Aragonès aprobará los presupuestos aunque no tenga el apoyo de la CUP

Los presupuestos catalanes siguen en el alambre a menos de dos meses para que termine el año: la CUP se mantiene en sus trece y se opone a las líneas maestras -fiscalidad, inversiones sanitarias y la gestión de los Mossos- de unas cuentas que el Govern negocia a contrarreloj. Los días pasan y el límite se acerca, con el próximo martes 9 de noviembre marcado en rojo en el calendario: el Ejecutivo de Pere Aragonès los aprobará entonces aunque no tenga atado el apoyo de los antisistema.

Una maniobra para poder iniciar su tramitación parlamentaria sobre la bocina y tratar de lograr su aprobación a principios de año, un escenario inaudito para Cataluña desde hace más de una década. “La prioridad es cerrar un acuerdo con la CUP”, ha subrayado Plaja en reiteradas ocasiones dejando claro que el Ejecutivo no tienen ningún otro plan sobre la mesa en relación a la mano tendida que el PSC ofrece para negociar las cuentas.

Eso sí, el Govern admite que “las negociaciones son intensas, continuadas, y se prevé que sean más intensas durante las próximas horas y días” en plena cuenta atrás para iniciar su tramitación en el Parlament. De no lograr un pacto antes, el primer paso será que los antisistema no presenten una enmienda a la totalidad y tumben las cuentas a la primera.

“Ya esperábamos que la negociación con la CUP se desarrollaría como se está llevando a cabo. No se está trabajando a contrarreloj pero tenemos que poner toda la atención para ser capaces de lograr un acuerdo”, ha apuntado.

Todo ello después de que la portavoz de la CUP en el Parlament, Eulàlia Reguant, asegurara en una entrevista a Europa Press que es “muy difícil” que su partido y el Govern pacten los Presupuestos antes del 9 de noviembre.