Colau se convierte en el segundo problema de los barceloneses

A falta de dos años para las elecciones municipales, la capital catalana podría convertirse en una ciudad imposible de gobernar a tenor del último barómetro municipal. Los barceloneses suspenden Ada Colau por cuarta vez consecutiva. La alcaldesa obtiene un 4,7 y mejora en cuatro décimas la nota de la última encuesta. Esquerra volvería a ganar las elecciones municipales en la ciudad y toma ventaja sobre Barcelona en Comú, con quien empató a concejales en 2019.

A pesar del suspenso de Colau y Collboni, los barceloneses avalan en parte la gestión municipal. Un 44% (cinco puntos más que la última encuesta) considera que es buena o muy buena, cifra que supera a los que la encuentran mala o muy mala (39,2%), que bajan siete puntos. No obstante, la misma encuesta sitúa la gestión municipal como el segundo problema más grave de Barcelona, después de la inseguridad. Desde mayo de 2016 que esta cuestión no ocupaba el segundo lugar del ranking.

El republicano Ernest Maragall es el único líder municipal que aprueba, con un 5,5. Además, mejora en tres décimas la nota del último barómetro. Al igual que la alcaldesa, también obtienen un 4,7 el socialista Jaume Collboni -socio de gobierno de Colau-, y Elsa Artadi (Junts), que sube tres décimas. El popular Josep Bou se queda con un 3,2, mientras que las notas más bajas son para Luz Guilarte (Cs) con un 2,8 y Manuel Valls (Barcelona pel Canvi) con un 2,5.

Valoración política

La encuesta también permite saber si los barceloneses conocen a los líderes municipales, o no. Ada Colau es, con mucha distancia, la más conocida; sólo un 1,5% no sabe quién es. Ernest Maragall es el segundo más conocido (el 16,1% no lo menciona), y Manuel Valls, el tercero (el 20,1% no lo conoce). Uno de cada tres barceloneses (32,8%) no conoce Jaume Collboni (PSC), así como a Elsa Artadi (32,1%). Pero la líder más desconocida es Luz Guilarte, de Ciudadanos: el 91,4% no la conoce. En cuanto a Josep Bou, el desconocimiento es del 47,2%. El Barómetro sitúa a ERC en primera posición en intención de voto, que volvería a ganar las municipales y, esta vez, a más distancia de Barcelona en Comú. La encuesta da a los republicanos una ventaja de un punto y medio frente a las cuatro décimas que separaron los dos partidos en el 2019.

El PSC se mantiene en tercer lugar y mejora el porcentaje. Junts queda en cuarta posición y duplica el resultado de la última encuesta, pasando del 3,5 al 7,2. El PP y Ciutadans obtienen porcentajes muy bajos y Barcelona pel Canvi, un 0,1. La CUP, que está fuera del Ayuntamiento, obtiene una intención de voto superior a estos tres partidos, con un 4,2.

Ante estos resultados, el concejal de Presidencia, Jordi Martí, ha destacado en rueda de prensa este jueves que este primer barómetro de 2021 detecta un cambio de tendencia positiva que “deja atrás el tono pesimista” marcado por la crisis de la Covid. También ha remarcado el hecho de que el Ayuntamiento sea mejor valorado que la Generalitat, que registra un 35,5% de partidarios y un 44% de críticos, y también que el Gobierno central, con un 25,9% y un 56,5% respectivamente.

Pandemia

En este barómetro se ha preguntado a los barceloneses por el impacto que ha tenido la pandemia y, sobre el teletrabajo, el 65,9% está de acuerdo con la implementación de este sistema en empresas y administraciones y el 27,1% se muestra contrario. El 34,6% piensan que se han agravado las diferencias entre hombres y mujeres, una cuestión que presenta significativas diferentes según el sexo, ya que el 25,3% de los hombres piensa que ha aumentado frente al 45,9% de las mujeres que piensan lo mismo.

Un 48,5% de los hombres y un 37,1% de las mujeres dicen que han tenido que dedicar más tiempo a las tareas del hogar; y se ha incrementado hasta un 47,9% el porcentaje de personas que afirman haber sufrido secuelas en su salud. Hay una mayor voluntad de practicar actividades de proximidad como ir al teatro, visitar museos y exposiciones o ir a concierto, mientras que no se proyecta un mayor deseo de viajar al extranjero, y todavía se muestran reticencias par volver a los gimnasios.