Cataluña
Júlia Calvet, la joven con siete apellidos catalanes que planta cara al separatismo con una mascarilla de España
Ha crecido en un entorno familiar y social lleno de independentistas, pero ella ha optado por la vía contraria
Júlia Calvet (20 años) forma parte de una generación de jóvenes catalanes que se ha plantado ante el relato dominante impuesto por el independentismo en Cataluña. “Ser constitucionalista hoy es ser revolucionario”, es uno de los lemas que está haciendo fortuna y se está extendiendo entre estos círculos juveniles que dan la batalla cultural al separatismo, que dispone de todos los resortes (Generalitat, dinero público, medios y educación) para ser mayoritario.
Calvet estudia Derecho en la Universidad Pompeu Fabra y adquirió popularidad a raíz de una denuncia en las redes sociales por el acoso sufrido en el centro de Barcelona por llevar una mascarilla con la bandera de España, episodio que, lejos de amedrentarle, le anima a seguir.
Lo cierto es que Calvet tenía todo de cara para ser independentista: es catalanohablante, sus raíces familiares son profundamente catalanas como reflejan sus siete apellidos catalanes -Calvet, Puig, Figuerola, Robert, Abadía (de Aragón), Puig, Canyelles y Solé- y tiene todo un entorno (padres, abuelos, primos y amigo) que defiende la ruptura de Cataluña con España.
De hecho, ella misma reconoce que, impregnada de este clima, fue a las primeras manifestaciones separatistas de la Diada. Sin embargo, en tercero de la ESO (con 14 años) en 2015 e impulsada por su carácter crítico, empezó a leer libros de Historia y artículos en prensa que le dotaran de una visión mucho más global sobre el “procés”, que le permitieran contrastar.
“Empecé a informarme y no solo creer lo que me dijeran mis padres. Opté por otro camino porque lo que me decían no me convencía y decidí informarme por mi lado”, explica Calvet a este diario. “Si todo el mundo dice una cosa, déjame ver la otra opinión. No debe ser todo tan bonito”, añade. Esta voluntad por cuestionar lo establecido le llevó a girar y rechazar la independencia. ¿Cuál fue la primera reacción de su entorno social? “Siempre has sido independentista, ahora no nos vengas de facha”, le decían. Pero Calvet lejos de plegarse a la presión, se ha mantenido en el rechazo a la independencia y ahora hace defensa activa formando parte de S’Ha Acabat!, asociación juvenil de referencia del constitucionalismo.
Calvet, escéptica, puso en cuestión el discurso dominante. “Me decían lo típico: que Cataluña funcionaría económicamente mejor sin España y que no formamos parte de este país. Todo lo que se lleva”, explica y argumenta que, justamente, cuando buceas un poco y te informas, es justamente “lo contrario”. “Cataluña es mejor con España a nivel económico”, dice.
¿Cuál es la relación con la familia? Calvet explica que su madre se bajó del barco independentista en 2017 a raíz de los plenos del Parlament del 6 y 7 de septiembre, cuando los grupos separatistas se saltaron la legalidad y arrollaron a los constitucionalistas para aprobar las leyes de ruptura con España. Su padre, en cambio, sigue siendo “muy independentista”. “Siempre, a la mínima que puedo, le intento hacer ver mi visión a mi padre. Hablamos de político sin problema, aunque a veces nos podemos enfadar”, sostiene.
Y, ¿con los amigos? Intenta hablar poco de temas políticos con ellos, ya que todos son independentistas. “Aunque les pregunto qué opinan sobre determinadas cosas”, explica. “Con los políticos independentistas de hoy en día, me molestaría que me frustren mi sueño, que jueguen con los sentimientos”, expone, haciendo referencia a la montaña de promesas incumplidas por parte de los líderes separatistas, que plantearon, entre otras cosas, una independencia exprés en 18 meses en 2015.
Calvet lidera la agrupación de S’Ha Acabat! en la Universidad Pompeu Fabra y en su clase estima que el 90% de sus compañeros son independentistas. De momento, está en segundo curso y se empieza a interesar por la rama del derecho constitucional.
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