
Sobrepoblación de palomas
El Ayuntamiento de Barcelona detecta 236 "alimentadores compulsivos" de palomas
La ciudad tiene una ratio de 1.500 palomas por kilómetro cuadrado, cinco veces más de lo debido

El Ayuntamiento de Barcelona ha detectado a 236 "alimentadores compulsivos" de palomas que les dan cada día kilos de comida en el espacio público. Esta sobrealimentación, según el consistorio, altera las conductas naturales, generan desnutrición y problemas de salud en las aves y aumenta su reproducción además de ensuciar la ciudad.
Es por ello que se ha puesto en marcha una campaña para frenar esta práctica, que se hará este mes de diciembre en las zonas con más concentración de estas aves. La campaña pretende concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de evitar alimentar a las palomas, y consistirá en cuatro parejas de informadores en 40 espacios donde se han detectado más volumen de alimentadores.
"También hemos detectado otros puntos de concentración de palomas donde hay alimentadores pasivos, muchos de ellos que están tomando algo en las terrazas y dejan alimento allí, o a alimentadores espontáneos, a los que las palomas se acercan a pedirles comida", ha explicado la directora del Servicio de Derechos de los Animales, Carme Maté.
Con ello, el Ayuntamiento quiere frenar la sobrepoblación de palomas en la ciudad, donde hay más de 103.000 según los cálculos municipales con una ratio de densidad de 1.500 palomas por kilómetro cuadrado, cinco veces más de lo debido.
Maté ha explicado que las palomas solo necesitan 30 gramos de comida al día y en las zonas donde hay elevadas densidades no habría ni la mitad si se dejase de alimentarlas. De hecho, se calcula que la presencia de alimentadores puede llegar a triplicar o cuadruplicar el número de palomas en momentos puntuales en determinados espacios.
Zonas conflictivas
Los principales puntos de conflicto se encuentran en el distrito de Ciutat Vella, donde se ha incidido más intensamente para evitar la proliferación de estas acciones. Algunos de los espacios donde se ha detectado otra presencia de alimentadores son la plaza de la Bella Dorita, la plaza de Folch y Torres, el parque de la Ciutadella o la plaza de Catalunya.
En Barcelona está permitido alimentar a los animales en la vía pública pero hay que evitar ensuciar los espacios públicos, lo que está sancionado con multas de hasta 600 euros.
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