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George Nichopoulos, el médico que atiborraba de drogas a Elvis

El doctor fue la sombra del cantante y muchos lo han señalado como responsable de su muerte

El rey del "rock and roll", Elvis Presley, durante el concierto "Aloha from Hawaii"
El rey del "rock and roll", Elvis Presley, durante el concierto "Aloha from Hawaii"larazon

Hay médicos, la inmensa mayoría, que lo dan todo por sus pacientes. Ellos son su vida y dedican todos sus esfuerzos para que su vida sea lo más saludable posible. Lo estamos viendo estos días con la crisis provocada por el coronavirus donde estos profesionales se han ganado el aplauso y la consideración de todos nosotros. Sin embargo, también hay excepciones, están esos doctores que creen que la mejor solución es un buen chute de drogas, aunque el tratamiento traspase la ilegalidad. Eso es lo que ocurrió con un tipo llamado George Constantine Nichopoulos. Ha pasado a la historia por ser el médico personal de Elvis Presley.

El doctor Nick, como era conocido entre sus íntimos, hoy nadie lo recordaría si hubiera seguido como el facultativo de guardia de un centro médico de Memphis. Fue allí donde recibió una llamada el 26 de febrero de 1967 procedente de Graceland, la mansión en la que residía el más conocido habitante de la ciudad. A Elvis le habían salido llagas en los muslos y las nalgas como consecuencia de sus paseos a caballo. El enfermo estaba preocupado porque en breve tenía que viajar hasta Hollywood para involucrarse en el rodaje de una película. Tenía el cuerpo dolorido y Nichopoulos supo cómo hacer más soportable la situación de la estrella recetándole un ungüento. Elvis le pidió un último favor: si podía visitar a su abuela Minnie Mae.

Desde ese momento, el doctor se ganó la confianza del paciente y las llamadas fueron haciéndose habituales hasta que se convirtió a partir de 1970 en su sombra, en uno de los pocos que, juntamente con el “coronel” Parker -su mánager-, tenía control de la vida de Elvis. Con su inconfundible camisa hawaiana, Nick era la persona idónea para mantener en funcionamiento a un Elvis que padecía con mucha regularidad problemas de sueño. Sin abandonar nunca su bolso negro Gladstone, el médico proporcionó a Elvis todos los medicamentos posibles durante sus últimos años de vida. Se cree que más de 10.000 sedantes, narcóticos y estimulantes solamente en los ocho meses finales del cantante.

Por el apellido habrán sospechado que nuestro protagonista tenía ascendencia procedente de Grecia. Así es porque era hijo de un restaurador griego que se instaló en Alabama. Nichopoulos no se dedicó al restaurante familiar sino a estudiar medicina. Formó parte del Medical Group de Memphis y dio clases como profesor en la universidad de Tennessee. Todo cambió con su encuentro con Elvis que lo convirtió, además, en socio de algunas de sus inversiones además de colmarlo de regalos que nunca rechazó. “Éramos amigos”, repetiría con insistencia muchos años después el galeno.

La salud de Elvis se iba deteriorando. El ritmo de trabajo marcado por Parker, sus compromisos en la gran pantalla, sus actuaciones en Las Vegas, las grabaciones de discos... Todo ello iba poco a poco minando a un hombre al que le costaba coger el sueño por las noches y que padecía de reumatismo. Si había que salvar toda aquella máquina de hacer de dinero se necesitaba de los buenos oficios y las buenas recetas médicas del doctor Nick quien le fue administrando todo tipo de drogas, entre ellas opiáceos, anfetaminas, barbitúricos, tranquilizantes, hormonas y laxantes.

Poco a poco empezaron a aparecer señales de alarma, como la denuncia en forma de libro que realizaron algunos de los guardaespaldas del músico en “Elvis: What Happened?”. En sus páginas tres empleados despedidos de Graceland exponían ante el mundo lo que ocurría con Elvis y su entorno “antes de que sea demasiado tarde”. Entre otros temas se subrayaba la gran dependencia que la estrella tenía de las drogas. El libro apareció en julio de 1977 y no fue muy buen acogido en un primer momento por los seguidores del cantante que vieron en él una venganza y no una denuncia. Pero el tiempo acabó dando la razón a sus autores.

Tres semanas después de la aparición del volumen, el 16 de agosto de 1977 Elvis moría en el cuarto de baño de Graceland a los 42 años. La autopsia confirmaría que padecía una enfermedad cardíaca consecuencia de las muchas drogas recetadas por Nichopoulos. Había en el interior de Elvis desde codeína a sedantes, así como valium y morfina, entre otros medicamentos.

El doctor Nick fue llevado a juicio acusado de drogar a Elvis, Jerry Lee Lewis y otros pacientes a los que había proporcionado de manera “ilegal, deliberada y criminal” narcóticos, antidepresivos, analgésicos o pastillas con las que eliminar el apetito. Sorprendentemente el médico fue absuelto, pero en 1995la Junta de Examinadores Médicos de Tennessee revocó de manera permanente su licencia médica.

Nichopoulos trató de defenderse de todas las acusaciones en un libro de memorias y se consideró siempre “un chivo expiatorio” a quien apuntaban como el máximo responsable de la muerte de Elvis. El doctor sin licencia falleció en Memphis en febrero de 2016 a los 88 años.