Economía

Entrevista

Mònica Roca: «No haremos nada activamente para que vuelvan las empresas a Cataluña»

La presidenta de la Cámara de Comercio de Barcelona afirma que “el empresariado catalán es sobre todo independentista, pero necesita un altavoz porque tiene miedo a la represión del Estado”. Admite que en la región “hay pocos incentivos para atraer empresas. Se pagan muchos impuestos”

Mònica Roca
Mònica RocaLa Razón

Mònica Roca (Barcelona, 1969) se ha convertido en la primera presidenta de la Cámara de Comercio de Barcelona en 135 años de historia. Aupada bajo una candidatura independentista impulsada por la ANC, Roca, que es ingeniera de telecomunicaciones, asume el cargo tras haber pasado con éxito por el sector privado: estuvo diez años trabajando en la Agencia Espacial Europea y después fundó isardSAT, una empresa de satélites.

¿Qué balance hace tras dos años en la Cambra de Comerç (primero como vicepresidenta y, ahora, como presidenta)?

Hago un balance positivo porque le hemos dado la vuelta a lo que era la Cambra, que estaba obsoleta y alejada de la realidad. La hemos acercado al empresariado en un momento difícil porque veníamos con un programa para Cataluña 2030-2040 y ha aparecido una pandemia que nos ha hecho repriorizar. Teníamos un proyecto basado en un modelo económico basado en el conocimiento, el talento y el alto valor añadido y la Covid lo ha reforzado, pero hemos tenido que ayudar a las empresas. También se han hecho acciones concretas, como el hub industrial de movilidad sostenible; hemos fundado el Centre Blockchain de Catalunya (aquí en Cataluña hay una generación de conocimiento muy importante, pero falta el traspaso a la empresa); o, nos hemos involucrado en la estrategia NewSpace de Catalunya.

Esta semana ha salido una encuesta de la Generalitat que señalaba que más de la mitad de los catalanes suspendía al Govern en la gestión de la pandemia. ¿Qué nota le pone?

Hay cosas que se han hecho bien y otras no tan bien. Al principio éramos partidarios de cerrar porque no había otra solución, pero en la quinta ola habría que haber aprendido ya lecciones, como el uso de las tecnologías para hacer aperturas organizadas. Para el empresariado hubiera sido más adecuado hacerlo todo de forma organizada para evitar cierres constantes. Otra de las cosas son las ayudas a las empresas, pero quien tiene acceso es el Gobierno, pero también es verdad que la Generalitat podría haber hecho una exigencia más fuerte o haberse endeudado.

¿Por qué cree que el Govern no dio más recursos?

A final del año, aquí no se llegó ni al 0,6% del déficit, cuando hubo autonomías que pasaron del 1%. Nosotros reclamábamos que se llegara por lo menos al 1%. Creo que aquí hemos sido más papistas que el papa y hemos intentado contener por miedo. También era un periodo preelectoral y eso complicó todo un poco más.

Se ha confirmado que la Generalitat se ha quedado sin bancos para el aval. ¿A qué cree que se debe esto?

Creo que es miedo a ser perseguidos por la Justicia española.

Más allá del miedo, ¿no cree que el independentismo no consigue suscitar la confianza de la gran empresa?

No lo veo así, creo que es más por el miedo a la represión. Hay de todo en la gran empresa, pero sé perfectamente que hay quien sí querría dar apoyo al independentismo, aunque hay miedo a las repercusiones que pueda tener.

Usted sostiene que el empresariado es, mayoritariamente, independentista.

Hay estudios hechos por el Cercle Català de Negocis que daban estos resultados y por eso hicimos la apuesta de crear una candidatura para gobernar la Cambra de Comerç. Hicimos una candidatura independentista clara y los resultados fueron buenos. También hemos hecho consultas que nos hacen pensar que, en general, el empresariado que vive en Cataluña es mayoritariamente independentista, pero necesita alguien que haga de altavoz por ellos porque con la represión, la gente tiene miedo. Nosotros hacemos de altavoz de este empresariado, aunque nosotros gobernamos para todo el mundo y atendemos, por descontado, a todo el mundo.

Si bien, el independentismo perdió Pimec de forma holgada.

No tienen nada que ver unas elecciones en una patronal y en la Cambra de Comerç. Tampoco puedo dar demasiados detalles porque no estuve involucrada, pero la Cambra representa alrededor de 400.000 empresas y en Pimec, hay 5.600 socios. Una patronal defiende a los patronos, nosotros defendemos al conjunto de la economía catalana: por tanto, no tienen nada que ver. Ahora se ha entendido cómo funciona una patronal y se puede aprender para prepararse para las siguientes elecciones.

