Economía

“Los hoteles seguimos teniendo más anulaciones que reservas”

Arranque desigual de la actividad económica en Barcelona: los vecinos se vuelcan con el 90% del comercio de proximidad que reabre tras la crisis y la restauración espera despegar en la fase 2

Segundo día de la Fase 1 en Barcelona
Una mujer espera a que abra una tienda de ropa, durante el segundo día de la Fase 1 en Barcelona en la que se permite reapertura de locales y establecimientos minoristas con una superficie igual o inferior a 400 metros cuadrados, Catalunya (España) a 26 de mayo de 2020.26 MAYO 2020David Zorrakino / Europa Press26/05/2020David ZorrakinoEuropa Press

Barcelona se encuentra ya desde el lunes en la primera fase de la desescalada, lo que supone una tímida reactivación de la actividad económica de la ciudad, que satisface a pocos propietarios de comercios y a menos restauradores aún por el sinfín de restricciones que hay que acatar para poder levantar la persiana, pero que muchos ven como un calentamiento necesario y apropiado para avanzar progresivamente hacia la normalidad. El sector comercial es el que está viviendo esta entrada en la primera fase, en la que ya no es necesario pedir cita previa, con mejores sensaciones. “Aunque antes ya se podía ir a las tiendas con cita, el lunes fue cuando realmente se empezó a ver movimiento en los comercios”, destaca Salva Vendrell, presidente de Barcelona Comerç, quien asegura que “en torno al 90% de las tiendas han vuelto a abrir durante esta semana en la que inauguramos la primera fase”. Según indica Vendrell, “las tiendas de moda, de menaje del hogar y las zapaterías están siendo los comercios que más afluencia de gente están registrando, probablemente porque son de los que más tiempo llevaban cerrados”, mientras que “a las franquicias y cadenas potentes les está costando más abrir porque han de gestionar ERTEs”.

Y es que como pone de relieve el presidente de Barcelona Comerç, “quien ha levantado la persiana es, principalmente, el propietario de un comercio que él mismo gestiona solo, con la ayuda de familiares o como máximo, con uno o dos empleados”, puesto que en una situación como la actual, en la que la afluencia de clientes aún es discreta, “se trata de buscar el equilibrio entre los gastos que conlleva el abrir y los ingresos”. En este sentido, Vendrell recuerda que, por ahora, serán pocos los empleados del sector afectados por un ERTE que regresarán a la actividad laboral, puesto que la rentabilidad de los comercios no es aún lo suficientemente significativa como para permitir a sus propietarios recuperar a estos trabajadores y hacer frente a sus nóminas. En este sentido, Vendrell recuerda que “entre un 15 y un 20% de los establecimientos han tenido que cerrar debido a la crisis generada por el coronavirus” y prevé que en el próximo año la cifra puede aumentar hasta alcanzar el 25 o 30% de los locales”-.

En cualquier caso, en lo que se refiere al comercio de proximidad, la apertura ha sido bastante similar en toda Barcelona, no ha habido grandes diferencias por barrios o zonas, y las buenas sensaciones han sido compartidas. “Nos ha sorprendido muy positivamente”, indica Luis Sans, presidente de la Asociación Amics del Passeig de Gracia respecto al primer día de apertura en la primera fase. “El 90% de los comercios ha abierto y la afluencia de clientes ha sido buena, se nota que la gente tiene ganas de volver a una cierta normalidad, de salir y comprar”, constata Sans, quien sin embargo lamenta que las restricciones a la movilidad que a día de hoy siguen vigentes en Barcelona, una ciudad “con fronteras cerradas”, daña a los comerciantes de Paseo de Gracia, cuya clientela es principalmente nacional, pero no de barrio. “Aquí viene gente de todos lados y el que sea ilegal trasladarse a Barcelona nos perjudica”.

