Neonatología

Sant Joan de Déu estrena la primera UCI de neonatos con habitaciones compartimentadas de Cataluña

La estructura de esta nueva unidad ofrece mayor intimidad, privacidad y comodidad a las familias, favoreciendo así que los padres se impliquen en el cuidado del recién nacido ingresado, lo que fomenta la práctica de la lactancia materna y el método canguro

La nueva Unidad de Cuidados Intensivos de neonatología de Sant Joan de Déu facilita la práctica del método canguro y favorece el vínculo entre los padres y el bebé
La nueva Unidad de Cuidados Intensivos de neonatología de Sant Joan de Déu facilita la práctica del método canguro y favorece el vínculo entre los padres y el bebéSant Joan de Déu

Existe numerosa evidencia científica acerca de los beneficios de la lactancia materna y del método canguro para el neonato, de manera que estas prácticas resultan esenciales en el caso de aquellos recién nacidos que, por diferentes motivos, deben permanecer largas temporadas ingresados en las Unidades de Cuidados Intensivos. Está demostrado que el piel con piel y el favorecer el vínculo paterno filial, así como la lactancia materna, son factores que pueden proporcionar ventajas desde el punto de vista neuroevolutivo del bebé y pueden aportar progresos.

Sin embargo, frecuentemente, estos espacios, por sus condiciones y características, no suelen facilitar ese contacto entre los padres y el bebé y eso, además, también plantea dificultades a la hora de que los progenitores puedan asumir los cuidados de su hijo ingresado en la UCI. Por esta razón, en 2015, el Hospital de Sant Joan de Déu puso en marcha un proyecto para tratar de mejorar su Unidad de Cuidados Intensivos de Neonatos (UCIN) con el objetivo de convertir este espacio en un entorno que favoreciera el contacto entre los pacientes ingresados y sus padres, a la vez que permitiera implicar a los progenitores en el cuidado del recién nacido para empoderarles de cara a su marcha a casa y ese proyecto es, a día de hoy, una realidad.

“Hasta ahora, las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales seguían un patrón común: eran áreas en las que los pacientes estaban ubicados unos al lado de los otros en pequeños boxes que apenas ofrecían intimidad ni privacidad”, comenta el doctor Martín Iriondo, jefe de la UCIN de Sant Joan de Déu, quien al respecto comenta que en este hospital “se trataba de una espacio de 600 metros cuadrados, con cuatro boxes abiertos en los que se agrupaba a los pacientes en función de su gravedad y tipología: en el box A estaban aquellos neonatos de cuidados intensivos con patología malformativa o recién nacidos a término, el B también era un box de cuidados críticos, pero en este caso para niños prematuros, mientras que el C ya era un box de cuidados medios y el D era en el que preparábamos a las familias, alojadas en habitaciones, para el alta”. En total, había 38 camas.

Ahora, la nueva UCIN, en la que anualmente ingresan unos 600 bebés, apuesta por un concepto diferente, en el que la mayor parte de los pacientes están ubicados en habitaciones compartimentadas. Concretamente, la Unidad tiene 2200 metros cuadrados y cuenta con 24 habitaciones individuales, cinco dobles, pensadas para gemelos, dos triples y una cuádruple para sumar un total de 44 camas. Todas las habitaciones están totalmente compartimentadas y cuentan con una cuna para el bebé, un sofá reclinable para facilitar el piel con piel, una silla y una cama abatible. “Esta nueva unidad está organizada en dos grandes partes: por un lado, la unidad de críticos, que la llamamos Elefantes, donde están ingresados los pacientes más graves y cuenta con 26 camas, y por la otra, la zona de enfermos no críticos, que hemos bautizado como Canguros”, explica Iriondo

Además, ésta cuenta también con una habitación de simulación, en la que se pueden representar situaciones reales para el entrenamiento y preparación de los profesionales, pero también de los familiares de los pacientes, y con un office para las familias, que dispone de baño, ducha, nevera, zona de relax y de comida, así como taquillas. “El objetivo es facilitar que los padres estén el máximo tiempo posible con sus bebés y el tipo de arquitectura de la nueva unidad lo facilita, ya que ofrece una mayor intimidad, más privacidad y comodidad, lo cual favorece la práctica del piel con piel y la lactancia materna”, comenta el doctor Iriondo, quien además señala que el hecho de que los padres estén más presentes no solo fomenta el vínculo, sino que también favorece el aprendizaje de los padres acerca de los cuidados que requiere ese neonato. “La idea es que los padres sean los principales cuidadores de su bebé”.

Así pues, la nueva unidad permite una mayor participación de los padres y mejores ratios de lactancia, pero también ofrece la posibilidad de controlar mejor el ruido, favoreciendo así el patrón de sueño del neonato, así como la luz, sin embargo, conlleva un riesgo. Y es que hay ocasiones en las que los padres no pueden pasar mucho tiempo con su bebé por las razones que sea y, al tratarse de una zona con muchas espacios compartimentados, ese recién nacido podría pasar muchos horas solo, con poco contacto. Es por este motivo que “se han creado dos habitaciones triples y una cuádruple, las cuales no tienen cama para los padres, porque, ya que la familia no va a estar tan presente, de esta manera se facilita una mayor interacción con los profesionales de la unidad”.

Última tecnología

Esta organización tan compartimentada de las diferentes estancias también puede, de alguna manera, suponer una dificultad añadida para el personal de la unidad, especialmente para los de enfermería. “Ahora el sistema de trabajo es diferente, ya que antes había boxes en lo que se agrupaban unos ocho pacientes en un único espacio, de manera que se podía controlar a todos ellos desde un mismo punto, pero ahora las distancias son más grandes y el sistema de vigilancia ya no puede ser tan visual porque los pacientes están separados por paredes”, explica el doctor, razón por la cual se ha recurrido a la tecnología para facilitar esa labor de control y vigilancia. La nueva unidad cuenta con la última tecnología y dispone de cuatro niveles de monitorización del paciente: un monitor que hay dentro de la habitación, otro que está fuera, uno en el control de enfermería y además, los enfermeros llevan en todo momento un dispositivo móvil en sus bolsillos gracias al cual pueden recibir cualquier señal de alerta.

La tecnología también ha sido clave a la hora de hacer de esta unidad un espacio más seguro y eficiente, ya que ésta cuenta con un sistema que permite gestionar los fármacos con mayores garantías, así como con un software que optimiza la gestión de los recursos. Además, dos de las habitaciones individuales y una de las dobles pueden convertirse en quirófanos, de manera que, cuando la situación del paciente lo requiere y lo permite, no es necesario su traslado fuera de la unidad para ser intervenido, y también dispone de dos camas que están especialmente equipadas para poder hacer ECMO (apoyo vital extracorpóreo).

En definitiva, la nueva Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN), la primera de estas características en Cataluña, “pone el foco de atención en los pacientes y sus familias”, asegura el doctor Iriondo, quien indica que “en lo que respecta a los profesionales, nosotros nos adaptamos para conseguir los mejores resultados para los neonatos ingresados, que son principalmente recién nacidos prematuros y, en segundo lugar, bebés con malformaciones congénitas”