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Guerra de firmas por las restricciones horarias de las terrazas en Barcelona
La Federación de Asociaciones de Vecinos y el Gremio de Restauración se enfrentan por las eventuales restricciones horarias en la ciudad
El debate sobre las terrazas en Barcelona ha escalado en los últimos meses, con la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) y el Gremio de Restauración posicionándose en lados opuestos de una cuestión que afecta tanto al espacio público como a la vida económica de la ciudad.
La FAVB, que reúne a diversas asociaciones de vecinos de toda la ciudad, ha impulsado una campaña para modificar la ordenanza actual de terrazas, con el objetivo de hacer más habitable el entorno urbano. Durante meses, han destacado la creciente presión que sufren los espacios públicos debido a la proliferación de terrazas, especialmente en barrios turísticos como el Gótico, el Born o el Eixample. Según la FAVB, el uso intensivo de las terrazas está contribuyendo a una saturación que afecta la movilidad, el ruido y la calidad de vida de los residentes.
La federación ha logrado reunir 18.000 firmas, superando el mínimo necesario para llevar la propuesta al pleno del Ayuntamiento. Entre las medidas que defienden se encuentran:
- Reducción del espacio destinado a las terrazas para asegurar un uso más equitativo del espacio público.
- Horarios más estrictos, que permitirían cerrar las terrazas a las 22:00 h, algo que según ellos mejoraría la convivencia nocturna.
- Un régimen de sanciones más severo para aquellos establecimientos que no respeten las normativas vigentes, con multas más altas y controles más frecuentes.
Anna Menéndez, vicepresidenta de la FAVB, ha declarado en varias ocasiones que “las sanciones actuales no son lo suficientemente disuasorias” y que la normativa actual favorece a los intereses económicos sobre el bienestar de los residentes. A su juicio, es imprescindible proteger el espacio público y garantizar que los vecinos puedan disfrutar de su entorno sin interferencias excesivas.
El Gremio de Restauración: la defensa del sector
En contraposición, el Gremio de Restauración, que agrupa a bares, restaurantes y cafeterías, ha salido en defensa de sus asociados y del papel vital que desempeñan las terrazas en la economía de Barcelona. En un comunicado reciente, destacaron que el cierre de terrazas o la imposición de horarios restrictivos pondría en peligro a miles de pequeños negocios, especialmente aquellos que dependen en gran medida del flujo de turistas y la actividad nocturna.
El director del Gremio, Roger Pallarols, ha afirmado que la recogida de 10.000 firmas por parte del sector demuestra que una parte significativa de los ciudadanos apoya la permanencia de las terrazas. Pallarols criticó la postura de la FAVB, señalando que “el grueso de los barceloneses no comparte la visión antiterrazas” y que los vecinos "están cansados de un debate artificial que no aborda los verdaderos problemas de la ciudad". Según el Gremio, las terrazas no solo aportan vida a los barrios, sino que también son un motor económico crucial que da empleo a miles de personas y ayuda a mantener el tejido comercial local.
Además, el Gremio ha cuestionado la validez de las firmas recogidas por la FAVB, argumentando que no se ha dado una información clara sobre los cambios normativos que se proponen. Afirman que no se mencionó que las terrazas deberían cerrar a las 22:00 h, lo que podría haber influido en la decisión de muchos firmantes. También recordaron que la ordenanza actual fue aprobada en 2018 con un amplio consenso entre los concejales del Ayuntamiento, y que las sanciones ya han sido endurecidas en los últimos meses.
El Ayuntamiento: entre dos aguas
El Ayuntamiento de Barcelona se enfrenta a una difícil decisión. La teniente de alcalde, Laia Bonet, ha sido clara en que el consistorio apuesta por hacer cumplir la ordenanza actual antes de plantear cualquier modificación. Según Bonet, es necesario evaluar primero el impacto de la normativa vigente antes de abrir el debate a nuevos cambios. “No somos partidarios de abrir nuevas regulaciones sin tener asegurado que la que tenemos actualmente se está cumpliendo”, ha señalado.
El consistorio dispone de tres meses para tramitar la propuesta presentada por la FAVB, lo que implica un proceso de revisión y análisis de las demandas vecinales. Al mismo tiempo, las presiones del Gremio de Restauración y el impacto económico que tendría cualquier restricción adicional sobre el sector hostelero no pueden ignorarse, sobre todo en una ciudad donde el turismo y la restauración juegan un papel tan importante.
Los desafíos para el futuro
El futuro de las terrazas en Barcelona plantea un dilema complejo. Por un lado, los vecinos reclaman una mayor protección de su calidad de vida, especialmente en aquellos barrios donde las terrazas y el turismo han transformado el uso del espacio público. Por otro lado, los negocios locales, ya golpeados por la pandemia y la desaceleración económica, ven en las terrazas una tabla de salvación crucial para su supervivencia.
Este debate pone en evidencia las tensiones entre el derecho a disfrutar de una ciudad tranquila y accesible y la necesidad de mantener una economía dinámica y próspera. Si bien la FAVB ha logrado movilizar a un gran número de vecinos en su campaña, el Gremio de Restauración ha respondido con fuerza, señalando que las terrazas son parte integral de la vida urbana de Barcelona y que cualquier cambio debe hacerse con cautela para no poner en riesgo miles de empleos y negocios.
En las próximas semanas, el Ayuntamiento tendrá que gestionar este delicado equilibrio, buscando soluciones que respondan a las preocupaciones vecinales sin asfixiar el sector de la restauración, que sigue siendo uno de los pilares de la economía barcelonesa.
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