Los restaurantes esperan la segunda fase

Sin embargo, en lo relativo al sector de la restauración, los establecimientos han reabierto de forma más selectiva y, en este caso, sí que se han registrado diferencias por barrios o zonas de la ciudad. El hecho de que en esta primera fase solo esté permitido recuperar la actividad en las terrazas, en las que el aforo se ha de limitar además al 50% de su capacidad real, ha echado para atrás a muchos restauradores. “Como nosotros ya habíamos anunciado, no estamos viviendo la reapertura del sector”, constata Roger Pallerols, director general del Gremio de Restauración de Barcelona, quien pone de relieve que “unas restricciones tan importantes no hacen viable abrir, ya que en muchos casos el aforo no permite ingresar lo suficiente como para compensar los gastos por la reapertura”. De hecho, las cifras hablan por sí solas: ”solo uno de cada tres establecimientos de restauración con terraza abrirá en la primera fase, lo que en el cómputo global supone solo un 20%”, señala Pallerols para a continuación vaticinar que “hay que esperar a la segunda fase de la desescalada para vivir un retorno más generalizado del sector”.

En este sentido, el presidente del Gremio de Restauración, recuerda que “Barcelona cuenta con un parque de terrazas muy escaso, que se concreta en unos seis mil establecimientos. De éstos, el 72% cuenta con cuatro o menos mesas en su terraza, que por las restricciones de aforo al 50%, en esta primera fase son en realidad solo un par. Y tan solo hay 108 casos en toda la ciudad de terrazas con doce mesas”. Es por ello que, en estos días, ante la poca rentabilidad que supone el abrir el negocio en estas condiciones, han levantado la persiana principalmente establecimientos de restauración de carácter familiar, con muy poco gasto en personal, o aquellos que ya habían retomado la actividad con el servicio ‘take away’.

Y ante este panorama, el gremio agradece el doble decreto impulsado desde el Ayuntamiento de Barcelona para apoyar al sector desde dos vertientes: por un lado, una rebaja de la tasa de terrazas del 75% y por el otro, la medida urbanística que permite dedicar más espacio público a la presencia de terrazas, aunque en este último caso el gremio apostaba por agilizar el trámite por el que los restaurantes pueden ampliar el espacio ocupado por sus terrazas prescindiendo de un proceso de autorización por parte el Ayuntamiento, al que el gobierno municipal no ha querido renunciar. “La finalidad de esta medida es que las terrazas puedan mantener el aforo que tenían antes de las restricciones y que aquellos establecimientos que no contaban con mesas en el exterior, ahora puedan tener”, explica Pallerols, quien sin embargo es prudente al indicar que “el Ayuntamiento tiene un plan de 15 días para dar respuesta a las peticiones y esperemos que, cuando ello se produzca, se mantenga la idea de permitir que crezca la ocupación allá donde se pueda para compensar las restricciones de aforo”. De todos modos, el presidente del gremio se muestra satisfecho porque “ésta es la primera vez que vamos de la mano con el Ayuntamiento y sentimos que las demandas del sector están siendo atendidas”.

En cualquier caso, el gremio espera con entusiasmo y ansia el paso a la segunda fase de la desescalada, cuando entonces ya se permitirá una ocupación del 40% del interior de los establecimientos tal y como establecen las directrices marcadas por el gobierno central, aunque cabe la posibilidad de que la Generalitat, como ya han hecho otras Comunidades Autónomas y tal y como solicita el gremio, “eleve ese tope hasta el 50%”. Y es que para los restauradores, “la única cosa positiva de la primera fase es que supone un avance en la desescalada, da luz al final del túnel e inyecta ánimo a un sector que lo necesitaba”.

Los hoteles dan el verano por perdido

Peor ha ido la semana para los hosteleros de Barcelona, que independientemente de cómo progrese la desescalada, “ya dan por perdido el verano”. “No hay actividad”, asegura Manel Casals, director del Gremio de Hoteles, quien señala que “solo una cuarentena de hoteles de los 435 que hay están abriendo esta semana y muchos no abrirán hasta septiembre porque si no hay movilidad, poco turismo vendrá”. Y pese a que a partir del 1 de julio se abrirán presumiblemente las fronteras, en opinión de Casals ello no cambiará mucho el panorama, ya que lo importante y determinante es que “los turistas cojan confianza para viajar” y ello no parece que vaya a suceder en los próximos meses.

De hecho, el director general del Gremio, recuerda que “durante la pandemia, hubo una decena de hoteles de Barcelona que permanecieron abiertos de guardia y estaban vacíos” y por ahora “seguimos teniendo más anulaciones que reservas”. Así pues para Canals, los hoteles, que en la fase uno debe mantener sus espacios comunes cerrados, apenas van a ver incrementada su actividad durante el proceso de desescalada.