Nueva propiedad

Barcelona compra el edificio CreaTIC en el 22@ por 12 millones de euros

La adquisición forma parte de un acuerdo entre el consistorio y el Consorcio de la Zona Franca

Una imagen del edificio adquirido
Una imagen del edificio adquiridoAjuntament de Barcelona

La Comisión de Gobierno del Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado la compra del edificio CreaTIC, situado en la calle Sancho de Ávila 125, por un importe de cerca de 12 millones de euros. De acuerdo con el gobierno municipal, esta adquisición responde a la necesidad de disponer de espacios propios para la sustitución de oficinas actualmente en régimen de alquiler y de optimizar recursos económicos y operativos a largo plazo.

La operación comportará un ahorro directo de 1,6 millones de euros al año en gastos de alquiler, trasladando la sede del Instituto Municipal de Informática (IMI), que actualmente ocupa varios emplazamientos en situación de alquiler.

La compra se enmarca en el acuerdo firmado el pasado mes de junio entre el ayuntamiento y el Consorcio de la Zona Franca, que también permitirá impulsar varias operaciones urbanísticas.

Esta adquisición también dará pie a la construcción de casi 2.000 viviendas de protección oficial y diferentes equipamientos en los distritos de Sant Andreu y de Sants-Montjuïc, estableciendo un derecho de superficie en favor del ayuntamiento en terrenos propiedad del Consorcio de la Zona Franca y que se encuentran en las Casernes de Sant Andreu y en la Marina del Prat Vermell.

En estos espacios, el ayuntamiento se encargó de la construcción de vivienda de protección oficial y calcula que se podrían edificar un total de 1.878 viviendas y varios equipamientos.

El acuerdo también contempla que el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona se incorpore al proyecto de transformación en el antiguo recinto fabril de la Escocesa del 22@ para crear un nuevo polo vinculado a las industrias creativas, fábricas de creación y un proyecto de innovación sobre la gastronomía y la alimentación.

El protocolo de intenciones contempla la posibilidad de poner en marcha en la Escocesa una residencia para personas vinculadas a proyectos del recinto, ya sean artistas o científicos.