De 2023

El Govern dinamita el calendario de los presupuestos catalanes

La ruptura con Junts retrasa la presentación de las cuentas en plena crisis económica y es casi imposible que entren en vigor el 1 de enero si se aprueban

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, junto a la consellera de la Presidencia, Laura Vilagrà
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, junto a la consellera de la Presidencia, Laura VilagràAndreu DalmauAgencia EFE

La ruptura entre Junts y ERC ha hecho saltar por los aires el calendario de aprobación de los presupuestos para 2023, el proyecto de ley más importante de un Ejecutivo en marcha. En plena crisis económica y social, el calendario previsto se retrasa y parece prácticamente descartado que las cuentas entren en vigor en enero si se terminan aprobando. De momento, la Generalitat no los terminará hasta noviembre -debían presentarse este martes 18 en el seno del gabinete cuando Jaume Giró (Junts) estaba al frente de Economía- y será entonces cuando inicie su particular viacrucis con los distintos grupos para tratar de encontrar aliados en el Parlament.

“Será muy difícil que en el mes de noviembre se pueda cumplir con el calendario establecido”, ha reconocido este martes la portavoz del Govern Patrícia Plaja. Eso sí, desde el Ejecutivo remarcan que los consejeros recién incorporados están examinando con la máxima “prioridad” las cuentas de sus departamentos para introducir los retoques que consideren oportunos.

La nueva consellera de Economía y Hacienda, Natàlia Mas, que ha relevado a Jaume Giró “sabe que este tema es absolutamente prioritario”, por lo que se trabajará con la “máxima celeridad” para que la tramitación de los presupuestos se demore “lo mínimo posible”, ha explicado. “Directamente no se podrán cumplir los plazos”, admitió Plaja sobre el calendario, ahora dinamitado por la dura pugna del independentismo en el seno del Govern.

De hecho, la aprobación de las cuentas del año que viene está en el aire y el Govern de Pere Aragonès, en clara minoría (33 escaños de los 68 que fija la mayoría absoluta), no tiene los apoyos ni mucho menos garantizados.

Para aprobarlos, los republicanos buscarán el apoyo de las formaciones que votaron su investidura, Junts, la CUP y los Comunes. Eso sí, Junts ya ha respondido a Aragonès: el partido no negociará los presupuestos con el Govern hasta que el president se someta a una cuestión de confianza en el Parlament, un órdago en toda regla. Y los antisistema parecen instalados definitivamente en la oposición tras no aprobar las anteriores.

Ahora, ERC busca redoblar la presión hacia los posconvergentes teniendo en cuenta que fue Jaume Giró quien elaboró parte del borrador de las cuentas hasta la pasada semana. Y les emplaza a “poner los intereses de país por encima de los intereses de partido”, ya que “cualquier otro escenario sería una irresponsabilidad”.

Esta semana el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, tiene previsto reunirse con el primer secretario del PSC y jefe de la oposición en Cataluña, Salvador Illa, así como con los grupos parlamentarios de Junts y la CUP, después de que el viernes se reunió con la líder de los Comunes en el Parlament, Jéssica Albiach, para iniciar esta ronda.