Sucesos

Oleada de robos de bandas albanokosovares a casas unifamiliares en Cataluña

Es en los meses de otoño e invierno cuando, año tras año, se registra un mayor número de asaltos a domicilio. Algunas redes cuentan con decenas de delitos a sus espaldas

Los robos en domicilios es el delito que más preocupa a la población
Los robos en domicilios es el delito que más preocupa a la poblaciónGooglefreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@546dec3d

Una víctima de un robo silencioso explica a LA RAZÓN: «Éramos cuatro personas en casa, además de dos perros. Fuimos a dormir todos normal, y cuando nos despertamos, vimos el piso totalmente desvalijado, patas arribas. Ni nosotros ni los perros oímos nada de nada».

En este caso estamos hablando de un piso, pero la mayoría de robos a domicilio son en casas, lo más aisladas posible, o también en urbanizaciones. Los últimos meses no han sido una excepción, y menos con el horario de invierno.

Si comparamos el primer trimestre del año, los tres meses de invierno, de 2021 a 2022, los robos a domicilio crecieron casi un 25 %, pasando de 5.165 a 6.855.

Agentes de los Mossos explican a este diario que este año no ha sido la excepción en lo que se refiere a este repunte en horas oscuras, e incluyen también los meses de otoño.

La mayoría de estos ladrones son de origen albano-kosovar, que en un principio es difícil que actúen en núcleos urbanos. Tienen predilección por casas aisladas pero en fila, o muy cercanas, tipo urbanización.

Su método más habitual es primero detectar las casas que interesan, o las más fáciles. Entonces aparcan el coche a unos dos kilómetros, siempre en zona boscosa. Asaltan las viviendas, pero no una, sino tres o cuatro seguidas, y a continuación huyen a toda velocidad con el botín.

De noche, a oscuras, es muy difícil detectarlos en zonas boscosas, pero cuentan una desventaja. La policía tiene los recursos para verlos, y no sucede lo mismo al revés.

Añaden las mismas fuentes que lo ideal para los inquilinos es mantener siempre una luz abierta, aunque no haya nadie despierto. Todo es posible, pero se antoja difícil que una banda se atreva a entrar para robar en una vivienda con alguien dentro sin dormir.

Otro agente contactado por este diario, y que trabaja en la Unidad de Investigación de la comarca del Vallès Oriental asegura que en toda su trayectoria en el cuerpo no le constan casos de inquilinos drogados.

En estos últimos meses se han producido algunas operaciones que han conseguido desmantelar este tipo de bandas.

En verano, los Mossos detuvieron a cuatro personas, de las que tres están en prisión provisional, que presuntamente conformaban un grupo al que la policía atribuía una decena de robos en casas, principalmente del distrito de Sarrià de Barcelona.

La Policía señaló que en total esta misma banda habría cometido más de una treintena de robos en Barcelona.

A mediados de abril, los Mossos detectaron un aumento de los robos en pisos mientras los habitantes estaban dentro, principalmente en Sarrià - Sant Gervasi y en Les Corts de Barcelona: los robos se hacían de noche y los sospechosos entraban por los balcones. En este caso, pues se cometían los delitos en pisos, no en casas. Los Mossos detectaron una «gran profesionalidad» en el grupo criminal. Este hecho suele pasar en las bandas de origen albano kosovar. Cambian de coche muy a menudo e incluso pueden utilizar el transporte público, con el objetivo de despistar a los policías.

Esta operación fue importante, porqué permite observar los principales métodos y «modus operandi».

Una parte del grupo también se desplazaba a otras ciudades durante unas semanas para robar en la zona, y escondían las herramientas y el botín en bosques o jardines para evitar llevar pruebas encima si la policía les paraba.

Los Mossos también de ejemplo de este tipo de bandas la que protagonizó una oleada de robos en Castelldefels. Cometieron numerosos asaltos, seis en concreto, en apenas 24 horas. Con rapidez y velocidad. Hubo siete detenidos, y todo se realizó hace muy pocas semanas, en octubre.

Cuatro de los ladrones los pillaron in fraganti en uno de los domicilios: se encontraban escondidos en diferentes habitaciones de la vivienda y, uno de ellos, además, intentaba pasar desapercibido bajo una de las camas. Fueron sorprendidos mientras removían las estancias y no tuvieron tiempo de huir ni por ventanas ni puertas.

Curiosamente, cuando los Mossos d’Esquadra registraron la casa donde habían entrado a robar, encontraron tres de los jóvenes escondidos en diferentes habitaciones y uno de ellos bajo la cama.

Este caso tan llamativo coincidió en el tiempo con otro asalto a la ciudad, en torno a las siete de la noche de este viernes. Los ladrones, en este caso, consiguieron huir antes de la llegada de los agentes al domicilio, aunque por medio de la tecnología, más concretamente la geolocalización de los aparatos electrónicos sustraídos, consiguieron pillarlos.