Memoria Histórica

Los campos de concentración de Franco en Cataluña

Una veintena de espacios sirvieron para castigar a los presos republicanos durante y tras la Guerra Civil

En Melilla se fraguó la primera sublevación militar contra la II República
En Melilla se fraguó la primera sublevación militar contra la II RepúblicaAlfonsoAlfonso

Durante el franquismo, los ganadores de la Guerra Civil se cuidaron mucho de que se notara que el triunfo era cosa de ellos. Por ese motivo se llevó a cabo una contundente represión hacia los vencidos, hacia los que tuvieron algo que ver con el anterior Estado y que también se tradujo en la instalación de varios campos de concentración. Cataluña fue uno de los lugares en los que se instalaron algunos de esas zonas de castigos. ¿Cuáles fueron?

Cabe decir, antes de enumerarlos, que a estos campos de internamiento iban a parar presos del bando republicano, es decir, prisioneros de guerra. Pero no se trataba solamente de soldados que habían combatido a favor de la extinta Segunda República: también eran condenados aquellos que discrepaban con el nuevo régimen por motivos políticos. Lo mejor era, por tanto, castigarlos en batallones destinados a trabajos forzados. Las condiciones de vida siempre fueron totalmente miserables para todas estas personas, en muchas ocasiones, con pocas oportunidades para poder sobrevivir en aquel infierno. Eran los esclavos de Franco, aquellos que debían ser depurados social y políticamente.

En Cataluña se tiene constancia de una veintena de campos de trabajo que, en la mayoría de casos, habrían funcionado entre 1939 y 1942, aunque en algunos campos se empezó hacia 1938, una vez que las tropas nacionales fueron haciéndose con parte del territorio catalán. Fue en ese momento cuando se puso en marcha una maquinaria que tenía por objetivo eliminar enemigos, reprimirlos duramente por lo sucedido durante la Guerra Civil.

Veamos algunos de estos campos de concentración franquista en Cataluña.

Palau de les Missions. Situado en la falda de la montaña de Montjuïc, en Barcelona, este edificio fue construido, no muy lejos del Palacete Albéniz, en 1929 con motivo de la Exposición Universal que se celebró en la capital catalana ese año. Fue allí donde se mostró la labor que realizaban las misiones católicas por el mundo, de ahí su nombre. Sin embargo, tras el final de la contienda, se convirtió en una suerte de prisión a la que iban a parar los condenados por causas políticas. Más tarde, hacia 1953 su nuevo cometido fue el de lugar de clasificación de indigentes. En 1969, el edificio fue derribado.

La Carbonera de Figueres. Su localización estratégica, cerca de la frontera con Francia, convirtió a Figueres en uno de los principales objetivos de las autoridades franquistas una vez que estas entraron en Cataluña. La Carbonera, un antiguo almacén de carbón, fue convertido en un campo de concentración que se sumaba a otro espacio de castigo, el antiguo castillo de Sant Ferran que siguió siendo una prisión militar. A la Carbonera, edificio hoy desaparecido, es donde iban a parar aquellos presos que habían logrado huir a Francia, pero que eran devueltos a España.

El Castillo de Sant Julià de Ramis. Las tropas de Franco tomaron este lugar en los últimos días de la guerra, concretamente el 7 de febrero de 1939. Antes de que esto ocurriera, los republicanos intentaron hacer volar este espacio para que no cayera en otras manos, aunque en el último momento no fue así. La fortificación, iniciada en 1893, acabó siendo un depósito de armamento que cerró sus puertas en 1963. También se empleó como campo de concentración.

Cervera. Durante los primeros años de la represión en Cataluña, Cervera pasó a ser uno de los lugares más castigados. Dos espacios de esta localidad, el Ciment, un conocido almacén de cemento a poca distancia de la estación, y la Universidad se convirtieron en campos de concentración. Aquí se encerraban a los prisioneros republicanos y a aquellos que habían sido devueltos por las autoridades francesas tras pasar la frontera. Asimismo, la Universidad, que fue bombardeada durante la contienda, fue reconstruida por batallones de prisioneros.