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Cultura

Cierra sus puertas el Museo del Arte Prohibido de Taxto Benet

El centro, inaugurado en 2023, estaba situado en la Casa Garriga Nogués de Barcelona

Interior de la Casa Garriga Nogués Museo del Arte Prohibido

El Museo del Arte Prohibido de Barcelona, que alberga obras censuradas, prohibidas o denunciadas a lo largo de la historia por motivos políticos, sociales o religiosos, ha cerrado indefinidamente este viernes debido a un escrache sindical que lleva afectándolo desde hace cuatro meses. En un comunicado, el museo —inaugurado en octubre de 2023 en la emblemática Casa Garriga Nogués— ha anunciado que se transformará en una colección nómada, con exposiciones itinerantes por todo el mundo. La institución, propiedad del empresario catalán Tatxo Benet, mantendrá así su propósito de ser un espacio de reflexión contra la censura.

Entre las cerca de 200 obras expuestas —desde el siglo XVIII hasta la actualidad— destacaban piezas como las cajas de fósforos del colectivo argentino Mujeres Públicas, la polémica escultura “Not dressed for conquering” de Ines Doujak (que incluía una figura identificable con Juan Carlos I), o el icónico “Shark” del checo David Černý. También formaban parte de la colección grabados de Goya, un dibujo de Klimt, la “Suite 347” de Picasso, fotografías de Robert Mapplethorpe, el Mao de Warhol, “Always Franco” de Eugenio Merino, “McJesus” de Jani Leinonen, una obra en Lego de Ai Weiwei y “Smiling Copper” de Banksy, entre otras.

El museo ha calificado el cierre como "doloroso e inevitable", atribuyéndolo a las pérdidas económicas causadas por el piquete sindical instalado frente a sus puertas durante los últimos cuatro meses, organizado por el sindicato SUT. Según la institución, los manifestantes han impedido el acceso normal de los visitantes, generando una situación "insostenible" que incluso ha puesto en riesgo a trabajadores y asistentes.

La protesta se originó a raíz de una huelga indefinida convocada el 26 de febrero por empleados de dos empresas subcontratadas. Sin embargo, el museo aclara que esos trabajadores fueron reubicados en otros centros y que su plantilla directa nunca secundó la huelga.

A pesar de haber superado tres inspecciones laborales, participar en mediaciones promovidas por el Departamento de Trabajo y obtener un fallo judicial favorable que respalda su postura, el museo no logró frenar las protestas. Las pérdidas, según detalla, han sido devastadoras: un 75% menos de ingresos respecto al año anterior y un 95% menos de lo proyectado.

Con este cierre, el Museo del Arte Prohibido se despide de su sede física, pero mantendrá su lucha contra la censura a través de exposiciones itinerantes en diferentes países.