En Cataluña
Podemos presiona a ERC con los Presupuestos tras la amenaza de Junqueras
Vende las bondades de las cuentas en materia social y presume de que la inversión para Cataluña ha aumentado un 6% en un año
Podemos reclama su cuota de protagonismo en Cataluña y presiona a Esquerra antes de la decisiva negociación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). La estrategia del partido morado es clara y pasa por vender las bondades de las cuentas, las inversiones sociales y el gasto previsto con el fin de que los republicanos bajen la guardia, cedan en su empeño y acaben facilitando su tramitación, clave para el devenir de la legislatura. Una campaña que llega tras la amenaza del propio Oriol Junqueras, quien avisó que puede tumbar las cuentas como ya hiciera en 2019 si el Ejecutivo no concreta más contrapartidas.
“Los presupuestos de 2022 son mejores que los de 2021″. Bajo esta premisa sustenta su argumentario Podemos, que este domingo ha organizado una comparecencia en Barcelona con el jefe de filas del grupo parlamentario en el Congreso, Jaume Asens, para desglosar las cuentas. Y dentro de estos cálculos, el partido morado defiende que el crecimiento de inversiones en Cataluña respecto al año pasado es de un 6%, por lo que “no se entendería” que ERC se desmarcara. “No tendría sentido”, ha remarcado la líder en el Parlament, Jéssica Albiach.
Ante esta situación, la dirigente ha recordado que estos presupuestos destinan 223 millones de euros a Cataluña, una cifra que supone un incremento del 6% respeto a las cuentas de 2021 y “la inversión más alta de los últimos 10 años”, y ha instado a ERC a avalarlos, tal como hicieron el año pasado.
Podemos también incluye en su mensaje a Junts y la CUP -“No entenderíamos que no les pudieran dar apoyo por una cuestión partidista”, ha adverido Albiach-, aunque tanto posconvergentes como anticapitalistas se han mostrado mucho más recelosos con las cuentas del Gobierno que los republicanos. Además, la fuerza de ERC en el Congreso, con 13 escaños, es clave en la arquitectura de la “mayoría de la investidura”.
Y conscientes de este poder, desde las filas republicanas insisten en que su apoyo aún está muy lejos y este fin de semana han querido mandar un aviso en boca de Oriol Junqueras: «El Gobierno español debería haber aprendido que no es la primera vez que nos vemos obligados a tumbar unos presupuestos». Un mensaje antes de empezar a negociar también dirigido al propio independentismo, dividido entre las arengas de Junts, más partidario de la confrontación y de ir preparando un nuevo embate, y la vía posibilista y negociadora de Esquerra.
Los republicanos quieren poner el acento en su exigencia de que se cumplan los planes pendientes –especialmente en materia ferroviaria, con el punto de mira puesto en Cercanías– para dar el visto bueno a la aprobación de las cuentas. También en la protección del catalán en la futura ley del audiovisual o en su reclamación para una entente futura con la Jefatura Superior de Policía de Cataluña, como ha reiterado esta semana el partido, de momento en el «no» público e inicial a los Presupuestos pendientes de negociar, una predisposición firme por parte de los republicanos para lograr importantes contrapartidas para Cataluña.
Y es que el otoño político está y estará condicionado por los citados Presupuestos Generales del Estado pendientes de su tramitación en el Congreso y cuya aprobación es clave para el Gobierno de Pedro Sánchez. Con ellos se aseguraría la gestión de la pospandemia con los fondos Next Generation y la viabilidad de la legislatura.
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