Cataluña recula y tampoco obligará a confinarse a los vacunados que hayan sido contactos estrechos

La Generalitat ha reculado y, como ya decidió ayer la Comunidad de Madrid, tampoco obligará a los vacunados a confinarse a las personas vacunadas que hayan sido contactos estrechos. Si bien, ha tomado la decisión a regañadientes porque este cambio obedece a una directriz que se adoptó por mayoría ayer por la tarde en el marco de la Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), donde están representados el Gobierno y las comunidades autónomas.

En la Comisión de Salud Pública se cambió el protocolo aprobado el pasado 1 de diciembre, que obligaba que todos los vacunados que hayan mantenido contacto estrecho con contagiados tuvieran que guardar una cuarentena de 10 días. Desde ayer, en cambio, se ha rectificado y se excluye la obligación de aislarse, aunque sí se pide que este tipo de contactos estrechos “limiten sus actividades a las esenciales, reduciendo todo lo posible sus interacciones sociales, seguir escrupulosamente las medidas de prevención como el uso de mascarillas y realizar una vigilancia estrecha ante la posible aparición de síntomas compatibles”.

Esta decisión ha importunado a la conselleria de Salud, que está en contra de que se produzca, y ha reclamado “rigor” a la Comisión de Salud Pública y que exponga “los criterios científicos que han motivado este cambio”. A pesar de estas quejas, el departamento de Salud asegura que seguirá la “recomendación estatal” para “evitar más desconcierto entre la ciudadanía y los profesionales sanitarios”.

La conselleria de Salud apuesta por mantener las cuarentenas a vacunados porque la variante ómicron, previsiblemente mayoritaria la semana que viene, puede escapar al efecto de las vacunas. “Este cambio difiere del criterio científico anteriormente expuesto por la misma Comisión y de la opinión de la Agencia de Salut Pública y las recomendaciones del Comité Científico Asesor del Departamento”, señalan en la Generalitat y advierten de que el redactado actual comporta “dudas” por las implicaciones que tiene para personas que realizan una actividad laboral con “clara interacción social como sectores comerciales, turísticos, docentes o de atención al público”.

Cataluña se ha convertido en la primera autonomía española en adoptar duras restricciones para contener la sexta ola de coronavirus. Entre las más destacadas figuran el regreso del toque de queda entre la 1 y las 5 de la noche en todos aquellos municipios que superen los 10.000 habitantes y una incidencia a siete días de 250 casos, el cierre del ocio nocturno y la limitación de aforos. No obstante, estas medidas entrarán en vigor del jueves al viernes y siempre que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña lo avale: por ello, el Govern tiene que tenerlo muy bien justificado. En este sentido, la Generalitat argumenta que, según el informe elaborado por el Comité Científico Asesor, la previsión es que, sin restricciones, en enero habría 25.000 contagios diarios con “un impacto muy elevado sobre el número de hospitalizaciones”. Serían 50.000 contagios diarios en febrero si no se toman medidas.