escuela Dovella, Escuela Mallorca, Escuela Ramon Casas, Escuela Pare Poveda, Escuela La Farigola del Clot y la Escuela Patronat Domènech-. que, de la mano de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, llevarán a cabo la iniciativa introduciendo las recomendaciones en sus menús escolares de manera piloto para evaluar el buen funcionamiento de esta medida. Sin embargo, tal y como apuntó ayer la regidora, la idea es «trabajar con el resto de escuelas de primaria y secundaria de la ciudad el próximo curso para introducir también estas recomendaciones, de manera que esperamos que al llegar septiembre de 2021, cuando Barcelona será Capital Mundial de la Alimentación Sostenible.todas las escuelas hayan aplicado estas directrices en sus menús».
De hecho, el Ayuntamiento ya está trabajando con el Consorcio de Educación para que eso sea una realidad, aunque para ello es necesaria también la complicidad de las Asociaciones de Familias de Alumnos, de la dirección de los centros y de las empresas gestoras de los diferentes comedores.
Lo que está claro es que la introducción de estas recomendaciones en los menús escolares no puede suponer en ningún caso un incremento en los costes de comedor más allá del precio público máximo de comedor establecido por el Departamento de Educación de la Generalitat.
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