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Mecano: los reyes del pop español no tienen herederos

Tras su disolución nadie cogió al relevo ni a nivel musical ni de éxito masivo

El trío Mecano, en su época dorada
El trío Mecano, en su época doradaLa Razón

Sin lugar a dudas el de Mecano es un fenómeno único en la historia de la música española en general, no solo del pop. Una colección de éxitos en fila india sin parangón en este país. La prueba es comprobar que quien haya vivido en España en los últimos 40 años conoce al menos algunos de sus temas, y si lo niegan, es muy probable que mientan.

Fue un grupo, un producto, perfecto para la época de su reinado, entre 1981 y 1992. Tan perfecto que entran las dudas. ¿Su sonido e imagen estaban prefabricados para triunfar en esa decada de pop con sintetizadores, colorismo, vestidos imposibles y pelo crepado?. Difícil responder a eso, pero los numerosos méritos están ahí: temas que marcaron una generación (o casi 2) y más de 25 millones de discos vendidos en todo el mundo, cifra no alcanzada por ninguna otra banda española.

No es necesario para la mayoría de la gente recordar todas sus canciones más exitosas. Ahí están “Perdido en mi habitación”, “Me colé en una fiesta”, “Hawaii Bombay”, “Barco a Venus”, “Maquíllate”, “Cruz de navajas”, “Hijo de la luna”, “No hay marcha en Nueva York”, “La fuerza del destino”, “Un año más”, “El 7 de septiembre”...y muchas más.

Hay más paradojas. Por ejemplo, el hecho de que siendo el grupo español más vendedor de todos los tiempos -ese trono ya no peligrará nunca más- cueste tanto encontrar fans suyos. Obviamente los hay, la mejor prueba son las inmensas colas que se forman en los pases de musicales basados en su obra, y la pasión que muestran. Pero por otra parte, uno tiene la sensación de que es difícil que alguien diga abiertamente que es seguidor suyo. Los motivos podrían ser que estarían considerados demasiado comerciales para unos, blandengues para otros etc...pese a que a escondidos disfruten con los citados éxitos. Hay quien considera que han influido más en la escena indie española que The Smiths, y es posible, pero precisamente se trata de un público muy reacio a admitir que vibra con “Hijo de la luna”.

Lo que es evidente es que ahora el trono del pop español que dejaron vacante no está ocupado, y ya son tres décadas. El mundo en general y por supuesto la música han cambiado tanto que se antoja difícil un fenómeno similar, ni siquiera parecido.

 

Es evidente que a ello ha contribuido cambios sísmicos en los hábitos musicales de las personas, y especialmente de los jóvenes. Videojuegos, Spotify, “streaming”, mp3, la radical inmediatez...la manera de escuchar música es otra, y los estrenos de sencillos han perdido toda importancia.

Mecano era un grupo de hits, de singles, aunque con álbumes notables. Más en la segunda etapa, con “Entre el cielo y el suelo” y “Descanso dominical”, que en sus primeros años.

En su debut las letras eran más directas, todo más de synth-pop, más inmediato y menos afectado que más tarde. Ello chocaba con los gustos de dos de los tres miembros del grupo, los hermanos José Maria y Nacho Cano, cercanos a música más seria. Es esta inmediatez la que no han tenido ninguno de sus posibles herederos.

Ni inmediatez ni continuidad, ni tampoco exactamente el mismo estilo. Esto último sucedía especialmente cuando Mecano estaba en activo. Tenían puntos en común a nivel estético y musical con la Movida Madrileña, pero nada que ver con otros grupos muy exitosos, como El Último de la Fila, Duncan Dhu, La Unión, Radio Futura, Nacha Pop...y muchos otros. Lo más parecido, a nivel de éxito y de sonido, sería Alaska, tanto con Pegamoides como con Dinarama.

 

Y si hablamos de la voz, en este caso Ana Torroja, sucede lo mismo que con lamúsica del trío. Tiene pocas similitudes con otras vocalistas, y las reacciones que provoca son muy extremas. No había en la escena de los años 80 referentes donde poder rastrear el estilo de Torroja. , por lo que se podría aventurar que lo suyo es realmente singular. Quizá tono vocal se podría relacionar con Vainica Doble, el casi olvidado grupo femenino de los 70.

