Movilidad

La Zona de Bajas Emisiones de Barcelona ya empieza a cambiar hábitos entre conductores

Más de la mitad de los afectados por la ZBE ha cambiado de coche o ha optado por el transporte público

Barcelona pone en marcha la Zona de Bajas Emisiones
Vista de la Ronda de Dalt de la ciudad de Barcelona.Enric FontcubertaAgencia EFE

La zona de bajas emisiones (ZBE) ha sido uno de los grandes proyectos medioambientales de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no exenta de polémica. El pasado mes de marzo, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) anulaba la Zona de Bajas Emisiones de Barcelona (ZBE) por “falta de informes”, por un “exceso en el ámbito geográfico de implantación” y por una “excesiva restricción en el tipo de vehículos afectados”. El fallo sacudió la estrategia medioambiental del Ayuntamiento y la Generalitat. Incluso políticos y periódicos de toda Europa se hicieron eco de la sentencia por ir en contra de los preceptos de Bruselas. Las administraciones catalanas recurrieron ante el Tribunal Supremo. El Ayuntamiento, sin embargo, ha decidido cambiar el marco normativo para evitar que la ZBE “estuviera en peligro”.

La ZBE, por lo tanto, ha seguido su camino y empiezan a aparecer los primeros estudios que analizan su impacto. Así, un 53% de los residentes en el área metropolitana de Barcelona afectados por la Zona de Bajas Emisiones afirma que ha elegido como solución comprarse un vehículo con etiqueta ambiental o utilizar el transporte público. Los que han optado por la primera de estas dos alternativas son el 29,6% y los que han preferido la segunda, el 23,4%. Estos han sido los remedios más comunes ante la puesta en marcha de esta área por donde no pueden circular los coches más contaminantes, tal y como refleja la Encuesta de Movilidad en Día Laborable de 2021 presentada por la Autoritat del Transport Metropolità (ATM), con una muestra de 10.100 personas de la provincia de Barcelona.No obstante, el documento dice que las restricciones de la ZBE sólo han afectado a un 14 por ciento de los barceloneses (bien sea de forma diaria, o bien esporádicamente), mientras que un 85 por ciento declara que no ha sufrido ninguna afectación. En el ámbito metropolitano, las cifras son prácticamente iguales: la ZBE afecta a un 16 % de los encuestados y un 83 %, no.

Con respecto a los desplazamientos por persona, estos han aumentado ligeramente: de 3,46 desplazamientos por persona en 2020 a 3,50 en 2021. La inmovilidad se reduce en un 14,4% respecto a los niveles de 2020, derivados de la pandemia, y se sitúa en el 2021 en un 9,7%, valor que es aún superior al 7% de 2019. El jefe del Servicio de Movilidad de la ATM, Xavier Sanyer, ha negado que “los datos [del impacto de la ZBE] sean decepcionantes” porque se adecuan a la previsión que habían realizado las administraciones. En cuanto a la decisión de algunos afectados de optar por comprar un coche en vez de usar el transporte público, Sanyer ha asegurado que muchos de ellos “se consideran cautivos del vehículo privado” por los trayectos que deben realizar.Fuentes del gobierno municipal de Barcelona también han dicho que “es lógico” que el impacto de las restricciones de la ZBE sea bajo porque un 63% de los barceloneses ya se mueven en transporte público o a pie. Las mismas fuentes recuerdan que el despliegue de la ZBE “ha permitido reducir 609.000 desplazamientos en vehículos más contaminantes desde 2017″.

Autopistas gratuitas

También se pregunta a los encuestados, todos de zonas en las que funciona el Sistema Integrado de Movilidad Metropolitana de Barcelona, cuál creen que es la principal consecuencia de la reciente gratuidad de las autopistas. La mayoría, el 58,2%, responde que es el aumento del tráfico en estas vías debido a la descongestión de carreteras urbanas. El 30,8% contesta que es el incremento del tráfico a causa de nuevas personas usuarias del vehículo privado.

Un 37% afirma que se ve afectado por la gratuidad de las autopistas y un 11,4%, que esta le lleva a introducir cambios en sus desplazamientos. El más habitual (80,3%) es usar estas vías en vez de otras carreteras.

Los resultados del estudio también reflejan que va creciendo la movilidad tras la pandemia. En 2021 se registraron 16.909.491 desplazamientos, un 1,1% más que en 2020, cuando diminuyeron un 13,2% respecto a 2019, antes de la Covid-19, año en que hubo 19.259.472.

Progresivamente, se recupera el uso del transporte público. En 2021 éste sumó 2.370.954 desplazamientos, un 24,7% más que en 2020 (1.901.118). Sin embargo, todavía fueron un 28,4% menos que antes de la pandemia. El transporte público supuso 14% del total de desplazamientos en 2021 y el más utilizado fue el autobús, seguido del metro.