Dimisión

María Eugènia Gay releva a Teresa Cunillera como delegada del Gobierno en Cataluña

Se convertirá en la voz del ejecutivo nacional en la autonomía catalana

María Eugènia Gay Rosell, decana del ICAB
María Eugènia Gay Rosell, decana del ICABLa Razón

Cambio del máximo representante del Gobierno en Cataluña. En un momento en que el ejecutivo español ya da por encarrilada la crisis política catalana (con los indultos concedidos y con un “procés” que pierde fuelle cada vez más), se ha realizado el cambio de testigo: Teresa Cunillera ha comunicado este viernes al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, su voluntad de dejar el cargo y pocas horas después, la abogada Maria Eugènia Gay ha tomado el relevo. La salida de Cunillera era una decisión que ya tenía meditada desde hacía meses y había trasladado a su entorno, aunque ha esperado el mejor momento para darle concreción.

Ahora toma las riendas Maria Eugènia Gay, hasta ahora decana del Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona (ICAB), ente en el que había sido reelegida este mismo verano. El ICAB tiene bastante entidad en Cataluña y, con Gay al frente, se había intentado rehuir cualquier polémica relacionada con el “procés”, aunque ha sido muy difícil. El último choque entre el ICAB y el independentismo ha sido con la sentencia del 25% del castellano, donde la sección de Derecho Constitucional remitió un comunicado de rechazo al incumplimiento del Govern.

Gay venció en las últimas elecciones del ICAB con 5.496 votos, muy por delante del independentista Gonçal Oliveros, que encabezaba la otra candidatura con más posibilidades, y recibió 4.099 votos. Por detrás quedaron los otros dos candidatos: Vanessa González Fornas (759 votos) y Josep M.Paños Pascual (40).

Cunillera, como los últimos delegados del Gobierno en Cataluña (Llanos de Luna o Enric Millo) desde que estalló el “procés”, han gozado de mucha visibilidad y voz en el escenario político. La hasta ahora delegada ha tenido que hacer frente a un “procés” que ya ha ido muy a menos, aunque eso no le ha librado de muchos ataques del independentismo y de sufrir el acoso en el edificio de la Delegación en calle Mallorca, usual punto de encuentro del separatismo para protestar contra el Estado (igual que Via Laietana y la Jefatura de la Policía Nacional).

En este sentido, ha formado parte de la “operación diálogo” del Gobierno de Pedro Sánchez, con asiento en muchas reuniones entre Estado y Generalitat.

En un comunicado, la delegación ha explicado que Cunillera ha enviado una carta a Sánchez en la que ha afirmado que considera que ha cumplido los objetivos y que “ha llegado el momento de dejar” el cargo. “Ha sido un orgullo, que nadie me podrá quitar, haber compartido tantos momentos importantes para nuestro proyecto socialista y el haber sido su delegada en Cataluña”, ha destacado.

En su carta dirigida al presidente, Cunillera considera que la situación en Cataluña “ha mejorado considerablemente” desde que tomó posesión del cargo y que “el Gobierno de España está cumpliendo sus compromisos con la ciudadanía”. “He intentado cumplir el encargo recibido, por lo que ha llegado el momento de dejar mi puesto”, señala.

Según el comunicado difundido por la Delegación del Gobierno, en su misiva Cunillera asegura que ha intentado a lo largo de estos años “estar a la altura del encargo, con todo mi esfuerzo y dedicación”, por lo que espera “no haber defraudado esa confianza”. Además muestra su complicidad con el presidente Sánchez al señalar que “esté donde esté, siempre estaré a tu lado, intentando ayudar y acompañar en la medida de mis posibilidades”. Para la dirigente catalana, “ha sido un orgullo” haber compartido “tantos momentos importantes para nuestro proyecto socialista y el haber sido su delegada en Catalunya”.

Está considerada una persona de confianza de Pedro Sánchez y del presidente del PSC, Miquel Iceta. Su talante conciliador y sus buenas migas con Iceta hicieron que el entonces primer secretario del PSC la eligiera para incorporarse en 2017 a la comisión gestora del PSOE. Era un momento complicado, en plena crisis interna por la decisión de los socialistas catalanes de no obedecer la decisión del comité federal del PSOE de abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy.

Con la vuelta de Sánchez al liderazgo del partido, Cunillera hizo su último servicio político, al ser nombrada, en junio de 2018, delegada del Gobierno en Catalunya sustituyendo a Enric Millo (PP).

Nacida en Bell-lloc d´Urgell (Lleida) el 17 de febrero de 1951, ha sido vicepresidenta del Congreso de Diputados de 2008 a 2011 pero tiene a sus espaldas una larga carrera política que inició como diputada por la demarcación leridana por primera vez a los 31 años, en 1982, en la segunda legislatura. Repitió como diputada en otras cinco legislaturas formando parte de diversas comisiones y de la Diputación Permanente.