Fran Nixon, cantante indie y ex miembro de Australian Blonde y La Costa Brava, opina, sobre los posibles herederos de Mecano que “para la mayoría de los grupos de los noventa, la actitud y el discurso eran más importantes que el sonido o las canciones. Precisamente creo que el problema de la escena independiente es que a nivel ideológico funciona mejor como crítica, como negación, que como propuesta. No, no veo la influencia, por lo menos de forma consciente. Creo que para esos grupos Alaska es un referente mucho mayor, tanto en el sonido como en la actitud”.

Ana Torroja y Alaska no tienen absolutamente nada que ver en ningún aspecto, salvo por el éxito masivo, vivir en Madrid y la coincidencia temporal. El estilo de ambas ha calado bien hondo en el pop español. Si hablamos de la voz y un poco de la música, se han parecido un poco a Mecano grupos como La Oreja de Van Gogh, Ella Baila Sola, Nena Daconte o El Sueño de Morfeo. Los primeros podrían haber sido los sucesores directos, pero no. Su trascendencia no se puede comparar, y ni mucho menos la concatenación de éxitos. Nadie que no sea fan del combo de Amaya Montero conoce bien sus canciones.

 

Es difícil encontrar herederos en las listas actuales de éxitos de masas. Primero, porque el recorrido del pop ha quedado bastante estéril en favor de otras modas, por encima incluso de la propia música. Y también está el curioso fenómeno citado anteriormente. Todo el mundo ha escuchado al trío, pero casi nadie quiere reconocerlo. No está bien visto decir que te gusta, y mucho menos afirmar que ha podido ser una influencia en tu propia música.

En el indie de finales de los años noventa sí que hubo algunos ejemplos que practicaban tecnopop, como Meteosat o La Monja Enana. Recordaban un poco a la música de los 80, pero con un enfoque prácticamente antagónico al de Mecano, al tratarse de formaciones independientes, muy alejadas del éxito masivo.

“Yo creo que no existe esa influencia tan directa. Si les preguntas a los grupos, yo me imagino que te hablarán antes de Sarah Records que de Mike Oldfield, que era lo que le gustaba a Nacho Cano. Mecano nunca ocultó su deseo de ser un grupo de éxito, y trabajaban duro para ello. Para la mayoría de los grupos de los noventa, la actitud y el discurso eran más importantes que el sonido o las canciones. O por lo menos no lo trabajaban tanto. Precisamente creo que el problema de la escena independiente es que a nivel ideológico funciona mejor como crítica, como negación, que como propuesta. Como consecuencia, ha terminado negándose a sí misma. No, no veo la influencia, por lo menos de forma consciente", insiste Nixon.

Por su parte, Diana Aller, guionista, bloguera y antigua componente de Meteosat, explicó en su día la hipotética relación del grupo con Mecano:

“Ya con cierta edad, no sé si me desprejuicié o me abrí musicalmente. El caso es que los meses previos a montar Meteosat descubrí ‘Quiero vivir en la ciudad’, la única canción donde no canta Ana Torroja... Y me cautivó. Cada día soy más fan de Nacho Cano, creo que es un genio, y todas las producciones que ha hecho tienen un maravilloso deje de sintetizador hortera que me cautiva… Puede que Mecano algo influyera en Meteosat. Teniendo en cuenta que solo Edu, Borja y yo teníamos cierta cultura musical, creo que bastante poco. A ninguno de los tres nos gustaba ni había gustado Mecano. Nacho y Verónica, que habían aterrizado en un grupo de pop como lo podían haber hecho en uno de psicodelia, tal vez tuvieran una impronta mecanera más marcada. Al fin y al cabo, era algo que llegó a toda la sociedad”.

Sin embargo, la escasa influencia en Meteosat según el grupo, cambió más tarde escuchando la música de artistas como Joe Crepúsculo y los muy exitosos La Casa Azul, comandados por Guille Milkyway. Pero nadie se sigue acercando ni de lejos a esa concatenación seguida de hits tan populares como hizo el trío madrileño.