En poco más de un año, hay elecciones en Foment. ¿Contempla que el independentismo presente una candidatura?

La verdad es que no nos lo hemos planteado nunca. Pero igual, nos lo tendríamos que plantear ya que se pregunta mucho (risas), pero nada en contra de Josep Sánchez Llibre, con quien tenemos una buena relación y le deseo muchos éxitos. Me gustaría más convencer a todas las empresas que están en Foment para que vean que la mejor política económica para el país es contar con un Estado propio.

¿Está a favor de que vuelvan las empresas que se marcharon de Cataluña tras el 1-O?

A mí no me gusta que se vayan empresas de Cataluña, pero todo el mundo es libre de irse. Tampoco me gusta cómo pasó ya que fue bajo presión. Nosotros no haremos nada activamente para que vuelvan porque realmente cambiaron la dirección, pero dejaron los trabajadores aquí. Eso sí, siempre que nos han pedido ayuda, se la hemos dado. Y, encantada de que vuelvan todas las empresas que se marcharon y las que quieran venir.

¿Qué opina de la fuga de empresas de Lleida a Aragón? ¿Qué considera que habría que corregir?

Somos un país que acoge empresas, innovación o start-ups y es una etiqueta que tenemos y debemos seguir potenciando, pero sí que es cierto que a veces hay dificultades. Hay pocos incentivos fiscales para situarse aquí (se pagan muchos impuestos), aunque tampoco creo que debamos caminar hacia un paraíso fiscal; y, a veces, no hay todas las facilidades que nos gustaría que hubiera. Creo que se debería analizar las empresas y, cuando sean interesantes, se les tiene que ayudar a venir aquí: un ejemplo es HP, que cuando vino se le dieron facilidades y la repercusión que ha tenido en Cataluña es buenísima.

De los 18 impuestos propios que hay en Cataluña, ¿cuántos eliminaría?

Creo que se tiene que hacer una revisión.

¿En qué punto se encuentra la Ley de Cámaras?

La Ley de Cámaras es obligatoria, es incuestionable. Hay una ley española que debe desplegarse en las autonomías y, por tanto, se debe hacer. Ahora, el contenido de la Ley se puede discutir. Con la conselleria de Empresa de ERC hay reuniones y hay buen entendimiento (en concreto, con Albert Castellanos) y está el compromiso de que se apruebe esta Ley. No estamos nada alejados. Nosotros no reclamamos nada que no esté en otras autonomías y es una Ley que beneficia al empresariado catalán.

Las patronales rechazan esta norma porque consideran que ustedes aspiran a ocupar parte de su espacio como agente social.

Este es el malentendido que ha habido. Nosotros nunca hemos pretendido ser agentes sociales y, si no nos hemos explicado bien, lo volvemos a hacer. Agentes económicos es indiscutible que lo somos y es lo que defendemos. También pedimos financiación, que repercute después en los servicios que prestamos a las empresas para ayudarlas en cuestiones de digitalización o asesoría financiera.

¿Cuánto dinero cree que debe corresponder a Cataluña de los fondos europeos?

Un número fácil sería en función del PIB, que está alrededor del 20%. Después, podemos entrar en matices porque creo que el PIB catalán está limitado por la falta de financiación o el déficit fiscal; si no, sería mayor.

Más allá de la Ley de cámaras, ¿qué exigencias ponen a este nuevo Govern?

Desde el principio dijimos que queríamos un gobierno fuerte, cohesionado y valiente porque no podemos tener a dos partidos peleándose en estos momentos y porque se deben tomar decisiones que a veces pueden no ser populares.

¿Cómo ve la legislatura en Cataluña con la influencia de la CUP?

Yo lo he valorado siempre positivamente porque soy partidaria de consensos amplios y porque si la CUP comienza a implicarse es una responsabilidad que toma, demuestra más madurez como partido y es positivo.

¿Esquerra y JxCat deberían apoyar o negociar los presupuestos del Estado?

Yo no he visto los presupuestos.

¿Pero deberían negociarlos?

Se debe de ver, aunque yo pienso que sentarse a negociar es de aquellas cosas que no pierdes nada. Me parece bien sentarse para ver qué te dicen, aunque no firmaría nada que no fuera muy claro para Cataluña. Me parece que se debería sentarse a negociar o, como mínimo, a escuchar.